La seguridad energética de EU, en manos de la reforma de Peña Nieto |
2013-12-02 12:01:00 Visitas: 54 |
ANDREA BECERRIL, La Jornada
A Estados Unidos le interesa
que México lleve a cabo una reforma significativa a Petróleos Mexicanos
(Pemex), “capaz de atraer el interés de las empresas petroleras
internacionales para invertir su capital y experiencia”, ya que su
seguridad energética depende de que se mantenga la cuota de importación
del crudo mexicano.
La afirmación está contenida
en un reporte para el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de
Estados Unidos, realizado en octubre del año pasado por el equipo de
asesores de quien era titular de ese organismo, Richard Lugar. Sus
enviados se reunieron con el equipo de transición del entonces
presidente electo, Enrique Peña Nieto, y encontraron, detallan,
disposición para ir por una reforma constitucional que permita la
participación de trasnacionales en la explotación de petróleo, aunque en
ese momento la decisión no se había tomado.
En el documento se insiste en
que desde su campaña presidencial Peña Nieto manifestó la intención de
reformar el sector petrolero, y esas modificaciones “o la falta de éstas
tendrán consecuencias para el portafolio energético de Estados Unidos y
sus intereses comerciales”.
Los asesores de Lugar
precisan: “México es importante para la seguridad energética de Estados
Unidos, porque es una fuente cercana y políticamente confiable para la
importación de petróleo”.
Voluntad priísta
Refieren que se reunieron
también con directivos de Pemex, con dirigentes y legisladores, y “un
líder del PRI comentó: ‘Tenemos la voluntad (de cambiar la
Constitución); de lo que no estamos seguros es de contar con los
votos’”. Otros de los integrantes del equipo de Peña Nieto reconocieron
que las reformas energéticas que no tocan la Carta Magna no funcionan.
Todos, se sostiene en el
documento, coincidieron en que las inversiones en gran escala,
necesarias para explotar los yacimientos en aguas profundas, requieren
“capital y experiencia externos”.
En el reporte, titulado
Petróleo, México y el acuerdo transfronterizo, se destaca que el interés
principal de Estados Unidos radica en evaluar si las modificaciones
legislativas permitirán que compañías estadunidenses se mantengan como
proveedoras de bienes, servicios e inversiones al sector energético
mexicano, independientemente de la naturaleza de la reforma.
Advierten, sin embargo, que
las inversiones de gran escala serán posibles siempre y cuando las
trasnacionales “puedan registrar las reservas en la Comisión de Cambios y
Valores de Estados Unidos, una forma de contabilidad financiera que no
incluiría inversiones conjuntas o contratos de riesgo con Pemex.
“En algunas jurisdicciones,
esto significa tomar la propiedad y el mercadeo físico de los barriles
de petróleo, pero otras opciones serían viables, como la venta de parte
de la producción de las empresas privadas a Pemex, a boca del pozo, para
que las compañías nunca tomaran posesión física del combustible”.
Se dan cifras: “México está
sentado sobre 10 mil 400 millones de barriles de petróleo en reservas
probadas, cifra que se puede duplicar por el petróleo no convencional.
Su existencia en aguas profundas está plenamente probada; sólo en
Chicontepec se estiman 17 mil millones de barriles”.
Sin embargo, advierten que los
observadores “son escépticos” de que Pemex cuente con el capital y la
tecnología para explotar en aguas profundas y probablemente el petróleo
no convencional de Chicontepec. “Analistas destacan que la paraestatal
mexicana tardó 15 años y requirió perforar más de 20 pozos para lograr
los más recientes descubrimientos en aguas profundas”.
La situación es compleja, porque Pemex “es más una agencia de gobierno que una compañía petrolera”.
La preocupación de Estados
Unidos radica en la cantidad de petróleo que México podrá exportar en el
futuro, “ya que su producción cayó 25 por ciento en la última década,
obligando a las refinerías estadunidenses, específicamente diseñadas
para crudo pesado, a buscarlo en otras partes”.
En ese reporte, que tiene
fecha del 21 de diciembre de 2012, se resalta asimismo que en el caso
del gas encontraron que sus interlocutores “eran optimistas sobre la
posibilidad de reformas para abrirlo al capital privado, dada la menor
sensibilidad política que produce en relación con el petróleo”. Al
respecto, detallan que el gobierno de Estados Unidos estima que México
posee una de las reservas de gas shale más grandes del mundo, de 680
billones de pies cúbicos, y es urgente que lo explote.
En el documento se destaca
también la importancia del Acuerdo Transfronterizo que signaron Estados
Unidos y México, y que fue ratificado por el Senado mexicano el 12 de
abril del año pasado, ya que “provee una base bilateral, desde la que
ambos países pueden desarrollar el marco necesario para la producción
conjunta de petróleo y gas natural en las reservas que se extienden a lo
largo de sus fronteras marítimas en el Golfo de México”.
Ese Acuerdo Transfronterizo
permitiría por primera vez observar a grandes petroleras ser socias de
Pemex, bajo la modalidad de contratos de producción compartida, “lo que
de hecho pavimentaría el camino para una reforma energética en México.
Recomiendan, por ello, que el gobierno de Barak Obama lo presente ya al
Congreso estadunidense, para su ratificación.”
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lunes, 2 de diciembre de 2013
La seguridad energética de EU, en manos de la reforma de Peña Nieto
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