Las dos Coreas acuerdan un reencuentro histórico de familias separadas
Corea
del Sur y Corea del Norte acordaron hoy celebrar el primer encuentro en
tres años de familias divididas por la guerra, reuniones que tendrán
lugar entre el 20 y el 25 de febrero próximos.
El reencuentro de cien familias de cada lado, separadas por la guerra de
Corea (1950-1953), será en el complejo turístico del monte Kumgang,
ubicado en la costa este norcoreana, según informaron desde el
Ministerio de Unificación surcoreano a la agencia de noticias Yonhap.
Las reuniones -que no se celebran desde octubre de 2010- son un asunto con un importante valor sentimental en Corea, y la mayoría de los participantes tiene entre 70 y 80 años de edad, por lo que pidieron ver a sus familiares antes de un eventual fallecimiento.
Este acuerdo histórico, dicen desde Seúl, podría marcar un punto de inflexión en las relaciones entre las dos Coreas.
"Esperamos que las reuniones sirvan para abrir una etapa duradera de distensión" después de tres años marcados por constantes conflictos, indicó a la agencia EFE una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl, tras concluir con éxito las negociaciones de hoy.
Antes del inicio de las mismas, uno de los representantes norcoreanos había hablado de "un importante punto de partida para mejorar las relaciones entre Norte y Sur".
Los encuentros se dividirán en dos sesiones de tres días cada una, en las que los parientes podrán reencontrarse tanto en grupo como de manera individual según el horario programado, aunque no podrán compartir habitación, explicó la portavoz.
En el acuerdo, alcanzado en la aldea fronteriza de Panmunjom con mediación de la Cruz Roja, las dos Coreas "se comprometieron a desvincular completamente este evento humanitario de la situación política y militar", según la portavoz de Seúl.
Esta cláusula, aclaró, pretende evitar que una de las dos partes cancele de forma unilateral el reencuentro de familias.
Por su parte, el delegado norcoreano Pak Yong-il, citado por la agencia DPA, afirmó que las conversaciones con la Cruz Roja son "un importante punto de partida para mejorar las relaciones intercoreanas".
Ambas Coreas ya programaron uno de estos eventos para el pasado octubre, pero a última hora el régimen de Kim Jong-un lo declaró cancelado tras acusar a Seúl de usar las negociaciones como mecanismo de confrontación.
Además, en esta ocasión la cita entre parientes de ambos lados llegará poco antes del inicio del ejercicio militar conjunto Key Resolve, que Seúl y Washington llevarán a cabo desde finales de febrero.
Corea del Norte invitó en las últimas semanas al Sur a abrir una etapa de distensión, aunque a su vez condenó las próximas maniobras militares y amenazó con duras represalias si los aliados siguen adelante con ellas.
Es una incógnita si ambas partes serán capaces de dar periodicidad a los encuentros de familiares separados por la guerra, una hipótesis sobre la que "es demasiado pronto para hablar", comentó la portavoz de Seúl.
Y es que las doscientas familias que se reencontrarán a fines de este mes suponen un reducido porcentaje con respecto a las 129.264 personas que sólo en Corea del Sur solicitaron participar en los eventos en las últimas tres décadas.
De ellas solo están vivas al día de hoy unas 71.000 personas, según datos del Ministerio de Unificación, y ocho de cada diez tienen más de 70 años.
Así, cientos de ancianos fallecen cada año sin poder volver a ver a sus parientes del otro lado de la militarizada frontera del paralelo 38, un hecho que refleja la urgencia de este tipo de reuniones.
La Guerra de Corea confirmó la división en dos de la península coreana entre el Sur capitalista y el Norte comunista, que recién en 1985 organizaron el primero de estos encuentros de familias divididas por el conflicto.
Desde la segunda reunión en 2000 entre los entonces presidente surcoreano, Kim Dae Jung, y líder norcoreano, Kim Jong Il, se celebraron otras 18 en las que más de 3.800 coreanos volvieron a reunirse brevemente con sus parientes tras décadas de separación.
Las reuniones -que no se celebran desde octubre de 2010- son un asunto con un importante valor sentimental en Corea, y la mayoría de los participantes tiene entre 70 y 80 años de edad, por lo que pidieron ver a sus familiares antes de un eventual fallecimiento.
Este acuerdo histórico, dicen desde Seúl, podría marcar un punto de inflexión en las relaciones entre las dos Coreas.
"Esperamos que las reuniones sirvan para abrir una etapa duradera de distensión" después de tres años marcados por constantes conflictos, indicó a la agencia EFE una portavoz del Ministerio de Unificación de Seúl, tras concluir con éxito las negociaciones de hoy.
Antes del inicio de las mismas, uno de los representantes norcoreanos había hablado de "un importante punto de partida para mejorar las relaciones entre Norte y Sur".
Los encuentros se dividirán en dos sesiones de tres días cada una, en las que los parientes podrán reencontrarse tanto en grupo como de manera individual según el horario programado, aunque no podrán compartir habitación, explicó la portavoz.
En el acuerdo, alcanzado en la aldea fronteriza de Panmunjom con mediación de la Cruz Roja, las dos Coreas "se comprometieron a desvincular completamente este evento humanitario de la situación política y militar", según la portavoz de Seúl.
Esta cláusula, aclaró, pretende evitar que una de las dos partes cancele de forma unilateral el reencuentro de familias.
Por su parte, el delegado norcoreano Pak Yong-il, citado por la agencia DPA, afirmó que las conversaciones con la Cruz Roja son "un importante punto de partida para mejorar las relaciones intercoreanas".
Ambas Coreas ya programaron uno de estos eventos para el pasado octubre, pero a última hora el régimen de Kim Jong-un lo declaró cancelado tras acusar a Seúl de usar las negociaciones como mecanismo de confrontación.
Además, en esta ocasión la cita entre parientes de ambos lados llegará poco antes del inicio del ejercicio militar conjunto Key Resolve, que Seúl y Washington llevarán a cabo desde finales de febrero.
Corea del Norte invitó en las últimas semanas al Sur a abrir una etapa de distensión, aunque a su vez condenó las próximas maniobras militares y amenazó con duras represalias si los aliados siguen adelante con ellas.
Es una incógnita si ambas partes serán capaces de dar periodicidad a los encuentros de familiares separados por la guerra, una hipótesis sobre la que "es demasiado pronto para hablar", comentó la portavoz de Seúl.
Y es que las doscientas familias que se reencontrarán a fines de este mes suponen un reducido porcentaje con respecto a las 129.264 personas que sólo en Corea del Sur solicitaron participar en los eventos en las últimas tres décadas.
De ellas solo están vivas al día de hoy unas 71.000 personas, según datos del Ministerio de Unificación, y ocho de cada diez tienen más de 70 años.
Así, cientos de ancianos fallecen cada año sin poder volver a ver a sus parientes del otro lado de la militarizada frontera del paralelo 38, un hecho que refleja la urgencia de este tipo de reuniones.
La Guerra de Corea confirmó la división en dos de la península coreana entre el Sur capitalista y el Norte comunista, que recién en 1985 organizaron el primero de estos encuentros de familias divididas por el conflicto.
Desde la segunda reunión en 2000 entre los entonces presidente surcoreano, Kim Dae Jung, y líder norcoreano, Kim Jong Il, se celebraron otras 18 en las que más de 3.800 coreanos volvieron a reunirse brevemente con sus parientes tras décadas de separación.
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