Se veía que Calderón entregaría el poder: Vicente Fox
Reitera sus críticas a la guerra anticrimen y asegura que el michoacano trabajó más por el PAN que por México
Andrés Guardiola/ Corresponsal
RANCHO SAN CRISTÓBAL, Gto., 30 de
noviembre.— Desde el día que Felipe Calderón recibió la banda
presidencial de manos de Vicente Fox, éste vio venir la derrota panista
en la elección presidencial. La falta de liderazgos en el PAN, y luego
la estrategia para combatir al crimen organizado, que deja más de 60 mil
muertos con violencia, convenció a los mexicanos a votar por otro
partido, consideró el político guanajuatense.
El ex Presidente de México concedió una entrevista exclusiva a Excélsior, en la cual asegura, además, que sí hay vida después de la Presidencia, y esto depende de la actitud. “Si Diosito ya te va a marcar el alto, ahí pelas, aunque traigas 500 cuates atrás”.
En las instalaciones del Centro Fox, ubicadas en esta comunidad rural del municipio de San Francisco del Rincón, Fox Quesada acusó que Calderón fue quien terminó con la hegemonía del PAN.
Recuerda que cuando entregó la banda presidencial a Felipe Calderón fue un alivio, al mismo tiempo fue tiempo de dolor y preocupación, pues “ni las cosas pintaban bien” ni había liderazgos en el PAN, su partido político.
“Desde mediados de mi sexenio ya las cosas no pintaban bien en varios sentidos. Uno, mi propia popularidad había bajado, aunque a niveles todavía muy razonables, pero los liderazgos del PAN no surgían, no estaban a la vista.”
Vicente Fox reveló que a partir de ahí caviló sobre el tema. Incluso para sus adentros sentía dolor y tristeza.
“Yo pensaba para mis adentros: ‘Qué triste sería que el presidente de mi partido, y el Presidente del país, que fue de mi partido y que fue del país, tuviera que entregar la banda presidencial a un gobierno de oposición’.”
Fox Quesada destacó que si algo aprendió de hacer negocios, incluso como directivo en la empresa Coca-Cola, es que el momento más importante para un líder, decisivo y comprometedor, es en quién va a dejar la sucesión. Y esa se convierte en la preocupación número uno.
El ex mandatario aseveró que en la segunda mitad de su gobierno trabajó por el país, pero también para entregar la banda presidencial a alguien de su partido, lo cual fue para él un segundo triunfo, como él mismo divulgó.
Sin embargo, entregar la Presidencia al representante de otro partido “debe ser un momento muy triste”, destacó. Aseguró que ese momento calará hondo en Felipe Calderón, quien con su estrategia de seguridad marcó de forma anticipada la derrota del PAN.
“Tres años después, a la mitad del camino de la Presidencia de Felipe Calderón se veían las cosas complicadas, sobre todo en mi diferendo radical, en la estrategia a seguir en materia de seguridad.
“Yo creo que eso marcó ese sexenio, y eso marcó la derrota anticipada del PAN. Desde entonces también expresé esa tristeza que representaría entregar la banda presidencial a alguien que no fuera del partido; yo creo que eso sería un momento muy doloroso. Eso cala hondo, y me supongo que mucho más hondo le debe calar al presidente Calderón.”
—Desde que le entregó la banda presidencial a Felipe Calderón, ¿se veía venir la derrota del PAN?
—Yo sí creo que la selección del gabinete fue una selección que no garantizaba el éxito del gobierno. Simplemente arrancar el gabinete pensando en gente del PAN fue un gran error, porque México merece mucho más que el PAN, y en México hay muchos más talentos de los que pueda tener el PAN. Una vez que uno se convierte en jefe de Estado, es obligado dejar los colores azules en el armario y ponerse a trabajar por la nación. Parece que el presidente Calderón equivocó el camino, se puso a trabajar para el PAN”.
Según Vicente Fox lo que hizo el ahora Presidente saliente fue buscar lealtades, dando “chamba” a los panistas, y de ahí como resultado la derrota de Acción Nacional.
“Efectivamente, desde ahí no se veía, no se veía que vendría el surgimiento de liderazgos y eso es parte del resultado.”
Fox reiteró que en su sexenio las cosas se hicieron bien, y lamentó que, por ejemplo, Felipe Calderón anunciara la carretera Durango–Maza-tlán como su obra, porque se comenzó con Ernesto Zedillo, fue casi finalizada en su sexenio con fondos y hasta un fideicomiso, y simplemente Calderón cortó el listón.
