I
La resistencia maya de los pobladores de Homún en contra de la mega-granja porcícola ha dejado un claro ejemplo para muchas otras comunidades de la región que padecen el lacerante flagelo de la depredación capitalista. Los proyectos llamados estratégicos por el gobierno de Yucatán, no son otra cosa que la consumación de sus intereses privados aprovechando los días de transición entre un periodo gubernamental y otro, como es costumbre, antes de finalizar un sexenio en México, los poderosos se apuran para asegurar la usura y garantizar la continuidad de sus ganancias acosta del sufrimiento de la mayoría. La granja Producción Alimentaria y Porcícola (Papo), ha sido repudiada desde tiempo atrás por los daños que causa al medio ambiente, particularmente a los cenotes de la zona, fuente principal de agua para los pobladores, cuya importancia se incrementa por ser parte de la subsistencia económica por su uso en el ecoturismo, la contaminación por los residuos de la granja ponen en riesgo la salud y los recursos naturales, además es de conocimiento público la crueldad de los procesos realizados en la granja con el fin de abastecer la demanda del mercado asiático, todo sin importarles a los dueños y gobernantes el daño irreparable que se produce y podría aumentarse en la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes de donde se obtiene más de la mitad del agua limpia de todo el Estado y de la Península, claro queda el desinterés por la vida y la avaricia que conduce a quienes se empecinan en destruir poblaciones para satisfacer su ambición.
II
Los intentos permanentes por dividir y dominar a la comunidad de Homún han fracasado hasta el momento, los pobladores organizados en la asociación “Ka’anan Ts’onot” (Guardianes de los cenotes), dejaron ver el apoyo popular con el que cuentan, el pasado 21 de septiembre, cuando realizaron un acto de clausura simbólica de la mega-granja, al que el gobierno respondió con la represión a través de centenares de agentes de la policía estatal y representantes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), quienes llegaron para provocar a la población y respaldar los intereses privados de los gobernantes y empresarios. Como hecho y burla, la Profepa intentó clausurar con sellos cinco cenotes de la población, la respuesta fue rápida y contundente; el pueblo organizado rechazó la presencia policiaca y el cierre de los cenotes, la resistencia dio un golpe certero a la imposición del poder contra a la voluntad de todo un pueblo que ha dicho mediante consultas democráticas un rotundo NO a la mega-granja y a la secuela de muerte que de ella emana.
III
La lógica de acumulación que en el capitalismo impera, destruye todas las formas naturales y sociales de existencia con tal de satisfacerse, la mega-granja Producción Alimentaria y Porcícola (PAPO), es una más de las empresas pertenecientes al Grupo Sipse, conformada por 14 socios, cuyas redes de interés parten del control de gran parte de los medios de comunicación que en la región existen, manipulando así, la información, callando las violaciones a los derechos humanos y culturales del pueblo maya, silenciando el daño ecológico y social que esta granja causará, y comprobando el eterno contubernio entre empresarios y gobierno. Se reafirman las alianzas de poder que sólo sirven para extender la dominación a través de la opresión, criminalizan al pueblo maya por defender sus derechos y premian a los empresarios por destruir la vida y la naturaleza, la lógica del capitalismo es la lógica de la muerte.
IV
Las amenazas que el delegado de la Profepa en Yucatán, José Lafontaine Hamui, ha lanzado para intentar amedrentar a los líderes y pobladores de Homún, en donde habla de sanciones jurídicas en su contra, es una burla al derecho de los pueblos mayas y otra prueba de cómo el gobierno es lacayo de los intereses privados. Todo el orden estructural del Estado se pliega ante la avaricia de las empresas sin importar de qué tipo sean. La asociación “Ka’anan Ts’onot” ha emprendido desde hace más de un año una batalla jurídica, a la fecha se espera la resolución de tres amparos que den la razón al pueblo maya sobre las violaciones a sus derechos que han padecido por no realizarse la consulta que como comunidad indígena estipula la ley, además de las resoluciones por el impacto ambiental y la violación a su libre determinación. La lucha que se emprende en estos tiempos en Homún es la misma que en toda Nuestra América los pueblos originarios sostienen por su derecho a existir, es la resistencia histórica en contra del despojo, el desprecio y el cinismo que la depredación capitalista a impuesto a nuestros pueblos. Homun resiste para que la humanidad siga existiendo. ¡NO a la mega-granja porcícola! ¡Viva la resistencia del pueblo maya!
