martes, 5 de julio de 2016

Algunas nociones de un elevado nivel de abstracción en Marx


salta21.com

Algunas nociones de un elevado nivel de abstracción en Marx

Adrián López
En “… el Paraíso hay amigos, música … ; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve”
Monterroso, Augusto: La oveja negra y otras fábulas, Editorial Alfaguara, Madrid, 1998, 43
Antes de beberte tu infusión de poleo, “… acompaña a Teoría al Consejo (del) que … formaba parte”
Aristófanes: La Paz, Editorial Gredos, S. A., Madrid, 2011, 21
Entre
el papel
la tinta/
sangre
de mi
cuerpo,
se injertan
horas
consumidas
la espera
que no acaba
el estallido
de nuestras
aguas
y yo,
que no soy

-1

Nuestras pesquisas detectaron que en las hipótesis de largo alcance de Heinrich, es plausible articular cinco fondos que disponen de la riqueza (ir a http://www.eumed.net/ce/2009b/al.htm), cuatro ámbitos esenciales en la reproducción de la comuna y 5 sectores nodales en la génesis de tesoro.

0

Axiomáticamente, podemos enunciar que los cinco estratos aludidos son:
1- “archivo” para la producción y reproducción en escala ascendente;
2- fondo destinado a la conservación de un nivel determinado de consumo y para la distribución;
3- esfera para la eventual ampliación del consumo o fondo de disfrute;
4- conjunto para la acumulación y reserva. Se apela a él ante acontecimientos como las catástrofes naturales;
5- archivo para el gobierno, control y autoorganización de la sociedad, y para el ejercicio continuo de las facultades sustanciales de varones y mujeres, con la finalidad de convertirlos de manera constante, en seres polimorfos y multifacéticos, aptos para no amedrentarse frente al deseo y para el ejercicio de una “política” rebelde ante los placeres.
La mayoría de las asociaciones que emergieron desde la hominización al orden burgués, tuvieron un desarrollo raquítico de esos fondos, a tal punto que bien podría colorearse que los que van del tres al 5 casi no existieron, postergándose el deseo, el placer y el cuerpo y priorizándose el trabajo, el agobio, la disciplina, la moral, la búsqueda de poder, el ejercicio del dominio, la represión de lo sexual.

