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La Hermandad Musulmana como tropa de refuerzo del ejército de Estados Unidos , por Thierry Meyssan
Este artículo este parte del libro De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestra mirada, la gran farsa de las primaveras árabes.
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- El saudita Osama ben Laden (a la izquierda) y su médico personal, el egipcio Ayman al-Zawahiri (a la derecha), publican en 1998 “El Frente Islámico Mundial contra los judíos y los cruzados”. Ese texto será divulgado desde Londres por el Advice and Reformation Committee. Al-Zawahiri había organizado el asesinato del presidente egipcio Anwar el-Sadat y trabajó después para los servicios secretos sudaneses de Hassan el-Turabi y Omar el-Bechir. Hoy actúa como jefe de al-Qaeda.
5- El Pentágono asume
el control de los islamistas
A inicios de los años 1990, el Pentágono decide incorporar a sus actividades los islamistas –que hasta entonces dependían sólo de la CIA. Se inicia así la operación Gladio B [1], que toma como referencia la operación Gladio de creación de ejércitos secretos de la OTAN en Europa. A lo largo de todo un decenio, todos los jefes islamistas –incluyendo a Osama ben Laden y Ayman al-Zawahiri– viajan en aviones de la US Air Force. En esa operación participan el Reino Unido, Turquía y Azerbaiyán [2]. Ello implica que los islamistas –que hasta ese momento se habían movido en la sombra– se ven de cierta manera integrados “públicamente” a las fuerzas de la OTAN.
Arabia Saudita –simultáneamente Estado y propiedad privada de la familia Saud– se convierte oficialmente en el ente a cargo del manejo del islamismo mundial. En 1992, el rey de Arabia Saudita proclama una Ley Fundamental en la que se estipula:
“El Estado protege la fe islámica y aplica la Sharia. Impone el Bien y combate el Mal. Cumple con los deberes del Islam (…) La defensa del islamismo, de la sociedad y de la patria musulmana es deber de todo súbdito del Rey.”A partir de 1993, Charles, príncipe de Gales, patrocina el Oxford Centre for Islamic Studies, cuya dirección asume el príncipe Turki, el jefe de los servicios secretos sauditas.
Londres se convierte abiertamente en el centro neurálgico del Gladio B, al extremo que se empieza hablar de un “Londonistán” [3]. Bajo el paraguas de la Liga Islámica Mundial, la Hermandad Musulmana árabe y la Jamaat-i-Islami pakistaní crean toda una serie de asociaciones culturales y de culto alrededor de la mezquita de Finsbury Park. Ese dispositivo permitirá el reclutamiento de numerosos combatientes suicidas, desde los individuos que atacarán la escuela rusa de Beslán hasta Richard Reid, el conocido Shoe bomber. Londonistán se compone principalmente de gran cantidad de medios de difusión, casas editoras, diarios como Al-Hayat y Asharq al-Awsat (dirigidos ambos por hijos del actual rey Salman de Arabia Saudita) y televisoras (el grupo MBC, propiedad del príncipe Walid ben Talal transmite una veintena de canales), que no se dirigen a la diáspora musulmana en suelo británico sino al mundo árabe. Esto sucede porque el acuerdo entre los islamistas y Arabia Saudita se hace extensivo al Reino Unido: total libertad de acción, pero con prohibición de inmiscuirse en la política interna. Este dispositivo, que emplea miles de personas y maneja gigantescas cantidades de dinero, se mantendrá públicamente hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando se hará imposible para los británicos seguir justificándolo.
- Abu Musab “El Sirio” (a la derecha, junto a Osama ben Laden) transfirió la “estrategia de la tensión” a la terminología islámica. Creó abiertamente una agencia, con oficinas en Madrid y en Londres, para supervisar los atentados perpetrados en Europa.
- Como consejero en comunicación de la Hermandad Musulmana, Mahmud Jibril el-Warfally, se encarga de enseñar el “lenguaje democrático” a los dictadores musulmanes. Mahmud Jibril también reorganiza la televisora satelital qatarí Al-Jazeera. Posteriormente organiza la implantación de empresas de Estados Unidos en Libia y finalmente dirige el derrocamiento del líder libio Muammar el-Kadhafi.
