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rebelion.orgChina lidera las reservas de divisas en el mundo: 3,2 billones de dólares
Las reservas de divisas de un banco central no son sólo una acumulación de valor monetario. Por encima de todo, ofrecen garantías iniciales para afrontar convulsiones de cualquier índole. Desde políticas a económicas, monetarias o sociales. En el orden financiero —es decir, en el día a día de gestión de cualquier institución emisora—, ejercen de baliza sobre la sostenibilidad del tipo de cambio de una moneda nacional e, incluso, proveen cobertura, una especie de seguro a todo riesgo, en casos de emergencias económicas en su país.
La mayor
parte de esta cesta monetaria está denominada en dólares, con el euro
en segundo lugar de las preferencias de las entidades reguladoras de
todo el mundo, aunque aún a años luz del billete verde. Son las dos
divisas con un uso más global. De ahí que EEUU y los socios europeos que
comparten la divisa común no se vean en la obligación de atesorar una
especial cantidad de unas monedas —el euro y el dólar—que se emplean en
la práctica totalidad de las transacciones internacionales. O dicho de
otra manera. Son los grandes valores en circulación en los mercados
financieros del planeta.
Sin embargo, que las arcas
bancarias del resto de las economías —en especial, la de los mercados
emergentes, con más potencial de crecimiento y prosperidad, pero también
con mayores y más peligrosos desequilibrios macroeconómicos y sometidos
al riesgo de incrementar sus ya de por sí amplias brechas de
distribución de rentas—gocen de buena salud es un síntoma de seguridad
financiera.
Porque, además de a la sostenibilidad
del tipo de cambio de una divisa —herramienta indispensable, sobre todo,
en supuestos en los que los bancos centrales utilicen mecanismos
cambiarios ajenos a la fluctuación o con bandas rígidas de oscilación—,
son indispensables en los casos contrarios. Entre los emisores con
sistemas flotantes del valor de la moneda, debido a que con su arsenal
de divisas pueden adquirir moneda extrajera o instrumentos financieros
con los que reducir el valor de su dinero doméstico. También son un
colchón para mantener la liquidez en episodios de crisis. Además de
dotar de confianza a los inversores extranjeros, a los que les infunde
tranquilidad saber que un banco central de un mercado en el que
depositan su capital dispone de la habilidad de actuar para proteger sus
carteras de inversión. Hay otras tres razones.
La
primera, su papel de salvaguarda para el pago de obligaciones de pagos
internacionales, muy al uso en una época como la actual, con niveles
históricos de deuda soberana (de Estados), de empresas y de bancos tras
varias crisis de endeudamiento, herencia del credit crunch de 2008. La
segunda, que se pueden utilizar como fondos para ciertos sectores, como
las infraestructuras. Y, finalmente, porque aunque mayoritariamente, las
cestas monetarias de los bancos centrales las protagonizan en dólar y
el euro, cada vez han diversificado más la entrada de otras divisas, lo
que les ayuda a reducir los riesgos de sus propias inversiones en los
mercados globales.
Pero, ¿qué países lideran esta
clasificación? O, lo que es lo mismo, ¿qué economías atesoran el mayor
volumen de arsenales monetarios para capear temporales en el futuro? Uno
por encima de todos: China. Su entidad emisora dispone el equivalente,
al cambio, de 3,2 billones de dólares. A precios actuales de mercado.
Casi el tamaño de la economía alemana, la cuarta del planeta. Más del
doble de Japón que, con 1,2 billones, le sigue en la lista, que constata
una reducción substancial de sus reservas en yenes por su consideración
de gran superpotencia exportadora, ya que envía cada año al exterior
más de 605.000 millones de dólares de productos made in Japan, la
práctica totalidad denominados en dólares y euros.
Y
cuatro veces la cifra que custodia el Banco de Suiza, enclave
considerado el refugio financiero mundial, con una moneda, el franco
suizo, emblema de la estabilidad cambiaria y que ha hecho uso del tipo
de cambio fijo para sostener el valor de su moneda durante varios de los
años que siguieron a la crisis. Una anomalía del mercado, según los
bancos de inversión que, por tratarse de Suiza, no combaten desde sus
púlpitos inversores. Su depósito monetario supera los 785.700 millones
de dólares. Una estrategia que también tiene que ver con su decisión de
permanecer ajena al espacio de la UE como fórmula para atraer a sus
propios inversores, al margen de la evolución del euro en los mercados.
