domingo, 14 de septiembre de 2014

Atentado ecológico en Tampico: dañado el manglar de la Laguna del Carpintero

Atentado ecológico en Tampico: dañado el manglar de la Laguna del Carpintero

El Ayuntamiento construye un parque temático-ecológico y las autoridades ambientales no han evitado los daños, denuncia la organización Ciudadanía Plena, AC.
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La Laguna del Carpintero, ubicada en el centro de Tampico, está amenazada por la construcción de un parque ecológico. Se han afectado zonas de manglar –protegidas por la legislación ambiental– y áreas inundables, que son hábitat de especies migratorias.
En agosto pasado, el diario La Jornada informó que en la zona norte de la Laguna del Carpintero, donde hay 16 hectáreas de humedales costeros con manglar, se construye un parque temático-ecológico para celebrar los 100 años de Coca-Cola en Tampico, pero el proyecto no cuenta con manifestación de impacto ambiental y presenta faltas administrativas; sin embargo, no fue sancionado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
El parque, inicialmente impulsado por una alianza público-privada entre el gobierno municipal de Tampico, el gobierno del estado y Femsa, tendrá una inversión de 10.4 millones de pesos y contará con ciclopistas, veredas, una megafuente y jardines de especies nativas, tropicales y exóticas. Sin embargo, Femsa se ha deslindado del proyecto.
“Ni Femsa, ni Fundación ni ninguna de las unidades de negocio de la empresa están participando actualmente en el proyecto del Parque Ecológico Laguna del Carpintero en Tampico”, le comunicó Carolina Alvear, de Comunicación Corporativa de Femsa, a la abogada Hilda Gómez, fundadora de Ciudadanía Plena, AC.
La abogada Hilda Gómez relata la historia del caso:
La Laguna del Carpintero está ubicada en el centro de Tampico, con una superficie de 157 hectáreas, de las cuales 80 son espacio terrestre y 77 son cuerpo de agua;  se comunica por medio del Canal de la Cortadura al Río Pánuco, que desemboca con el Golfo de México ubicado a 8 kilómetros de distancia de aquella.
Antiguamente, el total de su superficie terrestre era un humedal que se vio mermado por la edificación de espacios deportivos, recreativos y culturales, hasta reducirse a tan solo 16 hectáreas de terreno inundable con presencia de manglar, que pese a las constantes presiones urbanas y afectaciones directas que ha sufrido, está considerado como “Sitio Prioritario de Manglar” por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).
Pese a la relevancia biológica del manglar de la Laguna del Carpintero, dos presidentes municipales lo han destruido: en el año 2007 se taló para entregar las 16 hectáreas a una empresa privada mediante un contrato de comodato a 50 años, que gracias a la acción de la sociedad civil no se perfeccionó y con ello se evitó la construcción de un centro comercial en el manglar. El manglar se regeneró de manera natural hasta 2012 como lo certificó la CONABIO, pero a partir de enero de 2013, la entonces alcaldesa Magdalena Peraza, simulando la construcción con recursos municipales, estatales y de la iniciativa privada, de un “parque ecológico” -que de ecológico solo tenía el nombre-, a sabiendas de la existencia del manglar, no solo lo taló, sino que extrajo sus raíces tratando de extinguirlo, seguramente pretendiendo lograr con ello el cambio de uso de suelo a giro comercial como se intentó en 2007, ya que no existe explicación razonable que justifique la tala del valioso ecosistema para construir un “parque ecológico”.
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Una oportuna denuncia ciudadana ante la Delegación de la PROFEPA en Tamaulipas (que esta hizo constar en acta levantada con motivo de la visita de inspección que realizó el 19 de marzo de 2013) reveló que el Ayuntamiento de Tampico carecía del Manifiesto de Impacto Ambiental necesario para realizar obras en manglares, que se despalmó el sitio retirando su vegetación, que se rellenó el humedal, que se fragmentaron las áreas de manglar, que se derribaron y arrancaron mangles los cuales se ubicaron con coordenadas satelitales y se fotografiaron junto con montículos de la vegetación despalmada.
