Álter vú: la solución de John Titor y los pliegues entre memoria y mundos paralelos
¿Es posible que los viajes en el tiempo de otra persona modifiquen también nuestros recuerdos sobre nuestra propia vida?
Por: pijamasurf -
Uno de los enigmas favoritos del Internet es el del viajero en el tiempo John Titor,
su extraña misión y las evidencias que han dividido a los lectores
entre creyentes y escépticos; de manera muy resumida, John Titor fue un
nombre utilizado por un blogger quien entre 2000 y 2001 afirmó haber
viajado desde el año 2036 a diferentes puntos del pasado a través de una
máquina que permite curvar la gravedad y acceder a mundos paralelos
(busquen la explicación ampliada en el link anterior). Ahora bien, Ron
Schwarz, editor de Stranger Dimensions, ha compartido un nuevo cabo suelto alrededor de John Titor con la historia de los “álter vús” o recuerdos paralelos.
Todo comienza con un experimento de John
Titor antes de volver a su dimensión temporal original. En el año 2001
le pidió a muchos lectores de su blog que le enviaran cartas o
documentos para ser enviados a versiones anteriores de ellos mismos en
1998. Los mensajes serían enviados a “Pamela”, algo así como la
“albacea” o ejecutora de Titor, cuando este hubiera vuelto a su línea de
tiempo original. El problema con los viajes en el tiempo es que sus
resultados son difíciles de prever (en caso de que uno consiga romper la
singularidad de su propia dimensión cronotópica con alguna tecnología
desconocida).
Los participantes en el experimento de
Titor, incluyendo a la misma Pamela, experimentaron durante los meses
siguientes pequeños cambios, casi imperceptibles pero preocupantes.
“Edificios que desaparecen, o aparecen en lugares donde no habían
estado. Cambios de señalética. Sueños extraños. Desorientación a escala
temporal”. Pamela incluso llegó a contar que un viajero del tiempo la
visitó en su auto, en 1998, pero no lo recordó sino después de
la visita de Titor en 2000. El viajero de 1998 aparece, según ella, en
un diario de sueños de por entonces, al igual que su oferta de mandarle
mensajes al pasado; a partir de esto se acuñó el término “álter vú”, que
sugiere que un recuerdo cambia de significado o se presenta de forma
distinta a como solíamos recordarlo.
Según Schwarz, si John Titor
efectivamente viajó en el tiempo, las alteraciones que los participantes
recibieron en su pasado fueron recibidas en una línea de tiempo completamente distinta a
la que ellos recuerdan como “su” pasado. “Pero los mundos paralelos
pueden estar muy cerca. Tal vez, como ecos (y viajeros del tiempo) no es
imposible que los eventos en uno se asomen en el otro”.
Los álter vús se parecen a
fenómenos también asociados con las sutiles diferencias en la
experiencia subjetiva y colectiva de la realidad, como el caso de los
osos Berenstain, una famosa caricatura de los 80, que en realidad se
llamaban Bernstein, o el efecto Mandela, según el cual el político
sudafricano habría muerto en una prisión del siglo XX (pues muchos lo
recuerdan así), en vez de en su casa en 2013.
El caso es una curiosidad de la era del
Internet, aunque vale decir que una curiosidad fascinante que sigue
sugiriéndonos relaciones insospechadas: ¿los sueños y la memoria existen
como datos “duros” e inmutables, o por el contrario la sugestión y el make believe pueden
hacernos recordar cosas que nunca ocurrieron? Y desde otro punto de
vista, ¿los viajes en el tiempo –de ser posibles– tendrían
consecuencias en el resto de las líneas de tiempo paralelas?, ¿de qué
tipo?
¿Qué te gustaría decirle a tu versión de 1998?
(Posts originales de John Titor aquí)
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