Las dudas sobre la legalidad empañan el éxito de las operaciones secretas de EE.UU. en África
- Trípoli ha llamado a consultas a la embajadora de EE.UU. por el secuestro de Al Libi
- Washington insiste en que estas acciones son "proporcionadas y legales"
RTVE.es 08.10.2013“EE.UU.
nunca cejará en sus esfuerzos para que aquellos que cometen actos
terroristas paguen para ello. Los miembros de Al Qaeda y de otras
organizaciones terroristas pueden correr, pero no se pueden esconder”,
afirmó John Kerry cuando se conoció la operación para detener al líder de Al Qaeda, Abu Anas Al Libí.
La operación coincidió con otra del mismo secretismo y naturaleza
‘oscura’ en Somalia para perseguir a uno de los líderes de la milicia
islamista Al Shabab, que sin embargo fue abortada momento por razones de
seguridad y logística.
El supuesto cabecilla de Al Qaeda, Abu Anas al Libi, está siendo interrogado a bordo del buque de guerra "San Antonio" de EE.UU. en el mar Mediterráneo, y luego será trasladado a Nueva York para su juicio, informaron los medios estadounidenses.
Sin embargo, la captura del líder de Al Qaeda ha generado fuertes críticas por parte de las autoridades libias. El Gobierno libio ha pedido explicaciones a la administración norteamericana por realizar en su territorio una operación militar sin su conocimiento previo y calificó de “secuestro” la captura del líder yihadista, aseguró Efe.
El intento de aproximación a la residencia del cabecilla de Al Shabab aparentemente falló y los soldados SEAL abandonaron incursión, dejando en el lugar algunas pertenencias que después Al Shabab exhibió con fotografías en internet.
"Aunque la operación no resultó en la captura de Ikrima, el personal militar estadounidense llevó a cabo el operativo con una precisión sin parangón y demostró que Estados Unidos puede ejercer una presión directa sobre el liderazgo de Al Shabab en cualquier momento que nos lo propongamos", agregó el portavoz.
Los informantes estadounidenses señalan que los SEAL causaron bajas a los militantes de Al Shabab, pero se retiraron a fin de evitar heridos o muertos entre la población civil en el lugar.
Y en ello, la eficacia de los comandos de élite como el famoso ‘Navy SEAL Team Six’ ha cobrado un protagonismo especial, como ya quedó patente en la operación que acabó con la vida de Bin Laden.
"Estas operaciones en Libia y Somalia envían un fuerte mensaje al mundo de que Estados Unidos no escatimará esfuerzos para responsabilizar a los terroristas, sin importar donde se esconden o por cuánto tiempo evaden la justicia", comentó el El secretario de Defensa, Chuck Hagel.
Sin embargo, este tipo de operaciones no son nuevas. Quizá el precedente más famoso para este tipo de operaciones se encuentre en el secuestro por parte de las fuerzas secretas israelíes del líder nazi Adolf Eichman, que fue capturado y trasladado ilegalmente a Israel en 1961 donde fue juzgado por los crímenes del genocidio y posteriormente ejecutado.
Algunos en Washington plantean que este tipo de operaciones secretas contra estos “objetivos de alto valor” puedan sustituir en parte a las operaciones con drones o aviones no tripulados. O quizá sea complementaria en el nuevo tipo de guerra.
Este martes el ministro libio de Justicia, Salah al Margani, ha convocado a la embajadora estadounidense en el país, Debora Jones, para pedirle explicaciones por la captura en Trípoli de Abu Anas al Libi y exigirle su devolución al país, según ha informado la agencia estatal de noticia libia, WAL.
La portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, ha rechazado en rueda de prensa que Al Libi pueda terminar en las dependencias de la Base Naval de Guantánamo (Cuba) pese a sus vínculos terroristas.
Los ataques del 11-S cambiaron el concepto y rumbo de los servicios de seguridad y los procedimientos de las guerras tradicionales, especialmente en Estados Unidos. “La historia real es que se ha permitido a EE.UU. ir a cualquier sitio del mundo a hacer la guerra”, comentó en una entrevista con El Mundo en 24 horas Marc Mazetti, periodista de seguridad y defensa del diario The New York Times.