La guerra contra Argelia acaba por extenderse a Francia. Jacques Chirac y su ministro del Interior, Charles Pasqua, interrumpen el apoyo de París a la Hermandad Musulmana e incluso prohíben los libros del predicador de la cofradía, Yussef al-Qaradawi. Lo que les interesa es mantener la presencia francesa en el Magreb, mientras que los británicos pretenden erradicarla. En 1994, el Grupo Islámico Armado (GIA) toma como rehenes a los pasajeros del vuelo Argel-París de la compañía Air France; en 1995, hace estallar bombas en el metro y en un tren parisinos y, en 1998, durante la Copa Mundial de Futbol organizada en Francia, prepara un gigantesco atentado –que incluía estrellar un avión contra una central nuclear, pero que será descubierto. En todos los casos, los sospechosos que logran escapar encuentran refugio en Londonistán.
- La “Legión Árabe” de Osama ben Laden desfila ante el presidente bosnio Alija Izetbegovic en Bosnia-Herzegovina.
- El egipcio Muhammad al-Zawahiri participa junto a su hermano, Ayman al-Zawahiri –actual jefe de al-Qaeda– en el asesinato del presidente Sadat. También participa –junto a la OTAN– en las guerras de Bosnia-Hergovina y de Kosovo, donde dirige una unidad del UCK (Ejército de Liberación de Kosovo).
En 1995, retomando la tradición de los asesinatos políticos, Osama ben Laden intenta eliminar al presidente egipcio Hosni Mubarak. Al año siguiente, trata de asesinar al Guía libio Muammar el-Kadhafi. Este segundo atentado es financiado con 100 000 libras esterlinas por los servicios secretos británicos, en represalia por el apoyo libio a la resistencia irlandesa [5]. Pero la operación fracasa. Varios oficiales libios huyen al Reino Unido. Entre ellos se encuentra Ramadán Abidi, cuyo hijo realizará, años más tarde y también por orden de los servicios secretos británicos, un atentado terrorista en Manchester. Libia envía pruebas a Interpol y emite la primera orden de arresto internacional contra Osama ben Laden, quien todavía dispone de una oficina de relaciones públicas en Londonistán.
En 1998 se funda en París la Comisión Árabe de Derechos Humanos, financiada por la NED estadounidense. La preside el tunecino Moncef Marzouki y su vocero es el sirio Haytham Manna. Su objetivo es defender a los miembros de la Hermandad Musulmana arrestados en diferentes países árabes, por haber realizado actividades terroristas. Marzouki es un médico de izquierda que trabaja desde hace tiempo con la cofradía. Haytam Manna es un escritor que se ocupa de las inversiones de Hassan el-Turabi y de los miembros sudaneses de la cofradía en Europa. Cuando Manna abandona esa actividad, su compañera sentimental queda como directora de la asociación. Haytham Manna será sustituido por el argelino Rachid Mesli, abogado que representa a Abassi Madani y a los miembros argelinos de la Hermandad Musulmana.
- Hijo espiritual del islamista turco Necmettin Erbakan (al centro en la foto), Recep Tayyip Erdogan (a la derecha) dirigió su grupo de acción secreta –la Milli Gorus. Erdogan organizó el envío de armas a Chechenia y dio albergue en Estambul a los principales emires anti-rusos.
En 1999, o sea después de la guerra en Kosovo y de la toma del poder en Grozny por parte de los islamistas, Zbigniew Brzezinski funda una tropa de neoconservadores: el American Committee for Peace in Chechnya (Comité Americano por la Paz en Chechenia). La primera guerra de Chechenia había sido un asunto interno ruso en el que se inmiscuyeron unos cuantos islamistas. Pero la segunda tiene como objetivo la creación del Emirato Islámico de Ichkeria. Brzezinski, quien desde hace años venía preparando esta operación, trata de reproducir el esquema utilizado en Afganistán. Los yihadistas chechenos, como Chamil Basayev, no han sido entrenados por Ben Laden en Sudán sino por los talibanes en Afganistán. Durante la guerra, reciben apoyo “humanitario” de la organización turca Milli Gorus, de Necmettin Erbakan y Recep Tayyip Erdogan, y del “IHH – Derechos Humanos y Libertades”, asociación turca creada en Alemania bajo el nombre de Internationale Humanitare Hilfe (IHH). Los yihadistas chechenos organizarán varias operaciones importantes, principalmente en 2002 contra el Teatro de Moscú (170 muertos y 700 heridos), en 2004 contra una escuela de Beslán (385 muertos y 783 heridos) y en 2005 contra la ciudad de Nalchik (128 muertos y 115 heridos). Después de la masacre de Beslán y la muerte del líder yihadista Chamil Basayev, la Milli Gorus y el IHH organizan un gran funeral en la mezquita Fatih de Estambul, sin el cuerpo de Basayev pero con decenas de miles de seguidores.
