Estamos inmersos en una guerra por la reprogramación de la mayor parte del mundo y su peculiaridad es que no hace falta eliminar a los enemigos físicamente, asegura un analista ruso.
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Mientras los militares rusos repelen a los terroristas lejos de sus fronteras, en Siria, el principal enemigo global está reforzando paso a paso sus posiciones, cerca y dentro de Rusia, cree el analista internacional Vladímir Lepiojin.
"Una nueva guerra mundial que, según algunos, está a punto de estallar y que, según otros, no podrá enredar a Rusia, se viene llevando a cabo, y Rusia, como objetivo principal de esta guerra, está sufriendo a diario pérdidas físicas, económicas, socioculturales, de reputación, y de otro tipo", escribe el politólogo en un artículo para RIA Novosti.
Lepiojin subraya que los sujetos de la nueva guerra global no son Estados como solían serlo a mediados del siglo pasado, sino los propietarios y beneficiarios del llamado mercado global. Son ellos y no los islamistas o países concretos los que han puesto sus bases cerca de las fronteras rusas, organizado el golpe de Estado en Ucrania, los que han impuesto sanciones económicas contra Rusia, lo que están lanzando desinformaciones en su contra, eliminando a los rusohablantes del este de Ucrania y los que siembran la discordia entre los vecinos de Rusia, señala.
Las élites empresariales globales marcan la pauta de la globalización, definen los objetivos estratégicos y determinan el grado y dirección del uso de fuerza. Mientras tanto, afirma el autor, países como Turquía, Catar, Polonia y Arabia Saudita son los regimientos de vanguardia de la supersociedad occidental, llamados a realizar ataques en volúmenes y direcciones determinados.
Además están aquellos que deben morir en el campo de batalla, física o moralmente, en aras de los intereses del cliente global. Son mercenarios de compañías militares privadas, terroristas así como
periodistas
y políticos empleados para fines concretos de índole militar.
Peculiaridades de la nueva guerra
El analista acentúa que la "nueva guerra mundial no es una lucha por territorios sino por las palancas de mando de la conciencia de las masas y élites". Según él, en esta etapa se desarrolla una guerra por la reprogramación de la mayor parte del mundo y su peculiaridad es que no hace falta eliminar a los enemigos físicamente.
"La tarea consiste en desarmar al enemigo de manera voluntaria o causar una guerra civil en su territorio, algo que ya ha sucedido en Ucrania y debe suceder, según los diseños de los estrategas occidentales, en Rusia", recalca Lepiojin.
A este respecto el control por el ciberespacio es equiparable al monopolio en las armas nucleares. "Las modernas
redes sociales
y las grandes empresas de tecnologías informáticas son comparables a las bombas atómicas, pero la destrucción es suave y desapercibida", acentúa.