El
dignatario de EE.UU., Donald Trump, confiesa ante su equipo de
Seguridad Nacional que el país ‘está perdiendo’ en su prolongada guerra
en Afganistán.
“No estamos ganando. Estamos perdiendo”, se había
quejado Trump durante una reunión que tuvo lugar el pasado 19 de julio,
según reveló el miércoles la cadena estadounidense NBC News, citando a varios altos cargos de la Administración estadounidense.En la cita, según fuentes, el magnate había mostrado su descontento con la actuación del general John Nicholson, comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, y había sugerido al Departamento de Defensa (el Pentágono) sustituirlo.
La Casa Blanca se negó a comentar las deliberaciones internas; la portavoz del Pentágono, Dana White, dijo a NBC News que el secretario de Defensa James Mattis “confía en el liderazgo del general Nicholson”; pero un funcionario de este Departamento confirmó que el futuro de Nicholson en Afganistán es objeto de discusiones.
El propio Mattis ya había admitido el fracaso de EE.UU. en la guerra que lidera en Afganistán contra el grupo insurgente Talibán, y otros terroristas como EIIL (Daesh, en árabe), durante una reunión en junio con el Comité de Servicios Armados del Senado. “No estamos ganando en Afganistán en este momento y lo corregiremos lo antes posible”, dijo durante su testimonio.
No estamos ganando. Estamos perdiendo (la guerra en Afganistán)”, se había quejado el presidente de EE.UU., Donald Trump, durante una reunión que tuvo lugar el pasado 19 de julio.Mientras el Pentágono y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) abogan por el envío de miles de tropas adicionales a Afganistán “para sacar al conflicto del punto muerto”, muchos analistas políticos y militares rechazan la idea.
Shashank Joshi, investigador del Royal United Services Institute de Londres dijo a NBC News que el despliegue de tropas ya no funciona en Afganistán. “¿Por qué más tropas marcarían una diferencia ahora, cuando más de 100.000 no lo hicieron durante la Administración de (anterior presidente de EE.UU., Barack) Obama?”.
Después de casi 16 años de guerra, que se cobró la vida a 2216 militares estadounidenses y decenas de miles de civiles afganos, los insurgentes talibanes controlan el 40 por ciento del territorio afgano, según un informe publicado el mes pasado por el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán.
La intervención militar de la OTAN que tenía como objetivo derrocar al grupo Talibán, “luchar” contra los terroristas e intensificar la lucha antidroga, sólo ha agravado las condiciones en el país asiático, donde los talibanes están resurgiendo y el EIIL se está organizando.
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