Hace más de 1 mes hubo una protesta en Almaraz, de la provincia de Cáceres, contra el cierre de la central nuclear, gestionada por Iberdrola, Endesa y Naturgy. Esta concentración era a raíz de la reunión por la petición de prórroga de acuerdo los planes del Gobierno del PSOE.
Esta manifestación se organizó por el propio ayuntamiento y por los ciudadanos de Almaraz, para el apoyo a los trabajadores y que se quedará la central nuclear como fuente de trabajo en la pedanía. Este hecho abre de nuevo el debate de cerrar las energías altamente contaminante, como es la energía nuclear, y sustituirlo por energías renovables reciclando a los trabajadores.
Nos podemos preguntar: ¿Y si vuelven las nucleares?
Pero para mantener la actividad y los puestos de trabajo en la zona se tiene planteado poner en marcha campos de placas fotovoltaicas que irán sustituyendo a la actividad y los puestos trabajos que ofrece la energía nuclear en la zona.
Claramente los combustibles fósiles en España, petróleo y sus derivados, son la principal fuente de energía. En concreto, para transporte terrestre, aéreo y marítimo se basan en su totalidad en el consumo de combustible.
Por tanto, la explotación masiva de estos combustibles fósiles hace que se estén buscando alternativas, ya que hace décadas presentan problemas de agotamiento. A medida que se acerque el fin del petróleo disminuirá la producción y, por tanto, un aumento de su precio con devastadores efectos sobre la economía mundial, por eso la energía nuclear no se quiere descantar de momento.
La respuesta de la industria nuclear a este problema consiste en el desarrollo de nuevos modelos de reactores hipotéticamente más seguros. Hablan en concreto de reactores avanzados y de reactores de seguridad pasiva.
La gestión de los residuos radiactivos, especialmente los de alta actividad que son peligrosos durante cientos de miles de años, son el otro gran desafío al que deben enfrentarse los impulsores de la energía nuclear.
En el día de hoy, aún no existe una solución satisfactoria para separar estas sustancias de la biosfera, y eso a pesar de los esfuerzos de investigación realizados durante los 60 años de existencia de la fisión controlada.
Pero hay que tener en cuenta que la energía nuclear no es renovable y que el combustible nuclear, el uranio, también es finito y finalmente se agotará. Algunas estimaciones cifran en unos 100 años la duración de las reservas de uranio disponibles, al ritmo de consumo actual.
En la década pasada ya James Lovelock, autor del libro 'Hipótesis Gaia', proponía el desarrollo de la energía nuclear como la única alternativa al problema del cambio climático. Claramente se hace necesario un replanteamiento del modelo energético a nivel mundial y se hace necesario la búsqueda de fuentes de energía que permitan un bienestar sostenible y generalizado.
Por lo visto, al menos en España, la energía nuclear le queda mucho. En el resto de planeta también se están construyendo reactores y aprobando proyectos, principalmente en China, Arabia Saudí o Emiratos Árabes, mientras en Europa se ha optado por su reducción.
Los problemas asociados a su uso y las reservas disponibles demuestran que la energía nuclear no puede ser considerada como una opción energética. Los pronucleares intentan, desde luego, que esta energía juegue un papel más determinante en el marco energético del planeta. Su apuesta por esta fuente de energía hay que entenderla considerando el gran negocio que supone la construcción de nuevas plantas nucleares.
La reapertura del debate nuclear, aunque no suponga el relanzamiento a corto plazo y a gran escala de esta energía, puede tener efectos en su crecimiento moderado, gracias a la apuesta pronuclear de países como China, que permiten mantener la energía nuclear y, por tanto, permitirá que siga existiendo un nicho de negocio para la industria nuclear.
Por otra parte, los organismos internacionales prevén que la energía nuclear sea una de las fuentes que crezcan, según la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo, que hasta 2040, la economía a nivel global aumentará un 200 por ciento.
La población será superior a los 9.000 millones de habitantes, por lo que el planeta va a necesitar mucha energía y la demanda aumentará un 33 por ciento, en especial los países de economías emergentes.
Aumentarán todas las fuentes de energías, excepto el carbón, que comenzará a disminuir su consumo a partir del 2030. Las energías renovables, sobre todo la solar y la eólica, tendrán mayores tasas de crecimiento, un 7,4 por ciento de crecimiento entre 2015 y 2040, y llegará a suponer el 25 por ciento de la energía utilizada en el planeta.
Porcentaje menor al 42 por ciento al que pretende llegar el Gobierno del PSOE 10 años antes en que los objetivos son mayores a los que ha marcado la Unión Europea con el 32,5 por ciento.
En El Blog Salmón | Las energéticas cubren el coste de desnuclearizar Alemania, toda la información
Imagen | Flickr
Esta manifestación se organizó por el propio ayuntamiento y por los ciudadanos de Almaraz, para el apoyo a los trabajadores y que se quedará la central nuclear como fuente de trabajo en la pedanía. Este hecho abre de nuevo el debate de cerrar las energías altamente contaminante, como es la energía nuclear, y sustituirlo por energías renovables reciclando a los trabajadores.
Nos podemos preguntar: ¿Y si vuelven las nucleares?
