Corrupción Diputados Mass Media Partitocracia — 18 diciembre 2014
El poder de “Gabrielico” Amat en Almería es tan omnímodo que 10 antes de su imputación por corrupción, hizo ir a su provincia a Mariano Rajoy desde Milán (Italia) para que le respaldara políticamente junto al nuevo presidente del PP andaluz. “Gabrielico” presume de tener buenas “fuentes” judiciales. De hecho, el periodista Pepe Fernández, incansable contra la corrupción, el bloguero Luis Montoya con su ya popular “wikiluis” y la asociación AMAyT y su presidenta, Carolina Gutiérrez, son tres de los “azotes” (pero no los únicos) que el “clan del cortijo” ha encontrado como obstáculo: 13 causas judiciales están actualmente en curso por corrupción política en Almería. Fernández, Montoya y Gutiérrez han denunciado retraso judicial en la instrucción de estas graves causas e incluso connivencia, lo que podría desembocar en una inspección del CGPJ, según pudo saber “Espía en el Congreso” en Madrid.
Amat ya está imputado en una de estas causas y además de sus 108 empresas familiares, algunas incluso están vinculadas económicamente al Ayuntamiento de Roquetas de Mar, donde este agricultor fue alcalde (hoy es presidente de la Diputación), algo expresamente prohibido por la ley de contratos del Estado. El viejo dirigente del PP andaluz, Javier Arenas, ha declarado que le considera su “hermano mayor” de tal forma que el asilvestrado Amat es el patriarca, Arenas el tío y Hernando el sobrino.
Junto a ellos forman parte del clan Juan José Matarí, “fontanero” de Génova 13 y diputado relacionado con la trama Gürtel, que le pagó sus viajes a Disneyworld (él lo niega pero nunca presentó las facturas), Luis Rogelio Rodríguez Comendador, alcalde de Almería, senador, que hace alarde de sus bellas profesoras particulares de tenis o pádel y que incluso admitió su corrupción. También Eugenio Gonzálvez, senador, alcalde de Gádor, conocido en la Cámara Alta como “el gordo Gonzálvez” (pesa más de 140 kilos), público admirador del género femenino que también estuvo imputado por corrupción ante el Tribunal Supremo y fue absuelto no porque la acusación fuera falsa sino porque el tribunal no era competente. Todos ellos conforman este “clan” que domina la política almeriense desde hace cuatro décadas y que se “reparte” el cortijo con los herederos del dirigente socialista, Martín Soler (PSOE) gracias a un pacto de no agresión PP-PSOE.
“Rafa” Hernando nunca ha vivido en Almería y de hecho asegura en su declaración de bienes que solo posee allí un apartamento de alquiler. A la provincia sólo acude una vez a la semana a dar una rueda de prensa para hacerse visible, viaje que rentabiliza con el abundante incienso y loas que le dispensan los dos medios oficiales del régimen (periódicos de papel). Otras fuentes periodísticas, sin embargo, afirman haberlo visto observando las obras de un chalet en construcción muy cerca del que posee el actual alcalde de Almería y senador, Luis Rogelio Rodríguez Comendador. Sea lo que fuere, en su declaración de bienes afirma que solo posee un piso de 130 metros en Madrid por el que pidió una hipoteca de 200.000 euros. No consigna donde está ubicado semejante chollo. También posee un Audi A-4 y un Golf GTD por “renting”. Y como está divorciado, le pasa a su ex-mujer, también dirigente del PP, 3000 euros mensuales. Hernando matrimonió con la concejala del PP en Alcobendas, Elisabetta Bracco, pero su relación se rompió. No así sus ingresos (dos sueldos públicos como concejal y diputado), lo que no les obstaculizó para pedir becas escolares para sus hijos, que fueron proporcionadas por funcionarios de la Comunidad de Madrid a “Espía en el Congreso” asqueados por el constante clima de corrupción política.