1

Por su lado, las Esferas apenas mencionadas son: el Sector I (que engloba la fabricación y el abastecimiento de medios de producción); la Esfera II –que abarca la fabricación y el suministro de los bienes de consumo–; el Sector III (que incluye la reproducción e intercambio entre los ambientes I y II); la Esfera IV –que abarca la acumulación para una reproducción en escala (los Sectores III* y IV no fueron aludidos por los markisms –“picar” en http://www.salta21.com/Los-intelectuales-y-Marx.html).
* En ocasiones, en el volumen dos de El capital se distingue entre la Esfera II, que se aboca a la fabricación de los medios de subsistencia para las clases valorizadoras de capital y entre el Sector III**, que se asocia con la producción de los bienes necesarios y de lujo para las clases dominantes.
Por un lado, se puede amortiguar lo descrito y por el otro, es factible ampliar los conglomerados sociales intervinientes.
El desembrague consiste en establecer que la Esfera II, se diferencia entre un Sector IIa y una Esfera IIb.
La universalización radica en que el Sector IIa se encarga de la fabricación de valores de uso para los conjuntos no privilegiados y no sólo para las clases. La Esfera IIb, provee los objetos de consumo de los grupos acomodados y no únicamente de las clases dominantes.
No obstante, a causa de que en esos esquemas de flujos entre los Sectores I y II, participan los capitalistas y los asalariados, habría que ajustarse a lo que el nieto del rabino Levy estipuló.
Marx Levy, Karl Heinrich Mordejái: El capital, Editorial Cartago, Buenos Aires, 1982. En http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/el_capII.pdf.
2
** Rosa, que procuró actualizar el intercambio entre los “Departamentos”, aconsejó otro al que podría denominarse Esfera III
si quedan medios de subsistencia derrochados “... o Estado (pode comprar–lós com os recursos) ... da legislação tributária ... (Assim, a) demanda do Estado (adquire) ... os (bens) ... para ... os funcionários do Estado, (e ele pode interessar–se por um) ... gênero de produtos especiais, (meios que são o) ... material bélico ...”–Luxemburg, Rosa: A acumulação do capital. Contribução ao Estudo econômico do Imperialismo. Antricrítica. Apêndice: A crítica de G. Eckstein, Editora Nova Cultural, São Paulo, 1985, 314 (http://grupgerminal.org/?q=system/files/LA+ACUMULACI%C3%93N+DEL+CAPITAL.pdf).
Como Luxemburg no estaba al tanto de la correspondencia entre Heinrich y Engels, en la que Mordejái habla de un Sector III y en virtud de que se puede especular que hay una Esfera IV, Rosa se siente autorizada para agregar un Departamento III que absorbería la plétora de bienes, el capital fijo sin ocupación, el dinero estancado en el ahorro.
El Sector III del suegro de Aveling, contempla los obstáculos que entorpecen la reproducción por el exceso de objetos para el consumo, por las máquinas ociosas y por la sobreoferta de crédito desaprovechada.
Heinrich no debía solucionar lo que Luxemburg pergeñó que Marx tenía que resolver. El oriundo de Trier, debía encarar el porqué de la abundancia de bienes, el porqué del capital fijo ocioso y el porqué de la moneda sin ser usada.
Esos problemas son los que no puede solucionar la época burguesa, a raíz de que el capitalismo se maneja con el subconsumo de un fragmento de la población, segmento de los habitantes que son los pertenecientes a las constelaciones no acomodadas (a). Por lo demás, lo burgués opera con la saturación del mercado, con máquinas sin ocuparse y con crédito que excede lo que se requiere para inversiones –b. Asimismo, el “kapitalisme” emplea dinero cuando no es adecuado, enlodándose en la sobreinversión (c). Por último, lo “burgis nga” no usa el crédito cuando es preciso –d.
Y sin embargo, para no ser recalcitrantes y dogmáticos, se podría separar en el Departamento III del frecuentador de Gogol, un Sector IIIa deslindado de la Esfera IIIb, Departamento IIIa que sería el de la reproducción e intercambio entre el Sector I y la Esfera II, y el Departamento IIIb, que consistiría en el Estado como amortiguador de las consecuencias negativas del relativo desaprovechamiento de los recursos disponibles.
No obstante y al contrario de lo que difunden cientos, habría que remarcar que Luxemburg no comprendió lo que el padre de “Franziska” anheló con los esquemas de los Sectores. Una de las metas era explicitar cómo se mantenía el capital en el seno de lo burgués, sin apelar ni a una “semiperia”, ni a una periferia.