Se reabre el debate sobre la energía nuclear
En la central nuclear de Almaraz se amplia la vida útil de los 2 reactores y esto permite que sigan en funcionamiento caso hasta finales del 2030, y el proceso de desmantelamiento se alargue más de 25 años más mantenimiento la mitad de la plantilla.Pero para mantener la actividad y los puestos de trabajo en la zona se tiene planteado poner en marcha campos de placas fotovoltaicas que irán sustituyendo a la actividad y los puestos trabajos que ofrece la energía nuclear en la zona.
Claramente los combustibles fósiles en España, petróleo y sus derivados, son la principal fuente de energía. En concreto, para transporte terrestre, aéreo y marítimo se basan en su totalidad en el consumo de combustible.
Por tanto, la explotación masiva de estos combustibles fósiles hace que se estén buscando alternativas, ya que hace décadas presentan problemas de agotamiento. A medida que se acerque el fin del petróleo disminuirá la producción y, por tanto, un aumento de su precio con devastadores efectos sobre la economía mundial, por eso la energía nuclear no se quiere descantar de momento.
Los pronucleares presionan de nuevo
En esta situación vuelven a aparecer aquellos que prefieren la energía nuclear, después de los parones sufridos por los accidentes de Chernobil y Fukushima. Los partidos políticos de derechas y empresas proponen el relanzamiento de la energía nuclear como solución a los problemas que ocasionan el uso de los combustibles fósiles.La respuesta de la industria nuclear a este problema consiste en el desarrollo de nuevos modelos de reactores hipotéticamente más seguros. Hablan en concreto de reactores avanzados y de reactores de seguridad pasiva.
La gestión de los residuos radiactivos, especialmente los de alta actividad que son peligrosos durante cientos de miles de años, son el otro gran desafío al que deben enfrentarse los impulsores de la energía nuclear.
En el día de hoy, aún no existe una solución satisfactoria para separar estas sustancias de la biosfera, y eso a pesar de los esfuerzos de investigación realizados durante los 60 años de existencia de la fisión controlada.
Pero hay que tener en cuenta que la energía nuclear no es renovable y que el combustible nuclear, el uranio, también es finito y finalmente se agotará. Algunas estimaciones cifran en unos 100 años la duración de las reservas de uranio disponibles, al ritmo de consumo actual.
En la década pasada ya James Lovelock, autor del libro 'Hipótesis Gaia', proponía el desarrollo de la energía nuclear como la única alternativa al problema del cambio climático. Claramente se hace necesario un replanteamiento del modelo energético a nivel mundial y se hace necesario la búsqueda de fuentes de energía que permitan un bienestar sostenible y generalizado.
¿Es de esperar que la energía nuclear juegue algún papel en ese modelo energético mundial futuro?
Sus defensores apuestan por un mundo que se base en el consumo de nuclear y energías renovables. La energía nuclear mantienen que es una fuente con capacidad para producir electricidad a precios competitivos, es más o menos segura y no emite contaminantes al aire. Mientras, los que están en contra siguen avisando que existe un alto riesgo en almacenar residuos radiactivos.Por lo visto, al menos en España, la energía nuclear le queda mucho. En el resto de planeta también se están construyendo reactores y aprobando proyectos, principalmente en China, Arabia Saudí o Emiratos Árabes, mientras en Europa se ha optado por su reducción.
Los problemas asociados a su uso y las reservas disponibles demuestran que la energía nuclear no puede ser considerada como una opción energética. Los pronucleares intentan, desde luego, que esta energía juegue un papel más determinante en el marco energético del planeta. Su apuesta por esta fuente de energía hay que entenderla considerando el gran negocio que supone la construcción de nuevas plantas nucleares.
La reapertura del debate nuclear, aunque no suponga el relanzamiento a corto plazo y a gran escala de esta energía, puede tener efectos en su crecimiento moderado, gracias a la apuesta pronuclear de países como China, que permiten mantener la energía nuclear y, por tanto, permitirá que siga existiendo un nicho de negocio para la industria nuclear.
Según la OPEP el 25% del suministro eléctrico mundial será procedente de centrales nucleares
Según el sector de las nucleares, para el 2050 se espera que el 25 por ciento del suministro eléctrico a nivel mundial, lo que representa un claro aumento sobre el que se está ofreciendo en la actualidad. Se empieza hablar del resurgimiento de la energía nuclear en lo que se ha denominado el ecologismo atómico, que tiene su gran aliado en Michael Shellenberg.Por otra parte, los organismos internacionales prevén que la energía nuclear sea una de las fuentes que crezcan, según la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo, que hasta 2040, la economía a nivel global aumentará un 200 por ciento.
La población será superior a los 9.000 millones de habitantes, por lo que el planeta va a necesitar mucha energía y la demanda aumentará un 33 por ciento, en especial los países de economías emergentes.
Aumentarán todas las fuentes de energías, excepto el carbón, que comenzará a disminuir su consumo a partir del 2030. Las energías renovables, sobre todo la solar y la eólica, tendrán mayores tasas de crecimiento, un 7,4 por ciento de crecimiento entre 2015 y 2040, y llegará a suponer el 25 por ciento de la energía utilizada en el planeta.
Porcentaje menor al 42 por ciento al que pretende llegar el Gobierno del PSOE 10 años antes en que los objetivos son mayores a los que ha marcado la Unión Europea con el 32,5 por ciento.
En El Blog Salmón | Las energéticas cubren el coste de desnuclearizar Alemania, toda la información
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