JESÚS FUE VARIAS PERSONAS Y NO UNA SOLA COMO SOSTIENEN LAS SAGRADAS ESCRITURAS
De acuerdo al escritor y activista ateo
David Fitzgerald, Jesucristo no fue una persona real sino más bien una
alegoría literaria creada de la combinación de varios cultos antiguos y
personajes existentes durante el primer siglo de nuestra era. En un
libro que publicará pronto menciona que, a diferencia de otros líderes
de sectas judías, el nazareno no es mencionado en ningún registro
histórico de los tiempos en los que supuestamente vivió.
Fitzgerald hace referencia a las
discrepancias que aparecen en los evangelios tempranos de Marcos, Mateo y
Lucas, alegando que estos fueron escritos décadas después de la
supuesta «era de Jesús» y afirma que, probablemente, los discípulos
tampoco fueran reales y los nombres se añadieran posteriormente a los
evangelios para dotarles de credibilidad. «Creo que el Cristianismo
comenzó como una de las muchas misteriosas religiones que surgieron como
resultado de la renovación de dioses y tradiciones antiguas»,
sentencia.
«Para los tiempos de Pablo, aparecen
diferentes “Mesías” y “Últimas Cenas”. Lo que hizo el Cristianismo fue
tomar estas historias e incorporarlas a la de Jesús», explica el autor,
quien destaca el culto a Juan el Bautista como ejemplo de competidor
directo.
Fitzgerald dice: «No es inverosímil
pensar que Jesús fue un personaje inventado, y pienso que, de haber
existido realmente, fue la representación de varias personas y no una
sola. Asimismo, filósofos renombrados del primer siglo como Filón de
Alejandría —también llamado Filón el Judío— ni siquiera lo menciona. En
ese mismo período más de un mesías fue proclamado por “milagros”
inferiores a los que supuestamente obró Jesús, y, a pesar del poco
fuste, sí lograron hacer algo que este último no pudo: dejar su huella
en los registros históricos».
El Osario de Santiago.
La mención más temprana de Jesús fue
descubierta en un osario de caliza grabado con las palabras «Santiago,
hijo de José, hermano de Jesús». Aunque el osario es auténtico, y se
sabe que es el que falta de la tumba de los diez Osarios en Talpiot, la
autenticidad de la última parte de la inscripción ha sido puesta en
duda. Los análisis científicos sitúan la primera mitad de la inscripción
a mediados del siglo I, pero la segunda mitad de la inscripción fue
realizada en tiempos modernos. Se especula que esta reliquia fue
saqueada de la tumba original y vendida de forma ilegal en el mercado
negro de antigüedades, cuando se le añadió la segunda mitad de la
inscripción referente a Jesús para, probablemente, aumentar el precio
(ya de por sí, incalculable) de semejante reliquia arqueológica.
Otras menciones de Jesús se remontan a
Antigüedades Judías, una obra escrita en griego por historiador judío
Flavio Josefo, hacia los años 93-94; y a Los Anales, del historiador
romano Cornelio Tácito, año 116, donde alude a la ejecución de Jesús.
Por lo tanto, aboliendo los rumores, Nerón subyugó a los reos y los sometió a penas e investigaciones; por sus ofensas, el pueblo, que los odiaba, los llamaba «cristianos», nombre que toman de un tal Cristo, que en época de Tiberio fue ajusticiado por Poncio Pilato; reprimida por el momento, la fatal superstición irrumpió de nuevo, no sólo en Judea, de donde proviene el mal, sino también en la metrópoli [Roma], donde todas las atrocidades y vergüenzas del mundo confluyen y se celebran. Anales, 15:44:2-3
Ambas menciones, como es evidente, muchos años por delante de los tiempos en que vivió el Nazareno.
Para su obra literaria debunkista,
Fitzgerald toma en cuenta las inconsistencias de ciertos evangelios:
«Marcos comete muchos errores acerca de las costumbres y geografía de
Judea durante el siglo I. Por ejemplo, si Jesús realmente fue arrestado
en el anochecer de la Pascua Judía (Pésaj), hubiera sido puesto en una
cárcel y juzgado después del fin de semana. El juicio en sí mismo viola
las leyes judías, ¿por qué no lo lapidaron?»
Como réplica a lo dicho en el párrafo
anterior por el escritor ateo, Colin Humphreys, de la Universidad de
Cambridge, señala que las discrepancias en los evangelios de Mateo,
Marcos y Lucas en relación al de Juan surgieron porque aquéllos toman
como referencia un antiguo calendario diferente al judío. Esto puede
significar también que el arresto, interrogación y juicio de Jesús no se
produjo en un sólo día.
«Si tú miras todos los eventos que
registran los evangelios entre la Última Cena y la crucifixión, te das
cuenta de que hay una gran cantidad de hechos. Es imposible encajarlos
todos entre un jueves en la noche y un viernes en la mañana. Pero lo que
mi investigación encontró es que se relatan los hechos a partir de dos
calendarios», explicó Humphreys.
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