“Ahora viene Calderón, en sus últimos días de Presidente, y dice que todo su sexenio fue maravilloso, y esto le está ocasionando mucho descrédito; tenemos el ejemplo de la carretera Mazatlán–Durango. Pamplinas, eso no es cierto.”
No tengo nada que temer
Vicente Fox destaca que existe vida después de ser Presidente, y no solamente de México, sino de cualquier país. Ejemplifica con José María Aznar, de España, o el estadunidense Bill Clinton, porque el miedo es una actitud.
Consideró que así uno traiga 500 guaruras consigo, cuando Dios lo decide, ahí se termina la vida.
Ahora con el Centro Fox se ha topado con ex presidentes o primeros ministros, como George W. Bush y hasta el venezolano Hugo Chávez. Pero a quien no ha vuelto a ver es a Fidel Castro.
“Me frecuento mucho con todos los presidentes; es lo maravilloso, que todos hemos encontrado que hay vida después de la Presidencia, y hay vida para aquellos presidentes que fueron democráticos, que fueron íntegros, honestos y que actuaron bien y de buena fe. Andamos en la calle sin ningún problema.”
Lamentó que no corren la misma suerte los ex presidentes deshonestos o que tuvieron dificultades, ahora andan escondiéndose y a hurtadillas.
—Para Felipe Calderón, ¿habrá vida después de la Presidencia?
—Pues tiene que haberla, con los 40 años o 50 años que tiene, pues tiene que haberla. Y la encontrará en Harvard, como Ernesto Zedillo la encontró en Yale. La va a encontrar.
De si podrá caminar tranquilo por las calles de México, la respuesta de Vicente Fox fue un “quién sabe”.
“El temor es una actitud, no es real. Yo me resisto a traer seguridad. Yo no entiendo esos contingentes brutales de seguridad, si Diosito ya te va a marcar el alto, ahí pelas, aunque traigas 500 cuates atrás.”
Dejó en claro que cuando se es Presidente sí hay obligación de traer seguridad, porque está en juego la estabilidad del país. Fox se mostró feliz de haber terminado sin mayores problemas y, sobre todo, en excelente relación con los ciudadanos, al grado de poder transitar sin problemas e incluso con saludos cariñosos.
“Lo tengo que decir con toda modestia: yo terminé muy satisfecho con mi propio trabajo, terminé en excelente relación con la ciudadanía, y terminé con excelentes resultados”, y aseveró que su popularidad al final de su mandato fue la más alta de los últimos sexenios.
“Por más que me los pelean, que me los escatiman, por más que dicen que le estoy echando crema a mis tacos, terminé muy bien con todos.”
—¿El poder desgasta? ¿Físicamente terminó desgastado?
—Si no se prepara uno, sí. Yo francamente ya a los 58 años, ese arroz ya se cuece fácilmente, ya no está uno en los cuarenta. “Cuando va uno teniendo más edad y más experiencia, ya va tomando uno las cosas con más tranquilidad.”
Y es que el ex mandatario confesó que para él, ser Presidente de la República era una “chamba” más.
“Si bien es la chamba más importante de la nación, aún así era una chamba. Y por eso ni dejé de dormir ni me desvelé y salí a trabajar profesionalmente cada día, a dar lo mejor de mí mismo”, aseguró.
2012-11-30 06:14:00
El ex Presidente de México concedió una entrevista exclusiva a Excélsior, en la cual asegura, además, que sí hay vida después de la Presidencia, y esto depende de la actitud. “Si Diosito ya te va a marcar el alto, ahí pelas, aunque traigas 500 cuates atrás”.
En las instalaciones del Centro Fox, ubicadas en esta comunidad rural del municipio de San Francisco del Rincón, Fox Quesada acusó que Calderón fue quien terminó con la hegemonía del PAN.
Recuerda que cuando entregó la banda presidencial a Felipe Calderón fue un alivio, al mismo tiempo fue tiempo de dolor y preocupación, pues “ni las cosas pintaban bien” ni había liderazgos en el PAN, su partido político.
“Desde mediados de mi sexenio ya las cosas no pintaban bien en varios sentidos. Uno, mi propia popularidad había bajado, aunque a niveles todavía muy razonables, pero los liderazgos del PAN no surgían, no estaban a la vista.”
