La profecía se cumple: farmacéuticas cazan “mutantes” humanos para obtener su ADN
Con inversiones millonarias, compañías farmacéuticas buscan convertir las mutaciones increíbles de ciertos individuos en medicamentos que combatan enfermedades de otra manera (y con otro costo)
Por: pijamasurf -
La mutación es un proceso natural del
código genético. Con cada cambio generacional se presentan
modificaciones en el ADN relacionadas con la mezcla de material genético
propio de la reproducción de especies. En ocasiones estas variaciones
son mínimas y sin mayores efectos para el individuo, pero en otros casos
conducen a cambios notables y cabría decir que incluso sorprendentes.
En este sentido, podría decirse que la mutación es un recurso propio de
la evolución, con el cual se consiguen las capacidades que permiten a
una especie adaptarse a su medio.
Por estos motivos, las mutaciones son
objeto de gran interés entre científicos e investigadores de diversas
disciplinas. En el caso de los seres humanos, además, la curiosidad es
mayor porque han producido individuos con capacidades que fácilmente
podrían compararse a las de aquellas fantasías pop sobre superhéroes y
personajes sobrehumanos que, por ejemplo, resistían el contacto con
temperaturas superiores a las que cualquier persona podría soportar, o
cuyas heridas sanaban con rapidez sorprendente y mayor que la de
cualquier persona común.
Algo parecido sucede, por ejemplo, con quienes padecen esclerosteosis,
una condición tan extraña que, a la fecha, se calcula que se encuentra
en únicamente 100 personas en el mundo; su cualidad distintiva es que se
trata de una mutación que provoca una alta densidad ósea, lo cual hace
que los huesos de una persona soporten impactos que dejarían a la
mayoría con fracturas. Asimismo, se sabe de otros individuos con una
tolerancia al dolor que supera lo increíble, al grado de que pueden
poner las manos al fuego o caminar sobre cristales sin que ello les
provoque ningún tipo de sufrimiento.
¿Cómo sería el mundo si esas
“capacidades” no fueran exclusivas de unos cuantos sino, por el
contrario, pudieran entenderse para reproducirse en cualquiera? Si la
modernidad se ha caracterizado, casi desde su origen, por querer llevar
al ser humano más allá de sus límites, las mutaciones pueden ocupar un
lugar fundamental en esta intención, una suerte de pieza clave para la
generación de seres humanos con capacidades suprahumanas. La pregunta,
sin embargo, es quién se encargará de llevar a cabo este proyecto.
De acuerdo con Caroline Chen, que escribió recientemente al respecto en el sitio web Bloomberg Businessweek,
son sobre todo empresas farmacéuticas quienes hasta el momento tienen
colocadas grandes sumas de dinero en investigaciones al respecto. Su
principal propósito es, para decirlo en pocas palabras, condensar esas y
otras mutaciones conocidas en pastillas, jarabes o alguna otra forma de
medicina que permita a otras personas tener esas habilidades. Según
cifras de Chen, por ejemplo, la industria de los analgésicos ronda los
18 mil millones de dólares al año tan sólo en Estados Unidos. ¿Cómo
cambiaría este escenario si la mutación relacionada con el umbral del
dolor pudiera obtenerse de la misma manera que se toma una tableta?
Xenon Pharmaceuticals es una de las
compañías interesadas en este nuevo tipo de fármacos contra el dolor
basados en la mutación de ciertas personas. Por sus indagaciones con
familias en donde hay individuos que no sienten dolor, ahora se sabe que
esto se debe a una variación en un gen que regula el canal de iones de
sodio Nav 1.7, el cual regula la manera en que el dolor se distribuye en
nuestro cuerpo. Si los estudios de la empresa obtienen los resultados
esperados, los analgésicos producidos rivalizarían notablemente con los
que existen actualmente y que tienen efectos negativos considerables:
los opiáceos y su potencial adictivo y, por otro lado, los fármacos
antiinflamatorios y libres de esteroides que, sin embargo, no alivian
dolores intensos y pueden provocar males gastrointestinales.
En el caso de la esclerosteosis,
descubrir su funcionamiento y sintetizarlo farmacéuticamente podría
llevar, por ejemplo, a encontrar medicamentos efectivos contra la
osteoporosis o, como sucedió hace poco, a usarse en áreas como la
exploración espacial para remediar la pérdida de densidad ósea que
experimentan los astronautas en el espacio exterior.
Con todo, como sucede con el
conocimiento en su relación con el poder, siempre cabe interrogarse por
el agente que está al centro de esta búsqueda y los propósitos con los
que la realiza. ¿Por qué una empresa podría arrogarse la capitalización
de una cualidad que, en cierto modo, pertenece a la naturaleza? ¿Cuánto
de las ganancias millonarias que usualmente tienen esas empresas
correspondería a los individuos portadores de dichas mutaciones? ¿Tiene
cabida la ética en estas preguntas?
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