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
La resistencia maya de los pobladores de Homún en contra de la mega-granja porcícola ha dejado un claro ejemplo para muchas otras comunidades de la región que padecen el lacerante flagelo de la depredación capitalista. Los proyectos llamados estratégicos por el gobierno de Yucatán, no son otra cosa que la consumación de sus intereses privados aprovechando los días de transición entre un periodo gubernamental y otro, como es costumbre, antes de finalizar un sexenio en México, los poderosos se apuran para asegurar la usura y garantizar la continuidad de sus ganancias acosta del sufrimiento de la mayoría. La granja Producción Alimentaria y Porcícola (Papo), ha sido repudiada desde tiempo atrás por los daños que causa al medio ambiente, particularmente a los cenotes de la zona, fuente principal de agua para los pobladores, cuya importancia se incrementa por ser parte de la subsistencia económica por su uso en el ecoturismo, la contaminación por los residuos de la granja ponen en riesgo la salud y los recursos naturales, además es de conocimiento público la crueldad de los procesos realizados en la granja con el fin de abastecer la demanda del mercado asiático, todo sin importarles a los dueños y gobernantes el daño irreparable que se produce y podría aumentarse en la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes de donde se obtiene más de la mitad del agua limpia de todo el Estado y de la Península, claro queda el desinterés por la vida y la avaricia que conduce a quienes se empecinan en destruir poblaciones para satisfacer su ambición.
II
Los intentos permanentes por dividir y dominar a la comunidad de Homún han fracasado hasta el momento, los pobladores organizados en la asociación “Ka’anan Ts’onot” (Guardianes de los cenotes), dejaron ver el apoyo popular con el que cuentan, el pasado 21 de septiembre, cuando realizaron un acto de clausura simbólica de la mega-granja, al que el gobierno respondió con la represión a través de centenares de agentes de la policía estatal y representantes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), quienes llegaron para provocar a la población y respaldar los intereses privados de los gobernantes y empresarios. Como hecho y burla, la Profepa intentó clausurar con sellos cinco cenotes de la población, la respuesta fue rápida y contundente; el pueblo organizado rechazó la presencia policiaca y el cierre de los cenotes, la resistencia dio un golpe certero a la imposición del poder contra a la voluntad de todo un pueblo que ha dicho mediante consultas democráticas un rotundo NO a la mega-granja y a la secuela de muerte que de ella emana.
III
La lógica de acumulación que en el capitalismo impera, destruye todas las formas naturales y sociales de existencia con tal de satisfacerse, la mega-granja Producción Alimentaria y Porcícola (PAPO), es una más de las empresas pertenecientes al Grupo Sipse, conformada por 14 socios, cuyas redes de interés parten del control de gran parte de los medios de comunicación que en la región existen, manipulando así, la información, callando las violaciones a los derechos humanos y culturales del pueblo maya, silenciando el daño ecológico y social que esta granja causará, y comprobando el eterno contubernio entre empresarios y gobierno. Se reafirman las alianzas de poder que sólo sirven para extender la dominación a través de la opresión, criminalizan al pueblo maya por defender sus derechos y premian a los empresarios por destruir la vida y la naturaleza, la lógica del capitalismo es la lógica de la muerte.
IV
Las amenazas que el delegado de la Profepa en Yucatán, José Lafontaine Hamui, ha lanzado para intentar amedrentar a los líderes y pobladores de Homún, en donde habla de sanciones jurídicas en su contra, es una burla al derecho de los pueblos mayas y otra prueba de cómo el gobierno es lacayo de los intereses privados. Todo el orden estructural del Estado se pliega ante la avaricia de las empresas sin importar de qué tipo sean. La asociación “Ka’anan Ts’onot” ha emprendido desde hace más de un año una batalla jurídica, a la fecha se espera la resolución de tres amparos que den la razón al pueblo maya sobre las violaciones a sus derechos que han padecido por no realizarse la consulta que como comunidad indígena estipula la ley, además de las resoluciones por el impacto ambiental y la violación a su libre determinación. La lucha que se emprende en estos tiempos en Homún es la misma que en toda Nuestra América los pueblos originarios sostienen por su derecho a existir, es la resistencia histórica en contra del despojo, el desprecio y el cinismo que la depredación capitalista a impuesto a nuestros pueblos. Homun resiste para que la humanidad siga existiendo. ¡NO a la mega-granja porcícola! ¡Viva la resistencia del pueblo maya!
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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