Pese a su “modesto” sueldo de diputado, Hernando pagó 20.000 euros del préstamo hipotecario, otros 13.000 de IRPF y los 3000 de la pensión de alimentos. Aún así, posee 9.900 euros declarados en sus cuentas corrientes, 4900 euros en acciones de bolsa y 73.000 en un plan de pensiones: seguramente el que todos los contribuyentes les pagan a sus señorías mientras no exista una ley que obligue a retrotraer este abuso de dinero público aprobado por ellos mismos. A lo que se ve, el sueldo de diputado de Hernando se estira mucho, aunque para acallar los rumores sobre la procedencia del dinero él mismo ha declarado que era uno de los dirigentes que recibía los famosos “sobres” del tesorero Bárcenas: “pero lo he declarado todo”, asegura. De momento, ninguna inspección fiscal independiente ha podido corroborarlo.
Que Rajoy haya escogido a “Rafa” Hernando como máximo representante del Grupo Popular es significativo: lo ha hecho días después de que la prensa del régimen se sorprendiera por el uso en su último discurso de una palabra muy típica entre los gays: cuando se quejó de “los “Adanes” que pululan hoy por España”. Según la escritora Illy Nes, en su libro “Hijas de Adán. Las mujeres también salen del armario”, este vocablo procede de la leyenda que portaban los caballeros y efebos que intervenían en los juegos ecuestres de cañas “en una intersexualidad lúdica”, toda vez que al ganador se le proclamaba como “la vencedora”.
La Real Academia, ignorante de esta acepción, lo equipara a “hombre desaliñado y sucio” o “apático y descuidado” aunque reconoce que su procedencia es bíblica. Si así fuera, como parece lógico pensar, se acercaría más al sinónimo visual que ha sido inmortalizado por numerosos pintores desde Miguel Ángel a Rubens o Durero. Así lo ve también el catedrático de Historia, Fernando Bruquetas, autor de numerosos libros históricos con transfondo homosexual, para quien “los adanes, en la jerga gay, son los iconos de la virilidad o los andróginos, se usan las dos acepciones. Es un término que lo utilizan sobre todo los que “entienden”, solo para “entendidos”, un guiño gay”.
El “Adán” que ha escogido Rajoy para que lo represente en el Congreso, es por ello una mezcla de barbilampiño, aunque ya cincuentón, y de violento o viril. De hecho, “Rafa” Hernando protagonizó el único episodio de violencia física que se recuerda en el hemiciclo cuando intentó agredir en los pasillos de la cámara al entonces dirigente socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras un acalorado debate. El periodista valenciano Juan Antonio Blay, que fue testigo, lo narró así:
“El caso es que en un momento dado el parlamentario popular, visiblemente alterado y con el semblante desencajado, pretendió alcanzar de forma brusca el cuerpo de Pérez Rubalcaba con evidente actitud de agredirle. «¡Eso no me lo dices a la cara!», repitió por dos veces el diputado Hernando mientras era retenido por algunos acompañantes. La agresión solo pudo evitarse, en medio de un pequeño tumulto, por la rápida intervención de los diputados populares Alejandro Ballesteros y Ángel Acebes, quienes sujetaron de la chaqueta a Hernando. Éste, sin embargo, mantuvo su ademán e inercia hacia su objetivo. El portavoz popular, Eduardo Zaplana, llegó a tiempo de interponerse entre ambos y con su cuerpo detuvo el camino de su compañero”.
Hernando también retó a un twitero a “partirse la cara” en una pelea física tras un comentario que no le había gustado. Varios periodistas parlamentarios lo han calificado como el único miembro de la cámara al que puede definirse como “diputado violento”.
Y al parecer, este ejemplo lo ha transmitido a sus propios hijos: uno de los vástagos del matrimonio Hernando-Bracco también ha sido denunciado por provocar destrozos en el mobiliario urbano de Alcobendas, así como por proferir insultos en internet: “Putos rojos” o “Viva Franco”, lo que ha provocado también otra polémica en Twitter. El padre tuvo que enviarlo a un lejanísimo país fuera de España para evitar la curiosidad de la prensa y males mayores, aunque el dinero del mobiliario urbano destrozado nunca fue reclamado desde el Ayuntamiento donde trabaja su madre como concejala.
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