Numerosas vías en Bolivia se mantienen bloqueadas este viernes a doce días de consumarse el golpe de Estado.
Los bolivianos exigen la renuncia de la senadora Jeanine Áñez, autoproclamada presidenta interina. Además, reclaman justicia por las más de 30 víctimas mortales que ha dejado la represión.
Cerca de Cochabamba también hay bloqueos de vías. En otras zonas del interior de Bolivia se han ido levantando en espera de resultados del diálogo político que avanza en el país.
Este jueves se registró una nueva represión en la ciudad de La Paz, a donde miles de bolivianos llegaron en una manifestación pacífica, acompañados de los féretros con los cuerpos de las víctimas, para exigir justicia y el cese de la dictadura.
Entretanto, el presidente Evo Morales, asilado en México, denunció la persecución judicial contra movimientos sociales.
Aseguró que han sido víctimas de "montajes, pruebas sembradas y grabaciones manipuladas", pero para los asesinados desde la instalación del Gobierno de facto "no hay investigación, responsables o detenidos".
El pasado 10 de octubre, Morales junto al vicepresidente Álvaro García Linera anunciaron la renuncia a sus cargos.
Los líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) pidieron a la oposición de ese país detener la violencia ejercida contra seguidores y militares de esa formación política, sin embargo, desde entonces se recrudecieron las agresiones.
Los bolivianos exigen la renuncia de la senadora Jeanine Áñez, autoproclamada presidenta interina. Además, reclaman justicia por las más de 30 víctimas mortales que ha dejado la represión.
De acuerdo con el reporte del corresponsal de teleSUR en Bolivia, Freddy Morales, los bloqueos de las vías se mantienen en la zona sur de La Paz, mientras que en el resto de la ciudad se mantiene sin protestas.
Cerca de Cochabamba también hay bloqueos de vías. En otras zonas del interior de Bolivia se han ido levantando en espera de resultados del diálogo político que avanza en el país.
Este jueves se registró una nueva represión en la ciudad de La Paz, a donde miles de bolivianos llegaron en una manifestación pacífica, acompañados de los féretros con los cuerpos de las víctimas, para exigir justicia y el cese de la dictadura.
Entretanto, el presidente Evo Morales, asilado en México, denunció la persecución judicial contra movimientos sociales.
Aseguró que han sido víctimas de "montajes, pruebas sembradas y grabaciones manipuladas", pero para los asesinados desde la instalación del Gobierno de facto "no hay investigación, responsables o detenidos".
El pasado 10 de octubre, Morales junto al vicepresidente Álvaro García Linera anunciaron la renuncia a sus cargos.
Los líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) pidieron a la oposición de ese país detener la violencia ejercida contra seguidores y militares de esa formación política, sin embargo, desde entonces se recrudecieron las agresiones.
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