Vicente Fox reveló que a partir de ahí caviló sobre el tema. Incluso para sus adentros sentía dolor y tristeza.
“Yo pensaba para mis adentros: ‘Qué triste sería que el presidente de mi partido, y el Presidente del país, que fue de mi partido y que fue del país, tuviera que entregar la banda presidencial a un gobierno de oposición’.”
Fox Quesada destacó que si algo aprendió de hacer negocios, incluso como directivo en la empresa Coca-Cola, es que el momento más importante para un líder, decisivo y comprometedor, es en quién va a dejar la sucesión. Y esa se convierte en la preocupación número uno.
El ex mandatario aseveró que en la segunda mitad de su gobierno trabajó por el país, pero también para entregar la banda presidencial a alguien de su partido, lo cual fue para él un segundo triunfo, como él mismo divulgó.
Sin embargo, entregar la Presidencia al representante de otro partido “debe ser un momento muy triste”, destacó. Aseguró que ese momento calará hondo en Felipe Calderón, quien con su estrategia de seguridad marcó de forma anticipada la derrota del PAN.
“Tres años después, a la mitad del camino de la Presidencia de Felipe Calderón se veían las cosas complicadas, sobre todo en mi diferendo radical, en la estrategia a seguir en materia de seguridad.
“Yo creo que eso marcó ese sexenio, y eso marcó la derrota anticipada del PAN. Desde entonces también expresé esa tristeza que representaría entregar la banda presidencial a alguien que no fuera del partido; yo creo que eso sería un momento muy doloroso. Eso cala hondo, y me supongo que mucho más hondo le debe calar al presidente Calderón.”
—Desde que le entregó la banda presidencial a Felipe Calderón, ¿se veía venir la derrota del PAN?
—Yo sí creo que la selección del gabinete fue una selección que no garantizaba el éxito del gobierno. Simplemente arrancar el gabinete pensando en gente del PAN fue un gran error, porque México merece mucho más que el PAN, y en México hay muchos más talentos de los que pueda tener el PAN. Una vez que uno se convierte en jefe de Estado, es obligado dejar los colores azules en el armario y ponerse a trabajar por la nación. Parece que el presidente Calderón equivocó el camino, se puso a trabajar para el PAN”.
Según Vicente Fox lo que hizo el ahora Presidente saliente fue buscar lealtades, dando “chamba” a los panistas, y de ahí como resultado la derrota de Acción Nacional.
“Efectivamente, desde ahí no se veía, no se veía que vendría el surgimiento de liderazgos y eso es parte del resultado.”
Fox reiteró que en su sexenio las cosas se hicieron bien, y lamentó que, por ejemplo, Felipe Calderón anunciara la carretera Durango–Maza-tlán como su obra, porque se comenzó con Ernesto Zedillo, fue casi finalizada en su sexenio con fondos y hasta un fideicomiso, y simplemente Calderón cortó el listón.
“Ahora viene Calderón, en sus últimos días de Presidente, y dice que todo su sexenio fue maravilloso, y esto le está ocasionando mucho descrédito; tenemos el ejemplo de la carretera Mazatlán–Durango. Pamplinas, eso no es cierto.”
No tengo nada que temer
Vicente Fox destaca que existe vida después de ser Presidente, y no solamente de México, sino de cualquier país. Ejemplifica con José María Aznar, de España, o el estadunidense Bill Clinton, porque el miedo es una actitud.
Consideró que así uno traiga 500 guaruras consigo, cuando Dios lo decide, ahí se termina la vida.
Ahora con el Centro Fox se ha topado con ex presidentes o primeros ministros, como George W. Bush y hasta el venezolano Hugo Chávez. Pero a quien no ha vuelto a ver es a Fidel Castro.
“Me frecuento mucho con todos los presidentes; es lo maravilloso, que todos hemos encontrado que hay vida después de la Presidencia, y hay vida para aquellos presidentes que fueron democráticos, que fueron íntegros, honestos y que actuaron bien y de buena fe. Andamos en la calle sin ningún problema.”
Lamentó que no corren la misma suerte los ex presidentes deshonestos o que tuvieron dificultades, ahora andan escondiéndose y a hurtadillas.
—Para Felipe Calderón, ¿habrá vida después de la Presidencia?
—Pues tiene que haberla, con los 40 años o 50 años que tiene, pues tiene que haberla. Y la encontrará en Harvard, como Ernesto Zedillo la encontró en Yale. La va a encontrar.