Los diez países con mayores reservas de divisas, a partir de los últimos
datos recabados por el FMI al término del primer trimestre de 2018,
contrastados con la información facilitada por los bancos centrales
hasta octubre del ejercicio pasado y recabados y analizados por el
think-tank y consultora HowMuach.net, son los siguientes:
1. China: 3,162 billones de dólares.
2. Japón: 1,205 billones de dólares.
3. Suiza: 785.700 millones de dólares.
4. Arabia Saudí: 486.600 millones de dólares.
5. Hong Kong: 437.500 millones de dólares.
6. India: 397.200 millones de dólares.
7. Corea del Sur: 385.300 millones de dólares.
8. Brasil: 358.300 millones de dólares.
9. Rusia: 356.500 millones de dólares.
10. Singapur: 279.800 millones de dólares.
De
estas cifras oficiales se deduce que la acumulación de divisas en
países como China, con sus extraordinarios flujos exportadores de
bienes, Japón, con su industria electrónica vendiendo por todo el mundo o
los ingresos procedentes del petróleo en el caso de Arabia Saudí les
otorga un salvavidas financiero importante para afrontar
inestabilidades. Son mercados dominantes en sectores concretos que les
reportan múltiples ingresos del exterior. Pero también sorprende el
escaso stock monetario de EEUU, de apenas 44.000 millones de dólares,
teniendo en cuenta que su deuda soberana supera los 21 billones de
dólares, por encima del tamaño de su PIB. Un riesgo latente, pese a que
el acceso de la mayor economía del mundo a los mercados financieros en
el exterior tiene una excelente garantía de solvencia. Sobre todo,
porque las principales agencias de rating han rebajado su calificación
sobre EEUU de su tradicional triple A, la máxima nota de sus
diagnósticos, precisamente por el creciente repunte de los pagos a los
que tiene que hacer frente el servicio de deuda del Tesoro americano.
También
resulta preocupante el calibre de la recapitalización de los bancos
chinos. La institución emisora de este país acaba de admitir que
extraerá nada menos que 108.000 millones de dólares de sus reservas de
divisas —más de dos veces el total que maneja la Reserva Federal— para
sanear los balances de sus entidades financieras, dotarla de liquidez y
facilitar el crédito hacia las pymes del país, sometidas a tensiones de
pagos. La ratio de reservas monetarias que exige el gobierno de Pekín a
su sector bancario ha ido recortándose en los últimos meses. Y la guerra
comercial declarada por Washington, que señala con especial virulencia
al gigante asiático, también está mermando el músculo exportador de la
segunda economía global. Un reflejo de que Pekín busca contener “el
riesgo crediticio” de entidades con balances delicados, que podrían
“perjudicar con seriedad la confianza empresarial” y recortar sus
carteras de inversión, tal y como explica Robin Xing, economista jefe
para China de Morgan Stanley.
Visión
que comparte Ming Ming, de Citic Securities, para quien “el volumen de
liquidez” de los bancos “se ha recortado dos veces desde el inicio del
año”, lo que demuestra que hay dificultades “en un parte de los
prestamistas” y que el banco central “ha empezado a dar credibilidad a
los riesgos de endeudamiento” de sus bancos y de su tejido empresarial.
En un momento, además, en el que la economía se ha ralentizado tras
registrar un crecimiento del 6,9% en 2017.
Buena
parte de culpa de este aminoramiento la tiene la pérdida de vigor de las
ventas al por menor, que han retrocedido más de un 10% por la
intervención de autoridades de regulación sectoriales después del
proceso de traslado de deuda de firmas no financieras a bancos decretada
por Pekín en los últimos años. La versión china del banco malo de las
potencias industrializadas con elevados activos tóxicos en sus
entramados financieros.
Fuente: http://www.publico.es/economia/china-lidera-reservas-divisas-mundo-3-2-billones-dolares.html
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