Cambio de poder: la unión hizo la fuerza
En 2010, la alianza entre PAN y PRD ganó las gubernaturas de Sinaloa, Puebla y Oaxaca; fuertes golpes al narcotráfico, como la captura de La Barbie
Héctor Figueroa- 1
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Los mexicanos disfrutaron de los actos especiales con motivo del Bicentenario. Foto Ernesto RamírezArchivo
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CIUDAD DE MÉXICO, .- En 2010 los asesinatos masivos atribuidos a grupos del narcotráfico se convirtieron en tema recurrente. Uno de ellos fue el de 72 migrantes en un rancho de San Fernando, Tamaulipas. Se trataba de centroamericanos y sudamericanos que fueron victimados por Los Zetas.
La Marina encontró los 72 cadáveres de 58 hombres y 14 mujeres en los días en que el presidente Felipe Calderón había encabezado una reunión sobre seguridad pública en el Campo Marte.
De acuerdo con declaraciones de un ecuatoriano que sobrevivió, los migrantes se dirigían a la frontera de Matamoros-Brownsville cuando un comando los interceptó, los llevó a ese rancho y les pidió dinero. Al percatarse de que los extranjeros no tenían recursos económicos, ese grupo de zetas les ofreció trabajar como sicarios, a lo que se negaron, por lo que fueron asesinados.
Los migrantes provenían de El Salvador, Honduras, Ecuador y Brasil. Luego de estos hechos renunció a su cargo la titular del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, para dedicarse a la actividad política en el PAN.
Otras muertes fueron producto del fuego cruzado en enfrentamientos de las fuerzas del orden con bandas criminales. En marzo ése fue el caso de dos estudiantes de excelencia del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), quienes fallecieron durante una balacera en la que participaron el Ejército mexicano y un grupo de zetas.
Dos meses después, la Procuraduría General de la República (PGR) concluyó que ambos estudiantes murieron en el fuego cruzado durante ese enfrentamiento y que al menos uno de los disparos que recibió una de las víctimas corresponde al tipo de bala que utilizan las bandas de la delincuencia organizada.
El rector del Tecnológico de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann, denunció que existió falta de transparencia por parte de las autoridades federales en el proceso de esclarecer la muerte de los dos estudiantes.
En septiembre, la muerte de otros dos civiles en un hecho atribuido a un error de militares, motivó que el presidente Felipe Calderón instruyera a las fuerzas castrenses para que no ocurrieran más hechos de este tipo.
En la carretaera Monterrey-Nuevo Laredo, soldados dispararon contra un auto en el que viajaban siete integrantes de una familia, que no se detuvieron en un retén al pensar que había sido colocado por delincuentes.
“Uno de los problemas es la ocurrencia de víctimas civiles inocentes, sea por el fuego cruzado, sea por acciones como éstas. Hasta donde entiendo y la explicación del parte militar es que había un retén castrense”, dijo Calderón el 7 de septiembre en entrevista con Grupo Imagen Multimedia.
El 24 de octubre, un comando irrumpió en un festejo en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el que en su mayoría había jóvenes y abrió fuego contra los asistentes. En el lugar fallecieron 14 personas, en su mayoría de entre 16 y 25 años de edad.
Unos días después, el 27 de octubre, un comando asesinó a diez adictos en recuperación de entre 18 y 26 años en un centro de lavado de automóviles en Tepic, Nayarit. Además, murieron tres empleados del lugar y dos clientes.
En agosto, las autoridades federales propinaron un fuerte golpe al crimen organizado con la detención de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie. Ciudadano estadunidense, el capo, considerado uno de los más violentos, fue jefe de sicarios de los Beltrán Leyva mientras éstos eran parte del cártel de Sinaloa, liderado por El Chapo Guzmán.
Cuando el crimen los alcanzó
En 2010, los políticos también fueron víctimas del crimen organizado, como fue el caso del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, asesinado el 28 de junio, a sólo unos días de las elecciones. Su lugar en la contienda lo ocupó su hermano Egidio Torre Cantú, quien ganó los comicios.