- Presentado como una acción terrorista “contra Estados Unidos”, el atentado que destruyó la embajada de Washington en Dar es Salaam (Tanzania), el 7 de agosto de 1998, dejó un saldo de 11 muertos y 85 heridos… pero no hubo ni una sola víctima estadounidense.
En 1996, la explosión de un camión-bomba destruye un edificio de 8 pisos en Khobar, Arabia Saudita, con un balance de 19 soldados estadounidenses muertos. Inicialmente atribuido a al-Qaeda, este atentado será presentado después como una acción de Irán, y finalmente su autoría no recae en nadie.
En 1998 estallan 2 bombas en las embajadas de Estados Unidos en Nairobi (Kenya) y en Dar-es-Salam (Tanzania). Mueren 298 africanos pero ningún estadounidense pierde la vida en ese hecho, que causa también más de 4 500 heridos. Un misterioso “Ejército Islámico de Liberación de los Sitios Sagrados” se atribuye la autoría de ambos atentados. Las autoridades estadounidenses afirman que fueron cometidos por miembros de la Yihad Islámica egipcia como represalia por la extradición de 4 de sus miembros. Pero las mismas autoridades estadounidenses acusan también a Osama ben Laden de haberlos ordenado y el FBI emite contra él –finalmente– una orden internacional de arresto.
En 2000, una embarcación tripulada por suicidas estalla contra el casco del destructor USS Cole en el puerto de Adén (Yemen). Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) reclama la autoría del atentado, pero un tribunal estadounidense hace responsable a Sudán.
Estos atentados tienen lugar mientras prosigue la colaboración entre Washington y los islamistas. Y Osama ben Laden conserva su oficina en Londonistán hasta 1999. Situado en el barrio de Wenbley, el Advice and Reformation Committee (ARC) se encarga simultáneamente de divulgar las declaraciones de Ben Laden y de servir de tapadera a las actividades logísticas de al-Qaeda, tanto en materia de reclutamiento como de pagos y adquisición de material. Entre sus colabores en Londres se cuentan el saudita Khaled al-Fawwaz y los egipcios Adel Abdel Bary e Ibrahim Eidarus, 3 individuos contra quienes existen órdenes de arresto internacionales y que, a pesar de ello, han obtenido asilo político en Reino Unido. Arropado en Londres por la más completa legalidad, el buró de Ben Laden publicará, en febrero de 1998, su célebre llamado a la Yihad contra los judíos y los “cruzados”. Gravemente enfermo de los riñones, Ben Laden es internado, en agosto de 2001, en el hospital americano de Dubai. Un jefe de Estado del Golfo me confirmó que él mismo visitó personalmente a Osama ben Laden en ese hospital, en su habitación, donde la CIA estaba a cargo de su protección.
6- Fusión de los dos “Gladio” y preparativos para Daesh
Siguiendo la misma lógica, la administración Bush atribuye a los islamistas los grandes atentados del 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos. La versión oficial se impone, a pesar de que contiene innumerables incoherencias. El secretario de Justicia sostiene que elementos islamistas secuestraron varios aviones, aunque las compañías aéreas aseguran que ninguno de los sospechosos se hallaba a bordo de sus aeronaves. El Departamento de Defensa publicará un video que muestra a Osama ben Laden atribuyéndose los atentados, a pesar de que él mismo los había rechazado públicamente y de que los expertos en reconocimiento facial y vocal aseguran que el hombre que aparece en el video no es Osama ben Laden. De todas maneras, esos acontecimientos sirven de pretexto a Washington y Londres para iniciar la “Guerra sin Fin” y atacar a sus antiguos aliados: los talibanes, en Afganistán, y el Irak de Saddam Hussein. - El 11 de septiembre de 2001, Osama ben Laden no estaba en condiciones de dirigir nada, y mucho menos una operación terrorista. Estaba agonizando, bajo diálisis, en el hospital militar de Rawalpindi, en Pakistán.
