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Trump firma su primer decreto: flexibilizar la reforma sanitaria de Obama
Joan Faus
El
decreto pide a las agencias que “alienten el desarrollo de un mercado
abierto y gratuito” sobre servicios sanitarios, y permite anular
provisiones de la ley que impongan cargas fiscales a los Estados y sus
ciudadanos.
Poco después de la toma de posesión de Trump, la página web de la Casa Blanca recogía el listado de prioridades del nuevo presidente,
que suponenun repliegue de Estados Unidos para centrarse más en sus
problemas nacionales: recortes fiscales, derogación de regulaciones
energéticas que obligaban a reducir emisiones contaminantes, impulso al
proteccionismo comercial, refuerzo de las Fuerzas Armadas y la lucha
contra el crimen, y un muro en la frontera con México contra la
inmigración irregular. En política exterior, aboga por un plan
“agresivo” contra el yihadismo. El republicano promete que los
ciudadanos guiarán su política y dejarán de ser los “olvidados”.
Su
equipo también eliminó de la página oficial de la Casa Blanca casi
todas las menciones a las políticas de cambio climático. El movimiento
no ha llegado por sorpresa. De esta forma, cumplía su promesa de hacer
retroceder la política de Obama al respecto. Además, la página se ha
remodelado: también se han eliminado los planes sobre los derechos de
gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB) y el resto de páginas
en las que se informaba de las políticas del anterior presidente,
informa The New York Times.
El republicano firmó además los dos primeros
nombramientos de su Gobierno, después de ser aprobados por el Senado:
los generales retirados James Mattis como secretario de Defensa
y John Kelly al frente del Departamento de Seguridad Interior. Ambos
juraron el cargo en una ceremonia con el vicepresidente Mike Pence.
A
Trump le quedan 13 jefes de departamento pendientes de ser confirmados
por el Senado. En su primer día como presidente en 2009, Obama ya tenía a
siete secretarios de su Gobierno oficialmente nombrados. A la espera de
su aprobación por los legisladores, los departamentos tienen
secretarios en funciones procedentes de la anterior Administración. Por
ejemplo, el que era subsecretario de Estado con Obama, Tom Shannon, es
ahora el jefe en funciones de la diplomacia estadounidense.
En
su primer comunicado presidencial, Trump elogió los nombramientos de
Mattis y Kelly, e instó al Senado a cumplir su “obligación
constitucional” y confirmar “con rapidez a mis altamente cualificados
nominados para el Gobierno”.
“Estuve muy ocupado, pero estuvo bien. Un día precioso”, dijo Trump, sobre su investidura,
en unas breves declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, que
sufrió sus primeras modificaciones tras la salida de Obama. Las cortinas
grises situadas detrás del escritorio han sido sustituidas por unas
doradas. Y además colocará un busto del ex primer ministro británico
Winston Churchill.
En paralelo a la firma de la orden
ejecutiva (decreto) sobre la reforma sanitaria, el nuevo jefe de
gabinete de Trump, Reince Preibus, difundió un memorando en que insta a
todas las agencias a congelar cualquier nueva regulación, según explicó
el portavoz Sean Spicer.
El freno a regulaciones y a Obamacare eran dos iniciativas que se daban por descontadas en las primeras horas del republicano en la Casa Blanca.
En
varios documentos difundidos este viernes por la Casa Blanca, el equipo
de Trump da algunos detalles sobre sus políticas económica, exterior y
comercial. En energía, aboga por rebajar los límites contaminantes, pero
no hay mención al Acuerdo de París contra el cambio climático, del que
el republicano ha dicho que podría retirar a EEUU.
También llama
la atención la escasa referencia a la política migratoria, más allá de
prometer deportar a los inmigrantes indocumentados con antecedentes
delictivos. Sobre el muro fronterizo con México, emblema de campaña,
Trump reiteró la semana pasada que iba a construirlo y que preveía que
lo pagara el país vecino.Sí se mantiene la promesa de sacar a EE UU de la Asociación Transpacífica, el acuerdo de libre comercio con 11 países del Pacífico. El magnate, que hizo del proteccionismo una enseña electoral, considera el TPP un “desastre” y aboga por negociar acuerdos bilaterales. También apuesta por revisar el NAFTA, el acuerdo de libre comercio con México y Canadá, y amenaza con salirse del tratado si los otros dos países se oponen a renegociarlo.
En política exterior, Trump aboga por la doctrina de “paz mediante la fuerza”, un guiño a la estrategia estadounidense durante la Guerra Fría, abanderada por el expresidente Ronald Reagan. “Este principio hará posible un mundo estable, más pacífico con menos conflictos y más terreno en común”, señala uno de los informes de la Casa Blanca.
Pese a alejarse del multilateralismo, insignia de la presidencia de Obama, y de la idea de EE UU como faro moral, el texto defiende la vía diplomática en el tablero internacional y hablar con enemigos, como ha hecho Obama con Cuba e Irán. “El mundo debe saber que no vamos al extranjero en busca de enemigos, que siempre estamos contentos cuando viejos enemigos se convierten en amigos, y cuando viejos amigos se convierten en aliados”, sostiene la nueva Administración.
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