El supuesto cabecilla de Al Qaeda, Abu Anas al Libi, está siendo interrogado a bordo del buque de guerra "San Antonio" de EE.UU. en el mar Mediterráneo, y luego será trasladado a Nueva York para su juicio, informaron los medios estadounidenses.
Sin embargo, la captura del líder de Al Qaeda ha generado fuertes críticas por parte de las autoridades libias. El Gobierno libio ha pedido explicaciones a la administración norteamericana por realizar en su territorio una operación militar sin su conocimiento previo y calificó de “secuestro” la captura del líder yihadista, aseguró Efe.
Operación en Mogadiscio
La operación contra Abu Anas Al Libi coincidió con otra en Mogadiscio para atrapar al líder del grupo terrorista Al Shabab, Abdikadir Mohamed Abdikadir, conocido como "Ikrima". Según la Casa Blanca, no estaban coordinadas, sino que coincidieron en el tiempo de manera casual, pero ambas contaban con la aprobación del presidente Obama.El intento de aproximación a la residencia del cabecilla de Al Shabab aparentemente falló y los soldados SEAL abandonaron incursión, dejando en el lugar algunas pertenencias que después Al Shabab exhibió con fotografías en internet.
"Aunque la operación no resultó en la captura de Ikrima, el personal militar estadounidense llevó a cabo el operativo con una precisión sin parangón y demostró que Estados Unidos puede ejercer una presión directa sobre el liderazgo de Al Shabab en cualquier momento que nos lo propongamos", agregó el portavoz.
Los informantes estadounidenses señalan que los SEAL causaron bajas a los militantes de Al Shabab, pero se retiraron a fin de evitar heridos o muertos entre la población civil en el lugar.
El caso ‘Warsame”
La administración Obama ha tratado de evitar involucrarse en grandes y costosas operaciones militares como el conflicto como Irak, Afganistán o Siria, aunque sí ha invertido mucho en la configuración de un tipo de lucha contra el terrorismo más centrada en este tipo de operaciones especiales que ya fue iniciada por la Administración Bush.Y en ello, la eficacia de los comandos de élite como el famoso ‘Navy SEAL Team Six’ ha cobrado un protagonismo especial, como ya quedó patente en la operación que acabó con la vida de Bin Laden.
"Estas operaciones en Libia y Somalia envían un fuerte mensaje al mundo de que Estados Unidos no escatimará esfuerzos para responsabilizar a los terroristas, sin importar donde se esconden o por cuánto tiempo evaden la justicia", comentó el El secretario de Defensa, Chuck Hagel.
Sin embargo, este tipo de operaciones no son nuevas. Quizá el precedente más famoso para este tipo de operaciones se encuentre en el secuestro por parte de las fuerzas secretas israelíes del líder nazi Adolf Eichman, que fue capturado y trasladado ilegalmente a Israel en 1961 donde fue juzgado por los crímenes del genocidio y posteriormente ejecutado.
Algunos en Washington plantean que este tipo de operaciones secretas contra estos “objetivos de alto valor” puedan sustituir en parte a las operaciones con drones o aviones no tripulados. O quizá sea complementaria en el nuevo tipo de guerra.
Dudas sobre su legalidad
Sin embargo, el habitual éxito operativo de este tipo de operaciones encubierta contrasta con las dudas sobre su legitimidad. Para John Kerry, operaciones como las llevadas a cabo en Libia son "apropiadas y legales", pero no todos opinan igual. De hecho, en ocasiones ponen en un aprieto diplomático a Estados Unidos.Este martes el ministro libio de Justicia, Salah al Margani, ha convocado a la embajadora estadounidense en el país, Debora Jones, para pedirle explicaciones por la captura en Trípoli de Abu Anas al Libi y exigirle su devolución al país, según ha informado la agencia estatal de noticia libia, WAL.
La portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, ha rechazado en rueda de prensa que Al Libi pueda terminar en las dependencias de la Base Naval de Guantánamo (Cuba) pese a sus vínculos terroristas.
Los ataques del 11-S cambiaron el concepto y rumbo de los servicios de seguridad y los procedimientos de las guerras tradicionales, especialmente en Estados Unidos. “La historia real es que se ha permitido a EE.UU. ir a cualquier sitio del mundo a hacer la guerra”, comentó en una entrevista con El Mundo en 24 horas Marc Mazetti, periodista de seguridad y defensa del diario The New York Times.
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