3

Como tendremos ocasión de constatarlo, el flujo entre los Departamentos se vincula con las crisis en el capitalismo.
Para esgrimir eso, daremos un rodeo a la cuestión, tal como es nuestro censurado proceder…
El economista norteamericano Richard Murphy Goodwin, que se consideraba marxista (!!! –cf. http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n13/10_REC13_Clasicos_A_Barcelo.pdf), realiza una interpretación matemática que él y sus comentaristas sostienen que es la puesta en matrices, de la concepción de las debacles periódicas argumentadas por “Karell”. Subrayamos; eso es lo que Richard alucinaba que había conseguido y es lo que los que lo explican, creen interesadamente, a pie juntilla.
Para los glosadores de Goodwin al estilo de Meghnad, las fórmulas de Richard indican que el régimen actual y en la mediana duración, funciona con ciclos en los que da vueltas en torno a un punto ideal de equilibrio, encontrándose siempre en desbalance.
Al contrario de lo que Heinrich supondría, tales desequilibrios no son completamente destructivos, sino que implican un determinado crecimiento, alguna estabilidad en la tasa de lucro y un cierto desempleo.
Lo primero a objetar es que para Marx, la cuestión estaba en que la reproducción del capital y la conservación de un nivel de la cuota de ganancia, se hacía a través de desbalances que sí son aniquiladores.
Lo segundo a criticar es que para Karl, uno de los problemas del orden burgués consiste en que necesita de desempleo o de un ejército industrial de reserva, sin poder alcanzar, aun cuando los keynesianos protesten…, el pleno empleo absoluto.
Le otorguemos crédito, a pesar de lo sentenciado, a Murphy.
Lo que sus ecuaciones dirían es que, en la mediana duración, el capitalismo opera con ciclos que se desplazan alrededor de un eje de equilibrio, estando el régimen burgués en desequilibrio y que ese desbalance no impide que el capitalismo, en la mediana duración, pueda reproducirse casi sin dificultades, sin importar ni las consecuencias de las kryzys, ni los efectos de los desequilibrios (por supuesto, eso es inaceptable, no sólo para un “ladthi mak” como el mío, sino para casi todos los marxismos).
Pero… ¿qué sucede en la larga y en la prolongadísima duración?
En esas escalas, el orden burgués es un sistema que funciona con lapsos de recuperación breves y poco notables, y con depresiones extensas, crónicas, sin salida y que van desde el medio siglo a las 2 centurias o más –no acordamos en que los artificios de Richard Murphey, sean adecuados para la extensa y la larguísima duración [las ecuaciones de Goodwin son para la mediana duración y eso (ver otra opinión en http://www.scielo.org.bo/pdf/rlde/n15/v9n15a04.pdf; Mayo de 2011, con acceso en 07 de Agosto de 2015)].
Otro de los aspectos que impugnamos de lo que enarbola Desai, es que para Meghnad, los esquemas de reproducción ascendente del volumen dos de El capital, no presentan desajustes, otorgando la sensación de que el capitalismo puede operar sin crisis y sin mermas en la tasa de lucro.
Eso es directamente, mentira.
En una oración perdida del tomo II de El capital, Heinrich informa que en la reproducción ampliada se aprecia que en los Departamentos I y II, queda tanto capital fijo, cuanto dinero ociosos, por lo que para exponer un caso “puro” en el que las Esferas aludidas no den lugar a tales excedentes desaprovechados, Marx advierte que establecerá que el Sector I usará su plusvalía en un 50 % para adquirir bienes de la Esfera II, y que el Sector II empleará un 30 % de su plusvalor para invertir en la Esfera I.
Ese recurso es un artilugio matemático y es imposible, por la naturaleza anárquica y destructiva del régimen burgués, que el capitalismo llegue a un grado de planificación del mercado, que le permita conservar tales proporciones entre los Departamentos I y II, de forma que se eliminen los desequilibrios entre los mencionados Sectores.
Lo que evidencia el modelo abstracto de Karell, es que es inviable que el orden burgués pueda ajustar con tal finura a las Esferas I y II, que no haya ni capital, ni dinero ociosos. Por ende, lo normal en el capitalismo es que los Departamentos citados den lugar a desbalances y que estén desequilibrados permanentemente –dentro de ellos y entre sí.
Concedamos que los Sectores I y II en la mediana duración, puedan amortiguar las desproporciones, los desajustes y las debacles que significan; la cuestión es que en el hojaldre de la larga y de la prolongadísima duración, la reproducción ampliada da con obstáculos, y que tales desajustes, son las aludidas desproporciones, las debacles mencionadas y los desequilibrios consecuentes. El régimen burgués funciona en un desequilibrio aniquilador continuo, que implica un desempleo estructural e ineliminable.
Por añadidura, la caída lenta, sinuosa, no mecánica, tendencial, no directa, no lineal de la cuota de beneficio, significa que el “cyfalafiaeth” se perpetúa a fuerza de crisis, se continúa por una merma agónica y compleja de la tasa de ganancia, y se reproduce a través de ciclos de depresión.
Desai, Meghnad: A vingança de Marx. A ressurgência do capitalismo e a morte do socialismo estatal, Editorial Códex, F-QM Editores Associados Ltda., São Paulo, 2003.
Marx Levy, Karl Heinrich Mordejái: ibíd.

