martes, 29 de abril de 2014

Enrique Krauze llama a poner fin a intolerancia de la izquierda

Enrique Krauze llama a poner fin a intolerancia de la izquierda

Enrique-Krauze

El historiador, Enrique Krauze planteó que la izquierda necesita, para florecer, nuevas ideas económicas y hay pensadores de la tradición liberal dispuestos a aportarlas, pero sin intolerancias, sin acusaciones de que el que es liberal “es de el perredismo, como no lo había tenido desde 1996.Expuso que el diálogo entre las tradiciones socialistas y de izquierda con la liberal está roto desde hace décadas y es tiempo de que se restablezca.
Sin ese reencuentro “no habrá la alternancia que falta en este país, la alternancia por la izquierda”, indicó el también editor cultural.
>Sin embargo, Krauze consideró que hay aún ciertos sectores de la izquierda que mantienen el dogmatismo y la intolerancia, pues consideran que todo el que no es igual a ellos y es liberal, “es de derecha, conservador, y reaccionario”.
Llamó a cambiar esa postura, pues no debe haber razón de distanciamiento, si se considera que eran liberales Benito Juárez, Ignacio Ramírez, Melchor Ocampo, Venustiano Carranza, José Vasconcelos y Daniel Cossío Villegas.
Lo fue también Octavio Paz, pero el “peor pecado” de la izquierda mexicana fue no dialogar con él, pues fue acusado de ser de “derecha” por sectores de la izquierda intolerante por sus críticas, aunque estas fueron -y así constó en su revista Vuelta por igual contra la restricción de las libertades en la URSS o Cuba, que contra los genocidas, las dictaduras militares, las guerrillas, las iglesias y la economía de mercado.
Fue la izquierda la que perdió con ello, porque “cercenó la posibilidad de tener el mejor de los interlocutores”. Paz, por su parte, dijo Krauze, “hubiera soñado por un encuentro como éste (pero) nunca la izquierda invitó a dialogar o platicar”.
Hay muchos pensadores, personas liberales identificados con la tradición liberal que tiene la disposición de tender puentes y hablar, lo que no podemos permitir es sentarnos a una mesa con la premisa de que somos moralmente inferiores, porque no es verdad”.

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