En agosto de 2002, el MI6 organiza en Londres una conferencia de la Hermandad Musulmana sobre el tema “Siria para todos”. Los oradores desarrollan la idea de que Siria vive bajo la opresión de la secta de los alauitas y que la única libertad verdadera es la que ofrece la Hermandad Musulmana.
Después de Sayyed Qutb y de Abu Mussab “El Sirio”, los islamistas se dotan de un nuevo estratega: Abu Bakr Naji. En 2004, este personaje, que parece no tener existencia anterior, publica en internet Management of Savagery, una teoría del caos (“La Administración de la Barbarie”) [6]. Aunque algunos dicen reconocer el estilo de un autor egipcio, el texto parece más bien haber sido redactado en inglés, adornado después con numerosas y redundantes citaciones coránicas y finalmente traducido al árabe. La palabra “Barbarie” que aparece en el título no es una referencia al uso del terror sino al regreso al estado natural anterior que existió antes de que la civilización creara el Estado. Se trata de retrotraer la Humanidad al momento en que “El hombre es el lobo del hombre”. La estrategia del caos se resume en 3 fases:
Primero, desmoralizar al Estado y extenuarlo atacando sus puntos más vulnerables. Para ello se escogerán blancos secundarios, a menudo sin interés real, pero fáciles de destruir y dispersos. El objetivo es dar la impresión de que existe una sublevación generalizada, una revolución.
Segunda fase: cuando el Estado se haya retirado de las zonas rurales y periféricas, habrá que conquistar ciertas zonas y administrarlas. Se utilizará la sharia para marcar el paso a una nueva forma de Estado. Durante esta etapa habrá que establecer alianzas con todo el que se oponga al Poder, y habrá que armar a esos aliados. Se pasa entonces a una guerra de posiciones.
Tercera fase: proclamación del Estado Islámico.
Como puede verse, todo esto tiene mucho que ver con la ciencia militar contemporánea. Se concede gran importancia a las operaciones sicológicas, principalmente al uso de la violencia espectacular. En la práctica, esta estrategia no tiene nada que ver con una revolución sino con la conquista de un país por potencias externas, ya que supone una gran inversión de fondos. Como siempre sucede con la literatura subversiva, lo más interesante es lo que no se dice o lo que se menciona sólo de forma incidental:
La preparación de las poblaciones para que acojan a los yihadistas supone la construcción previa de una red de mezquitas y de obras sociales, como se hizo en Argelia antes de la guerra “civil”.
Para la realización de las primeras operaciones militares es necesario un armamento que habrá que importar previamente. Pero lo más importante es que los yihadistas no tendrán después ninguna posibilidad de obtener armas, y menos aún de conseguir municiones. Por lo tanto, tendrán que contar con apoyo externo.
La administración de las zonas conquistadas implica disponer de altos funcionarios con formación previa, como los de los ejércitos regulares encargados de “reconstruir Estados”.
Para terminar, la guerra de posiciones supone la construcción de grandes infraestructuras, lo cual exigirá grandes cantidades de material de construcción y la participación de ingenieros y arquitectos.
El hecho mismo de que adopten como suyo este “tratado” demuestra que los islamistas se disponen a seguir desempeñando un papel militar al servicio de potencias externas, pero ya para entonces a muy gran escala.
En 2006, los británicos solicitan al emir qatarí Hamad que ponga su canal de televisión panárabe –Al-Jazeera– al servicio de la Hermandad Musulmana [7]. El libio Mahmud Jibril, el mismo que enseñó a la familia real de Qatar cómo utilizar el lenguaje democrático, recibe la tarea de introducir poco a poco a sus compañeros de la cofradía en el canal y crear canales en lenguas extranjeras –en inglés y posteriormente en bosnio y turco– así como un canal para niños. El predicador Yussef al-Qaradawi se convierte en “consejero religioso” de Al-Jazeera. Por supuesto, Al-Jazeera divulgará y confirmará la autenticidad de las grabaciones de audio y los videos de los diferentes “Osama ben Laden”.