4

En definitiva, el asunto no es si el orden burgués puede seguir de esta forma por siglos, operando con desequilibrios que supera y que cada tanto, son catastróficos, sin que dinamiten al sistema, como la debacle de 1930, sino que los hombres no pueden continuar viviendo abrumados por válság que se repiten de una manera enferma.
Franz, que es uno de los que aplanó el engelsianismo de Levy, en el “mārksisaṁ” ideológico que culminará en Uliánov, indica sin percatarse de lo que interpreta, que las crisis son
“… (instituciones) … y (pestes) …” –Mehring, 1935: 27 [extraemos de lo injertado, que las “wigi” son formas institucionales del capitalismo y que son dolencias psíquicas masivas o pestes, en el sentido clínico de Jacques-Marie (el régimen burgués perpetúa las debacles en cuanto instituciones y las khyamral en tanto enfermedades colectivas no eliminables, en la Historia de la especie)].
Y si el “sotsialismi” aconsejado por Marx no habrá de ser lo que sustituya al kapitalismen, algo habrá que concretar para reemplazar un régimen que funciona arrasando [las potencias de fabricación, no son máquinas –son ante todo, de acuerdo a los Estatutos de la Internacional, “… fuentes de vida …” (ibíd.: 31)–].
Mehring, Franz: Marx y los primeros tiempos de la Internacional, 1864–1866, Editorial Cenit, S. A., Madrid, 1935.

5

Insistimos en que Desai se equivoca con que en los “cuadros de reproducción” de Heinrich, Mordejái elimina las estridencias entre los Departamentos I y II, imaginando una acumulación creciente sin disfuncionamientos y sin ciclos.
Primero, los intercambios entre las Esferas I y II, ya son reiterativos, sea que los flujos se concreten en una reproducción que sea la vuelta a las condiciones iniciales, o sea que los intercambios lleven a una reproducción mayor.
No es una mera rotación; es un ciclo, por lo que los Sectores I y II operan con cakraṅṅaḷ o de forma cíclica.
Segundo, los flujos entre las Esferas en lid, padecen desproporciones por lo que existe capital derrochado, exceso de demanda, superproducción de bienes, entre otros aspectos.
Lo que Karl piensa es cómo podría concebirse con alguna transparencia los intercambios entre los Departamentos I y II, si se suprimen los desajustes entre los Sectores I y II. No está diciendo en absoluto, que es viable que los flujos entre las Esferas en liza puedan acompasarse de una manera tan perfecta, que no haya desequilibrio alguno y que el orden burgués, pueda ser apto para perpetuarse indefinidamente, con desajustes que pueda neutralizar.
Ahora bien; los intercambios entre los Departamentos en lid ocasionan que, en la reproducción del capitalismo, se pueda apreciar que en la continuidad del régimen burgués, la economía, el dinero*, la cuota de beneficio, la ganancia misma, la transformación del plusvalor en lucro y en moneda, fueron abolidos de facto por la manera en que acontecen los flujos entre los Sectores I y II –no es ocioso recordar que las Esferas no son dos, sino que son 4… (cf. nota en p. 180 de https://www.morebooks.de/store/es/book/contratiempos-y-aforismos-iv/isbn/978-3-8454-8403-7).
En la presentación de los intercambios entre los Departamentos, apreciamos que el capitalismo no requiere, en determinado nivel de estudio de su dinámica, de homologar los flujos entre los Sectores mencionados, en términos economicistas, econométricos y económicos. Los intercambios de las Esferas en el régimen burgués, explicitan que es viable emanciparse de la economía y de lo asociado a ese flagelo.
* Ludwig, que no aprehende nada que vaya allende su zoncera de economista vulgar…, profiere que la “ekonomi de troca” o el capitalismo, demuestran que del cálculo en
“… dinero … (no) se puede prescindir … Es imposible que … (podamos) desentendernos (de la moneda) … (Si en el socialismo se pudiera) reemplazar (las estimaciones) en dinero por cálculos en especie … se (tornaría) imposible la producción racional …” –Edler olvida que así como, en cierta época, no hubo moneda o propiedad privada, de idéntica guisa, puede haber la alternativa de que no exista ni propiedad privada, ni dinero [von Mises, Ludwig Heinrich Edler: El cálculo económico en el sistema socialista. En http://www.hacer.org/pdf/rev10_vonmises.pdf, 220; 19 de Abril de 2004 (documento abierto en 07 de Agosto de 2015)].
Por lo demás, el “shèhuì zhǔyì” no es una organización anclada en el trueque.
Es genuino que la supresión de la moneda y de los precios, tal como lo comunica el Heinrich del volumen uno de los Grundrisse puede conducir a verdaderas catástrofes en la existencia de los individuos –Marx, 1971: 150–, “parantu” el socialismo en sí, no es un retorno al trueque. Por el contrario, el orden burgués no es más que una economía avanzada de trueque
“… (los) economistas … (revelan que la) … compra (con) dinero … (en el capitalismo, es una forma de) trueque (mediada) por (la moneda) …” –ídem: 132.
“… el dinero … es (una manera de trueque elevada) a la más alta potencia …” –ibíd.: 153.
Marx Levy, Karl Heinrich Mordejái: Elementos fundamentales para la crítica de la Economía Política. Borrador (1857–1858), tomo I, Siglo XXI Editores Argentina, Buenos Aires, 1971 (en http://www.socialismo-chileno.org/febrero/Biblioteca/Marx/Grundrisse_Tomo_I.pdf).