Las investigaciones, que se prolongaron por dos años, arrojaron que Eduardo Costilla Sánchez, alias El Coss, identificado como el líder del cártel del Golfo, ordenó el asesinato, según revelaron autoridades de la PGR.
El Coss habría ordenado asesinar a Rodolfo Torre Cantú luego de que supuestamente se negara a proteger las inversiones que permitían el lavado de dinero proveniente de las ganancias del narcotráfico.
Esta información se desprende de investigaciones de la PGR y de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, así como de declaraciones recientes de un ex empresario tamaulipeco y testigo-colaborador, la cual apunta a que fue la cúpula de cártel del Golfo, ya bajo el control de El Coss, la que ordenó el crimen.
Otro de los políticos que sufrió el embate de la delincuencia fue el ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos, víctima de secuestro en el mes de mayo. El reconocido político del PAN fue puesto en libertad siete meses después, en diciembre.
El 14 de mayo, El Jefe Diego fue secuestrado en el rancho La Cabaña, en Querétaro. Ocho horas después, personal a su servicio halló la camioneta que conducía.
Al final de ese mes, Diego Fernández de Cevallos Gutiérrez, hijo mayor del ex senador de la República, envió un comunicado en el que pidió a las autoridades mantenerse al margen del caso a fin de favorecer el proceso de negociación para la liberación.
En septiembre, en un comunicado, el grupo que había secuestrado a Fernández de Cevallos difundió una fotografía en la que se mostraba al ex candidato presidencial con los ojos vendados, sin camisa, sosteniendo una revista de años atrás con una imagen de él acompañado por Carlos Salinas de Gortari.
El 19 de diciembre, Excélsior publicó a en su primera plana: “Anuncian liberación de Diego Fernández de Cevallos”. Un día después el político panista reapareció. “Me encuentro bien, gracias a Dios, estoy fuerte y mi vida seguirá siendo la misma”, declaró el 20 de diciembre.
¿Y dónde está la pequeña?
Uno de los casos que también conmocionaron a la opinión pública fue el de la desaparición y muerte de la niña Paulette Gebara Farah.
El 30 de abril, el cuerpo de la menor que había desaparecido diez días antes fue encontrado en su propia recámara, justo entre el colchón y la base de su cama, cubierta con cobijas.
La madre de la pequeña, Lisette Farah, quien había quedado en calidad de indiciada, fue absuelta. El titular de la Procuraduría de Justicia del Estado de México, Alberto Bazbaz, quien luego dejaría el cargo, explicó así la muerte de Paulette: “Fue asfixia mecánica por sofocación. Un grupo de peritos, policías y agentes del Minsterio Público, al encontrarse realizando diligencias en el departamento, realizó el descubrimiento”.
Unidos contra el PRI
Aunque pareciera que en 2010 la política pasó a un segundo plano, el partido en el gobierno federal, el PAN, en alianza principalmente con PRD, asestó fuertes golpes al PRI al arrebatarle las gubernaturas de bastiones emblemáticos del tricolor.
Los efímeros aliados, de derecha e izquierda, ganaron en Sinaloa, con Mario López Valdez Malova; Puebla, con Rafael Moreno Valle, y Oaxaca, con Gabino Cué Monteagudo.
Sin embargo, en la estrategia se reveló una debilidad que sería explícita dos años después: al PAN, por sí mismo, le era imposible vencer al tricolor.
Los artífices de estas alianzas políticas fueron el líder interino del PAN, César Nava Vázquez, y el dirigente perredista Jesús Ortega Martínez, quienes pese a sus esfuerzos no lograron cuajar la alianza más importante para el próximo año, por la gubernatura del Estado de México.
La táctica de los líderes del PAN y PRD tuvo, sin embargo, un saldo negativo al interior de sus respectivos institutos políticos. Acción Nacional declaró una guerra intestina a su ex dirigente Manuel Espino Barrientos, quien terminó expulsado del partido.
