Moscú, 13 feb (PL) El primer ministro Dmitri Medvédev denunció
hoy la atmósfera de guerra fría entre Occidente y Rusia por las
sanciones y la persistencia de acciones hostiles de la OTAN cerca de las
fronteras de su país.
Afirmó Medvédev al intervenir en el segmento político de la Cumbre
anual de Seguridad en Múnich que la política de sanciones antirrusas
arrastró a las partes a una nueva fase de guerra fría y confrontación,
pero no por voluntad de Moscú, apostilló.
Constató el jefe de la
delegación rusa que la línea seguida por los aliados de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) continúa siendo hostil y cerrada
en las relaciones con Rusia.
Llamó la atención el primer
ministro sobre las amenazas reales que subsisten para el mundo, las
cuales no son precisamente las que se enuncian a diario de parte de la
OTAN, Europa o Estados Unidos acerca de un supuesto peligro ruso.
Para Medvédev, muchas de las que amenazas "transfronterizas" que
presuntamente fueron vencidas resurgieron hoy con fuerza, como el
terrorismo y el extremismo, relacionó el mandatario ruso, citado por las
principales agencias.
A su juicio, la crisis actual del modelo
económico predominante crea las premisas para un espectro de disímiles
conflictos, incluido los regionales, de los cuales no está exenta
Europa.
Recomendó Medvédev que en medio del complicado panorama
que salpica a todos los países por igual Occidente debía renunciar a su
doctrina de contención y aglutinarse con Rusia en la solución de
acuciantes problemas.
Expresó seguridad en que las partes tenían
todavía una oportunidad para "unirse y responder juntos a las amenazas
comunes". Subrayó, no obstante, el representante del Kremlin en la
Conferencia anual de Seguridad que una restitución de la confianza mutua
no puede ser sujeta a condicionantes previas.
O es necesaria
para todos o nadie lo necesita, aseveró Medvédev al deslizar la postura
de Moscú en cuanto a un diálogo con Occidente en igualdad y el respeto a
los intereses de cada parte.
En otro segmento del discurso,
Medvédev reprochó que la negativa de los occidentales a cooperar con
Rusia en la lucha contra el terrorismo propició el fortalecimiento y la
expansión del Estado Islámico, organización terrorista prohibida aquí.
La alocución abarcó la situación en el Medio Oriente, el Norte de África
y Ucrania.
Al cerrar su intervención, el primer ministro ruso
afirmó que el encuentro ayer entre el patriarca Kirill y el papa
Francisco representaba un ejemplo brillante de acercamiento entre dos
iglesias cristianas que "estuvieron siglos sin comunicarse".
to/oda |
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