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Washington soborna diputados macedonios para que aprueben integración a la OTAN y la Unión Europea

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Un programa estadounidense de soborno de parlamentarios está en marcha en la República ex yugoslava de Macedonia para forzar la entrada de ese joven Estado europeo a la Unión Europea y la OTAN, reveló la publicación macedonia Mina Report.
El 30 de septiembre de 2018, los macedonios rechazaron –sin molestarse siquiera en participar en el referéndum sobre el tema– la propuesta del gobierno del primer ministro Zoran Zaev de integrar la Macedonia ex yugoslava a la OTAN y a la Unión Europea [1].
Sin embargo, esa misma noche, el secretario general de la OTAN y su homólogo de la Unión Europea exhortaban la clase política macedonia a seguir adelante con el proceso de integración utilizando la vía parlamentaria e ignorando el claro rechazo de los electores [2].
Según reveló el periodista Milenko Nedelkovski a la publicación macedonia Mina Report, Washington inició inmediatamente un programa de compra de votos entre los diputados macedonios [3].
El periodista precisa que un funcionario del Departamento de Estado, identificado como Mitko Burceski (alias «agente Tesla»), abrió en Skopie una oficina en un apartamento de lujo propiedad de Sasho Mijalkov, primo del ex primer ministro macedonio Nikola Gruevski, y que los diputados están presentándose allí uno por uno para recibir 2,5 millones de dólares por cabeza.
La operación se desarrolla bajo la dirección de los embajadores de Estados Unidos en Skopie, Jess L. Baily (quien ya supervisó la incorporación de Turquía a la guerra contra Libia y a la agresión externa contra Siria), y en Atenas, Geoffrey R. Pyatt (organizador, en 2014, del golpe de la plaza Maidan en Ucrania).
Por el momento, ya lograron incluir en el orden del día del Parlamento macedonio el cambio de denominación de la antigua República Yugoslava de Macedonia, condición sine qua non para su integración a la Unión Europea y la OTAN. El voto de los parlamentarios sobre ese tema está previsto para el 16 de octubre, o sea precisamente el día que debe darse a conocer un veredicto legal que afectaría a una decena de diputados nacionalistas acusados de haber espiado al partido socialdemócrata [4].
El plan de los embajadores estadounidenses consiste en levantar la inmunidad parlamentaria de los diputados acusados para impedirles votar. Dada la cantidad de votos comprados, la proposición del primer ministro obtendría automáticamente la aprobación del Parlamento.