Del lado de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador utilizó el tema de las alianzas para criticar a la dirigencia perredista y buscar para sí y para los suyos una nueva candidatura presidencial, que finalmente lograría un año después.
Por el tema de las alianzas renunciaría en febrero a su militancia panista el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Después se sabría que su separación de la política tuvo como punto de quiebre un pacto hecho meses antes para impedir una coalición PAN-PRD para la gubernatura del Estado de México que se renovaría en 2011.
El acuerdo que no concretó se estaba trabajando entre los líderes del PRI, Beatriz Paredes, y del PAN, César Nava, y como testigos Gómez Mont y el secretario de Gobierno del Estado de México, Luis Enrique Miranda, con el fin de que se aprobara la reforma fiscal de 2009 y se evitara una alianza electoral entre panistas y perredistas para la gubernatura mexiquense.
El siguiente año, la alianza entre Acción Nacional y la izquierda no podría concretarse y el Estado de México se mantendría en manos del PRI, con Eruviel Ávila.
Luces y sombras
Después de un proceso de organización de cuatro años marcado por conflictos y dificultades, México conmemoró los 200 años del inicio de la Guerra de Independencia y 100 años del estallido de la Revolución.
Pese a las luces, los fuegos artificiales y el espectacular desfile que se llevó a cabo el 15 de septiembre en Paseo de la Reforma, surgieron temas polémicos: como una comisión nacional de las conmemoraciones que tardó en llegar y discrecionalidad para informar de los detalles y costos de los festejos.
Asimismo, obras que fueron prometidas pero que quedaron inconclusas y hasta conflictos derivados por el tema musical aprobado para la doble celebración.
2012-11-28 03:29:00
CIUDAD DE MÉXICO, .- En 2010 los asesinatos masivos atribuidos a grupos del narcotráfico se convirtieron en tema recurrente. Uno de ellos fue el de 72 migrantes en un rancho de San Fernando, Tamaulipas. Se trataba de centroamericanos y sudamericanos que fueron victimados por Los Zetas.
La Marina encontró los 72 cadáveres de 58 hombres y 14 mujeres en los días en que el presidente Felipe Calderón había encabezado una reunión sobre seguridad pública en el Campo Marte.
De acuerdo con declaraciones de un ecuatoriano que sobrevivió, los migrantes se dirigían a la frontera de Matamoros-Brownsville cuando un comando los interceptó, los llevó a ese rancho y les pidió dinero. Al percatarse de que los extranjeros no tenían recursos económicos, ese grupo de zetas les ofreció trabajar como sicarios, a lo que se negaron, por lo que fueron asesinados.
Los migrantes provenían de El Salvador, Honduras, Ecuador y Brasil. Luego de estos hechos renunció a su cargo la titular del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, para dedicarse a la actividad política en el PAN.
Otras muertes fueron producto del fuego cruzado en enfrentamientos de las fuerzas del orden con bandas criminales. En marzo ése fue el caso de dos estudiantes de excelencia del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), quienes fallecieron durante una balacera en la que participaron el Ejército mexicano y un grupo de zetas.
Dos meses después, la Procuraduría General de la República (PGR) concluyó que ambos estudiantes murieron en el fuego cruzado durante ese enfrentamiento y que al menos uno de los disparos que recibió una de las víctimas corresponde al tipo de bala que utilizan las bandas de la delincuencia organizada.
El rector del Tecnológico de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann, denunció que existió falta de transparencia por parte de las autoridades federales en el proceso de esclarecer la muerte de los dos estudiantes.
En septiembre, la muerte de otros dos civiles en un hecho atribuido a un error de militares, motivó que el presidente Felipe Calderón instruyera a las fuerzas castrenses para que no ocurrieran más hechos de este tipo.
En la carretaera Monterrey-Nuevo Laredo, soldados dispararon contra un auto en el que viajaban siete integrantes de una familia, que no se detuvieron en un retén al pensar que había sido colocado por delincuentes.