De si podrá caminar tranquilo por las calles de México, la respuesta de Vicente Fox fue un “quién sabe”.
“El temor es una actitud, no es real. Yo me resisto a traer seguridad. Yo no entiendo esos contingentes brutales de seguridad, si Diosito ya te va a marcar el alto, ahí pelas, aunque traigas 500 cuates atrás.”
Dejó en claro que cuando se es Presidente sí hay obligación de traer seguridad, porque está en juego la estabilidad del país. Fox se mostró feliz de haber terminado sin mayores problemas y, sobre todo, en excelente relación con los ciudadanos, al grado de poder transitar sin problemas e incluso con saludos cariñosos.
“Lo tengo que decir con toda modestia: yo terminé muy satisfecho con mi propio trabajo, terminé en excelente relación con la ciudadanía, y terminé con excelentes resultados”, y aseveró que su popularidad al final de su mandato fue la más alta de los últimos sexenios.
“Por más que me los pelean, que me los escatiman, por más que dicen que le estoy echando crema a mis tacos, terminé muy bien con todos.”
—¿El poder desgasta? ¿Físicamente terminó desgastado?
—Si no se prepara uno, sí. Yo francamente ya a los 58 años, ese arroz ya se cuece fácilmente, ya no está uno en los cuarenta. “Cuando va uno teniendo más edad y más experiencia, ya va tomando uno las cosas con más tranquilidad.”
Y es que el ex mandatario confesó que para él, ser Presidente de la República era una “chamba” más.
“Si bien es la chamba más importante de la nación, aún así era una chamba. Y por eso ni dejé de dormir ni me desvelé y salí a trabajar profesionalmente cada día, a dar lo mejor de mí mismo”, aseguró.
Ceder la banda, un alivio
Para el ex presidente Vicente Fox, haber entregado
la banda presidencial fue un alivio, pero también una gran
responsabilidad en momentos turbulentos, como los vividos en 2006,
cuando la victoria de Felipe Calderón sobre Andrés Manuel López Obrador
fue cuestionada por miles de mexicanos.
Fue con astucia y planeación, y no con fuerza, como se logró la transmisión de poder en la tradicional ceremonia de San Lázaro.
Fox recuerda incluso con cariño a López Obrador y su movimiento, porque para él son tiempos pasados.
“Tú sabes la lata que nos dio López Obrador; puso una y
otra zancadilla por mucho tiempo, por mucho más de un año, y fue
verdaderamente un dolor de cabeza, no para mí, para la nación”.
El problema se intensificó con la toma del Paseo de la
Reforma y las manifestaciones que paralizaron a Oaxaca. “Y llegamos a
la entrega de la banda presidencial —a Calderón — en momentos
turbulentos; lo interesante fue armar una estrategia para sobreponernos a
ese reto que nos planteaban el PRD y López Obrador, y nos resultó
excelente. Fue un momento con mucha adrenalina y entusiasmo”.
Fox Quesada resaltó que fue con inteligencia, y no con
el uso de la fuerza, como Felipe Calderón logró entrar por una pequeña
puerta trasera a las instalaciones del pleno del Congreso de la Unión.
Como parte de esa estrategia, el primer minuto de diciembre de 2006, la
entrega oficial del poder se realizó en Los Pinos, con el nuevo gabinete
de testigo, para evitar el vacío de poder.
“Es mucho mejor planear y tener ideas que usar soldados con garrote”, espetó.
Rememoró sonriente cuando antes de trasladarse a la
Cámara de Diputados, él recibía fisioterapia, y Calderón ya urgía
trasladarse a San Lázaro.
“Estaba yo haciendo mis ejercicios tranquilamente —poco
antes del operativo—, tenía la espalda bastante deteriorada. Yo creo
que mientras más fuerte es una crisis, más tranquilidad debemos tener
para enfrentarla, y no con nerviosismo y presión. Yo estaba tranquilo,
estaba trabajando con un chinito en estirar mi espalda y puntualísimo
llegamos a la cita.”
Dijo que entre las alternativas estaba llegar por Metro
Candelaria o San Lázaro, aunque también se consideró el uso del
helicóptero. Al final la llegada fue en vehículos distintos y con un
mínimo de seguridad, pero en un operativo preciso.
“Claramente la información era que estaba cañón (llegar al Congreso)”, relató.
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