Durante ese mismo periodo, las tropas de Estados Unidos que ocupan Irak enfrentan una rebelión que va generalizándose. Después del estado de abatimiento que los había embargado ante la rapidez y brutalidad de la invasión (técnica de “Shock and awe” o “Shock y pavor”), los iraquíes se organizan para la resistencia. El embajador de Estados Unidos en Bagdad y más tarde director de la Inteligencia Nacional, John Negroponte, propone vencer esa resistencia dividiendo a los iraquíes de manera que su cólera se vuelva contra ellos mismos, o sea transformando la resistencia contra la ocupación en guerra civil.
John Negroponte es un experto en operaciones secretas: participó en la Operación Fénix (Phoenix) en Vietnam, organizó después la guerra civil en Salvador y la Operación Irán-Contras en Nicaragua, antes de provocar el derrumbe de la rebelión en el estado mexicano de Chiapas. En Irak, Negroponte acude a uno de los hombres que trabajaron con él en Salvador: el coronel James Steele. Le confía la tarea de crear milicias iraquíes sunnitas para utilizarlas contra los chiitas y milicias chiitas para lanzarlas contra los sunnitas. Steele recurre a los islamistas para crear la milicia sunnita. Partiendo de al-Qaeda en Irak, Steele arma una coalición tribal, el Emirato Islámico en Irak (el futuro Daesh), utilizando como cobertura la Policía Especial (la “Brigada de los Lobos”). Para aterrorizar a las víctimas y sus familias, entrena a los elementos del Emirato Islámico en el uso de la tortura, según los métodos de la tristemente célebre Escuela de las Américas y de la Political Warfare Cadres Academy de Taiwán, donde él mismo fue profesor. En unos meses, una nueva oleada de horror cae sobre los iraquíes y los divide en base a sus creencias religiosas. Más tarde, cuando el general David Petraeus toma el mando de las tropas estadounidenses en Irak, designa al coronel James H. Coffman para que trabaje con Steele y le rinda cuentas a él sobre la operación, mientras que Brett H. McGurk rendirá cuentas directamente al presidente de Estados Unidos. Los principales jefes del Emirato Islámico son reclutados en el campo de internamiento de Bucca, pero se les aplica un tratamiento especial de acondicionamiento en la cárcel de Abu Ghraib, siguiendo los métodos de “lavado de cerebro” de los profesores Albert D. Biderman y Martin Seligman [8]. Todo el proceso es supervisado desde Washington por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, de quien Steele depende directamente.
En 2007, Washington informa a la Hermandad Musulmana que va a derrocar los regímenes laicos del Medio Oriente, incluyendo los de sus aliados, y que debe prepararse para ejercer el poder. La CIA organiza alianzas entre la cofradía y varios partidos y personalidades laicas de todos los países de la región. Al mismo tiempo, la propia CIA conecta entre sí las dos ramas del “Gladio”, creando vínculos entre los grupos neonazis occidentales y los grupos islamistas orientales.
Esas alianzas resultan a veces poco afortunadas. Por ejemplo, durante la “Conferencia Nacional de la Oposición Libia”, en Londres, la Hermandad Musulmana sólo logra reunir en torno a sí misma el Grupo Islámico Combatiente en Libia (GICL, al-Qaeda en Libia) y la cofradía wahabita de los Senussi. La plataforma programática prevé el restablecimiento de la monarquía y convertir el islam en religión de Estado. Más convincente resulta la constitución, en Berlín, del Frente de Salvación Nacional, que oficializa la unión entre la Hermandad Musulmana y el ex vicepresidente sirio Abdel Halim Khaddam.
- Imagen del ucraniano Dimitro Yarosh en el congreso del “Frente Antimperialista” realizado en Ternopol, en 2007. Ese encuentro establece la alianza entre los nazis del Gladio A y los islamistas del Gladio B. Con la “revolución de color” del EuroMaidan, Dimitro Yarosh se convertirá en secretario adjunto del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania.
En mayo y junio de 2007, el ejército nacional del Líbano inicia el asedio al campamento palestino de Nahr el-Bared, donde se han atrincherado miembros del grupo Fatah al-Islam. Los combates duran 32 días y cuestan la vida a 76 soldados libaneses, de los que una treintena son decapitados.
- Después de haber participado en la Flotilla de la Libertad, el turco-irlandés El-Mehdi El-Hamdi, alias “Mahdi al-Harati”, agente de la CIA, besa al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien lo visita en el hospital. Al-Harati se convertirá posteriormente en número 2 del llamado “Ejército Sirio Libre”.
(Continuará)
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