“Uno de los problemas es la ocurrencia de víctimas civiles inocentes, sea por el fuego cruzado, sea por acciones como éstas. Hasta donde entiendo y la explicación del parte militar es que había un retén castrense”, dijo Calderón el 7 de septiembre en entrevista con Grupo Imagen Multimedia.
El 24 de octubre, un comando irrumpió en un festejo en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el que en su mayoría había jóvenes y abrió fuego contra los asistentes. En el lugar fallecieron 14 personas, en su mayoría de entre 16 y 25 años de edad.
Unos días después, el 27 de octubre, un comando asesinó a diez adictos en recuperación de entre 18 y 26 años en un centro de lavado de automóviles en Tepic, Nayarit. Además, murieron tres empleados del lugar y dos clientes.
En agosto, las autoridades federales propinaron un fuerte golpe al crimen organizado con la detención de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie. Ciudadano estadunidense, el capo, considerado uno de los más violentos, fue jefe de sicarios de los Beltrán Leyva mientras éstos eran parte del cártel de Sinaloa, liderado por El Chapo Guzmán.
Cuando el crimen los alcanzó
En 2010, los políticos también fueron víctimas del crimen organizado, como fue el caso del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, asesinado el 28 de junio, a sólo unos días de las elecciones. Su lugar en la contienda lo ocupó su hermano Egidio Torre Cantú, quien ganó los comicios.
Las investigaciones, que se prolongaron por dos años, arrojaron que Eduardo Costilla Sánchez, alias El Coss, identificado como el líder del cártel del Golfo, ordenó el asesinato, según revelaron autoridades de la PGR.
El Coss habría ordenado asesinar a Rodolfo Torre Cantú luego de que supuestamente se negara a proteger las inversiones que permitían el lavado de dinero proveniente de las ganancias del narcotráfico.
Esta información se desprende de investigaciones de la PGR y de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, así como de declaraciones recientes de un ex empresario tamaulipeco y testigo-colaborador, la cual apunta a que fue la cúpula de cártel del Golfo, ya bajo el control de El Coss, la que ordenó el crimen.
Otro de los políticos que sufrió el embate de la delincuencia fue el ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos, víctima de secuestro en el mes de mayo. El reconocido político del PAN fue puesto en libertad siete meses después, en diciembre.
El 14 de mayo, El Jefe Diego fue secuestrado en el rancho La Cabaña, en Querétaro. Ocho horas después, personal a su servicio halló la camioneta que conducía.
Al final de ese mes, Diego Fernández de Cevallos Gutiérrez, hijo mayor del ex senador de la República, envió un comunicado en el que pidió a las autoridades mantenerse al margen del caso a fin de favorecer el proceso de negociación para la liberación.
En septiembre, en un comunicado, el grupo que había secuestrado a Fernández de Cevallos difundió una fotografía en la que se mostraba al ex candidato presidencial con los ojos vendados, sin camisa, sosteniendo una revista de años atrás con una imagen de él acompañado por Carlos Salinas de Gortari.
El 19 de diciembre, Excélsior publicó a en su primera plana: “Anuncian liberación de Diego Fernández de Cevallos”. Un día después el político panista reapareció. “Me encuentro bien, gracias a Dios, estoy fuerte y mi vida seguirá siendo la misma”, declaró el 20 de diciembre.
¿Y dónde está la pequeña?
Uno de los casos que también conmocionaron a la opinión pública fue el de la desaparición y muerte de la niña Paulette Gebara Farah.
El 30 de abril, el cuerpo de la menor que había desaparecido diez días antes fue encontrado en su propia recámara, justo entre el colchón y la base de su cama, cubierta con cobijas.
La madre de la pequeña, Lisette Farah, quien había quedado en calidad de indiciada, fue absuelta. El titular de la Procuraduría de Justicia del Estado de México, Alberto Bazbaz, quien luego dejaría el cargo, explicó así la muerte de Paulette: “Fue asfixia mecánica por sofocación. Un grupo de peritos, policías y agentes del Minsterio Público, al encontrarse realizando diligencias en el departamento, realizó el descubrimiento”.
