I. Uno de los espías del ahora peñista Alfonso Navarrete Prida
–dueño de agencias de la Lotería Nacional en Sonora y el Estado de
México, donde vende “cachitos y enteros”– fue sorprendido in fragannti y
requerido por el candidato del PAN-PRD-MC Ricardo Anaya, no pudo menos
que confesar estar comisionado por Gobernación para vigilar día y noche
los pasos del queretano y reportar a Navarrete lo que ve y escucha.
Actividad que debe repetir con Morena-López Obrador y hasta con
Meade-Mid, para entregarle de viva voz un reporte a Peña para estar al
tanto de lo que hacen los candidatos. Y con los reportes policiacos y
militares tener elementos para ver si se puede elaborar alguna acusación
o filtrar información en los medios de comunicación y a las redes, para
intimidarlos con fines perversos de Los Pinos. Y si bien hay muchos
medios para acercarse información, el gobierno recurre al Cisen, al
aparato “Pegaso”, para andar tras los ciudadanos que tienen algún
protagonismo, con lo que son blanco de los abusos del poder.
II. Así que Navarrete miente al decir que el Cisen realiza “seguimientos” a las campañas, porque es espionaje en serio por órdenes de Peña a su incondicional Alberto Bazbaz (el del caso del asesinato de Paulett, donde no hubo culpables) para enterarse sobre qué hace y con quién se entrevista, en este caso Ricardo Anaya. Se trata de fisgoneo, entrometimiento y vigilancia para recabar información que usa la presidencia para intimidar. Los reporteros Susana Guzmán, Claudia Salazar y Mayolo López y Claudia Herrera y Enrique Méndez (El Financiero, Reforma y La Jornada: 14/II/18) dieron puntual crónica de esos hechos que acusan persecución peñista, cuyos reportes usan para atacar a sus adversarios, a los que el PRI mira como enemigos. Peña puso a Navarrete y a Bazbaz en Gobernación, no para dar “seguimiento” a los candidatos presidenciales, sino para que sus agentes sigan a AMLO y a Anaya hasta su domicilio para espiarlos día y noche; lo que es acecho con fines claramente intimidatorios.
III. Así que el panista y la coalición “México al frente” tienen toda la razón al comentar que lo están persiguiendo con policías del Cisen, y éste no tiene ninguna función constitucional, como alega Navarrete; salvo que como su protector y maestro Jorge Carpizo se base en funciones metaconstitucionales al comisionar a sus policías a espiar, para amedrentar y amenazar. Y no para ayudar a los precandidatos, a quienes nunca se les avisó ni les pidieron su consentimiento para esa persecución. El Cisen espía a todos los ciudadanos, como lo hizo a través de “Pegaso”, y en particular a los que representan la crítica, la información periodística, la búsqueda de datos sobre homicidios, porque no son creíbles las cifras oficiales. Y Navarrete fue puesto en Gobernación para cooperar en la victoria del priismo espiando a los adversarios de “Mid”, cuya información usa Peña –el coordinador de la campaña priista– para poner “obstáculos” a Andrés López Obrador y a Ricardo Anaya. Pero éste se atrevió a denunciar al Cisen, lo que es importante para abortar al “espión” Navarrete.
cepedaneri@prodigy.net.mx
II. Así que Navarrete miente al decir que el Cisen realiza “seguimientos” a las campañas, porque es espionaje en serio por órdenes de Peña a su incondicional Alberto Bazbaz (el del caso del asesinato de Paulett, donde no hubo culpables) para enterarse sobre qué hace y con quién se entrevista, en este caso Ricardo Anaya. Se trata de fisgoneo, entrometimiento y vigilancia para recabar información que usa la presidencia para intimidar. Los reporteros Susana Guzmán, Claudia Salazar y Mayolo López y Claudia Herrera y Enrique Méndez (El Financiero, Reforma y La Jornada: 14/II/18) dieron puntual crónica de esos hechos que acusan persecución peñista, cuyos reportes usan para atacar a sus adversarios, a los que el PRI mira como enemigos. Peña puso a Navarrete y a Bazbaz en Gobernación, no para dar “seguimiento” a los candidatos presidenciales, sino para que sus agentes sigan a AMLO y a Anaya hasta su domicilio para espiarlos día y noche; lo que es acecho con fines claramente intimidatorios.
III. Así que el panista y la coalición “México al frente” tienen toda la razón al comentar que lo están persiguiendo con policías del Cisen, y éste no tiene ninguna función constitucional, como alega Navarrete; salvo que como su protector y maestro Jorge Carpizo se base en funciones metaconstitucionales al comisionar a sus policías a espiar, para amedrentar y amenazar. Y no para ayudar a los precandidatos, a quienes nunca se les avisó ni les pidieron su consentimiento para esa persecución. El Cisen espía a todos los ciudadanos, como lo hizo a través de “Pegaso”, y en particular a los que representan la crítica, la información periodística, la búsqueda de datos sobre homicidios, porque no son creíbles las cifras oficiales. Y Navarrete fue puesto en Gobernación para cooperar en la victoria del priismo espiando a los adversarios de “Mid”, cuya información usa Peña –el coordinador de la campaña priista– para poner “obstáculos” a Andrés López Obrador y a Ricardo Anaya. Pero éste se atrevió a denunciar al Cisen, lo que es importante para abortar al “espión” Navarrete.
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