Pese a que esas acciones están prohibidas por el artículo 60 Ter de la Ley de Vida Silvestre, 28 de la Ley General para el Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente y las normas oficiales mexicanas NOM-022-SEMARNAT-2013 y NOM-059-SEMARNAT-2010, dicha Delegación no solo no suspendió las obras, sino que además dejó sin efecto la mencionada acta de inspección y sus fotografías y demás anexos, argumentando que el Ayuntamiento de Tampico no es la misma persona que el Republicano Ayuntamiento de Tampico,  permitiendo que continuara impunemente la afectación y tala de casi la totalidad del manglar hasta que en el mes de agosto de 2013  un grupo de la sociedad civil obtuvo la suspensión definitiva de las obras dentro del juicio de amparo 1113/2013, radicado en el Juzgado Noveno de Distrito.
Dentro del juicio de amparo, de forma aberrante, las autoridades que debieron defender al manglar y las especies que lo habitan, incluidas las amenazadas, sujetas a protección especial y en peligro de extinción -a quienes por cierto les pagamos con nuestros impuestos para ello-, el delegado de PROFEPA en Tamaulipas, Miguel de la Rosa Medrano, y el delegado en Tamaulipas de la SEMARNAT, Jesús González Macías, junto con la entonces presidenta municipal de Tampico y posteriormente con su predecesor Gustavo Torres Salinas, litigaron a fin de revocar la suspensión de la obra, que si bien lograron hace apenas algunos meses, no obtuvieron el resultado deseado de reiniciarla para concluir la extinción del manglar rellenándolo, sembrando árboles no nativos del mismo y dar los acabados a la obra negra que serían algunos baños y una cafetería, debido a que unas semanas antes, el procurador federal de Protección al Ambiente, licenciado Guillermo Haro Bélchez, anunció una sanción al Ayuntamiento de Tampico por carecer de autorización en materia de Impacto ambiental, ordenando la restauración total del sitio y debido a que para reiniciar la obra, el presidente municipal requerirá obtener de SEMARNAT la autorización en materia de impacto ambiental.
En agosto de 2013 el gobernador del estado, ingeniero Egidio Torre Cantú, nos dio su palabra de que el proyecto se modificaría para hacerlo “bien”; por ello, junto con su secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, buscamos al Dr. Jorge López Portillo Guzmán, quien es especialista en humedales reconocido por la CONABIO y a la Arq. Paisajista Mónica Pallares, quien coordinó el plan maestro de la construcción del Parque Ecológico Jaguaroundi en Coatzacoalcos, Veracruz, para elaborar una propuesta alternativa de un verdadero parque ecológico de humedales que sería el único en nuestro estado y uno de los pocos a nivel nacional; propuesta que fue entregada al presidente municipal de Tampico en noviembre de 2013 sin resultados positivos a esta fecha.
Después de 7 años de defender junto con otros tampiqueños nuestro manglar, sus ecosistemas y sus valiosos servicios ambientales, siempre en contra de las autoridades que en lugar de desviar recursos públicos para dañar el medio ambiente y cometer actos sancionados como delitos, deberían respetarlo y aprovecharlo bajo los excelentes lineamientos de las leyes y normas ambientales,  me pregunto:
¿SEMARNAT, contando con toda la evidencia proporcionada diligente y profesionalmente por la CONABIO, autorizará al Ayuntamiento de Tampico un proyecto –como es su propósito- que no contemple la restauración de las 7 hectáreas de manglar violando lo ordenado por la NOM-022-SEMARNAT-2013?
¿Podrá el Procurador Federal del Medio Ambiente enderezar las ilegales acciones de su delegado en Tamaulipas, cesarlo del cargo y ejercer sus atribuciones para sancionar la destrucción del manglar?
Ojalá que así sea, por el bien de nuestros hijos y futuras generaciones, por el bien de nuestro tan lastimado Tampico, por el bien de México y sus instituciones, y, claro, por el enorme placer de vivir en un lugar donde gocemos de una invaluable belleza natural que nos recuerde lo maravilloso que es el don de la vida.

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