Unidos contra el PRI
Aunque pareciera que en 2010 la política pasó a un segundo plano, el partido en el gobierno federal, el PAN, en alianza principalmente con PRD, asestó fuertes golpes al PRI al arrebatarle las gubernaturas de bastiones emblemáticos del tricolor.
Los efímeros aliados, de derecha e izquierda, ganaron en Sinaloa, con Mario López Valdez Malova; Puebla, con Rafael Moreno Valle, y Oaxaca, con Gabino Cué Monteagudo.
Sin embargo, en la estrategia se reveló una debilidad que sería explícita dos años después: al PAN, por sí mismo, le era imposible vencer al tricolor.
Los artífices de estas alianzas políticas fueron el líder interino del PAN, César Nava Vázquez, y el dirigente perredista Jesús Ortega Martínez, quienes pese a sus esfuerzos no lograron cuajar la alianza más importante para el próximo año, por la gubernatura del Estado de México.
La táctica de los líderes del PAN y PRD tuvo, sin embargo, un saldo negativo al interior de sus respectivos institutos políticos. Acción Nacional declaró una guerra intestina a su ex dirigente Manuel Espino Barrientos, quien terminó expulsado del partido.
Del lado de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador utilizó el tema de las alianzas para criticar a la dirigencia perredista y buscar para sí y para los suyos una nueva candidatura presidencial, que finalmente lograría un año después.
Por el tema de las alianzas renunciaría en febrero a su militancia panista el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Después se sabría que su separación de la política tuvo como punto de quiebre un pacto hecho meses antes para impedir una coalición PAN-PRD para la gubernatura del Estado de México que se renovaría en 2011.
El acuerdo que no concretó se estaba trabajando entre los líderes del PRI, Beatriz Paredes, y del PAN, César Nava, y como testigos Gómez Mont y el secretario de Gobierno del Estado de México, Luis Enrique Miranda, con el fin de que se aprobara la reforma fiscal de 2009 y se evitara una alianza electoral entre panistas y perredistas para la gubernatura mexiquense.
El siguiente año, la alianza entre Acción Nacional y la izquierda no podría concretarse y el Estado de México se mantendría en manos del PRI, con Eruviel Ávila.
Luces y sombras
Después de un proceso de organización de cuatro años marcado por conflictos y dificultades, México conmemoró los 200 años del inicio de la Guerra de Independencia y 100 años del estallido de la Revolución.
Pese a las luces, los fuegos artificiales y el espectacular desfile que se llevó a cabo el 15 de septiembre en Paseo de la Reforma, surgieron temas polémicos: como una comisión nacional de las conmemoraciones que tardó en llegar y discrecionalidad para informar de los detalles y costos de los festejos.
Asimismo, obras que fueron prometidas pero que quedaron inconclusas y hasta conflictos derivados por el tema musical aprobado para la doble celebración.
Realidades 2010. Logros en seguridad
El Ejército mexicano y la Marina se apuntaron éxitos
importantes en la estrategia de seguridad desplegada por el gobierno
federal. Entre los más destacados estuvieron las detenciones de capos
del narcotráfico como Teodoro García Simental y Sergio Villarreal
Barragán, quienes operaban para el cártel de Sinaloa y la organización
de los hermanos Beltrán Leyva, respectivamente. En otros operativos
fueron abatidos Ignacio Coronel Villarreal, uno de los líderes del
cártel de Sinaloa, y Ezequiel Cárdenas Guillén, quien era el dirigente
del cártel del Golfo.
Mientras se daban más logros como decomisos de droga y armas,
pero también más violencia, sobre todo por la guerra de cárteles por el
control de territorios, los poderes Ejecutivo y Legislativo no lograban
ponerse de acuerdo en nuevos instrumentos jurídicos para combatir al
crimen organizado.
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