6

Las últimas nociones generales a las que aludiremos y que complementan las que presentamos, son las referidas a las “líneas” de producción elementales, que el amigo de Engels idea para el capitalismo pero que en realidad, pueden ser útiles con el horizonte de comprender la dinámica en otras comunas. Tales vertientes son:
1- proveedores de energía y productores de materias primas (A);
2- gestores de materias brutas y de materiales auxiliares (B);
3- creadores de instrumentos, herramientas, máquinas y demás medios de producción (C);
4- gestores de bienes de consumo para toda la población (D);
5- creadores de un plusproducto destinado a diferenciar a una parte de los habitantes, en privilegiados (E).
La bella utopía del acosado por la reaccionaria Europa del ochocientos, consiste en que la esfera de actividad “D” servirá en el socialismo, para producir objetos de lujo para el consumo de todos y no de una minoría, satisfechas las necesidades básicas individuales y de autorreproducción de la colectividad en el tiempo.
Con las notas relacionadas que abajo se desgranan, efectuamos un conteggio de lo que podrían ser nuestras contribuciones en el múltiple, contradictorio y tenso campo del marxismo, del que no he sido más que una brisa en un vaso con agua, arqueado entre las sombras, los mensajes, las claves, los dibujos, la fotografía, el ensayo, la poesía, el invierno, la luz, los contornos, el ocaso, la música, el silencio, las pasiones, los envíos, la soledad
alrededor de la “biànzhèngfǎ”:
http://www.salta21.com/Una-interpretacion-de-los.html y http://www.salta21.com/Marx-Theatrum.html, etc.
Sobre el nacimiento del tiempo
http://www.salta21.com/Evoluciones-De-los-hominoideos-a.html, http://www.salta21.com/Aproximaciones-al-corazon-aspero.html y http://www.salta21.com/Agenciamiento-temporal-o.html.
Tarea y sexualidad:
http://www.salta21.com/Entrecruces-y-curiosidades-I-Un.html y http://www.salta21.com/Secundidad-Freud-Marx-y-el.html.
Una tipología de las crisis
http://salta21.com/Hacia-una-clasificacion-marxist-de.html.
El estatuto de lo literario en “Karell”:
http://www.salta21.com/La-poesia-de-Marx.html.
El lugar de la ciencia y de lo deconstructivo en el suegro de Longuet
http://www.salta21.com/Restaurar-al-verdadero-Marx.html, entro otros artículos.
La dialéctica base/superestructura:
http://www.salta21.com/Habria-un-mas-alla-de-lo-causal-de.html
La comunidad doméstica
http://www.salta21.com/Algunas-dificultades-de.html
La hipótesis de las clases y la teoría de los grupos:
http://salta21.com/La-hipotesis-de-las-clases-los.html, entre otros espacios.
Cuota de beneficio, precios e hipótesis del valor
http://www.salta21.com/Torbellinos-Apuntes-para-la.html, http://www.salta21.com/Otra-vez-el-barbado-de-Trier-y-su.html, http://www.salta21.com/De-nuevo-Karl-y-sus.html, http://www.salta21.com/Otra-vez-el-barbado-de-Trier-y-sus.html, etc.
Modos de producción:
http://www.salta21.com/Un-Heinrich-estrongobo.html.
Un socialismo anarco libertario
http://salta21.com/Restaurar-al-verdadero-Marx-II.html, http://www.salta21.com/Cinco-obras-impresas-de-Adrian.html, entre otras notas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario