sábado, 22 de diciembre de 2012

La matanza no cambiará el negocio de las armas

La matanza no cambiará el negocio de las armas

Escrito por

Jorge A. Romero
Una mujer espera noticias de su hermana, maestra en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut.Foto: Joseph Goldstein y William K. Rashbaum / nytimes.com
Una mujer espera noticias de su hermana, maestra en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut.
Foto: Joseph Goldstein y William K. Rashbaum / nytimes.com
Ni la matanza de este viernes 14 de diciembre hará que en Estados Unidos republicanos y demócratas se sienten a legislar para regular la venta y posesión de armas en Estados Unidos.
Pese a que murieron casi 30 personas, 20 de ellas niños -todas a manos de Adam Lanza, un joven de 20 años con supuestos problemas de autismo y que poseía una inteligencia destacada-, el presidente de esa nación Barack Obama evitó pronunciarse enérgicamente sobre el tema.
Apenas lanzó un tímido llamado a dejar atrás criterios políticos y en cambio “tomar medidas significativas para evitar más tragedias como estas”.
Cuando un político hace una declaración tan vaga, lo que podemos esperar es que, efectivamente, no pase nada, al menos en el corto plazo.
Al leer notas periodísticas sobre la nueva masacre, interpreto que atrás de la tibieza y de plano negativa a tratar la regulación de armas en Estados Unidos está un costo electoral que ni republicanos ni demócratas están dispuestos a asumir.
¿Por qué? Porque hay votos detrás y porque en Estados Unidos los ciudadanos ven como un derecho preciado poseer armas en una sociedad que está acostumbrada a resolver sus problemas por medio de revólveres automáticos.
Datos hechos públicos ayer a propósito de la matanza en una escuela elemental en Newtown, Connecticut, revelan que casi todos los estadunidenses, no familias, sino cada individuo, tienen armas. Lo anterior pues mientras en Estados Unidos habitan 315 millones de personas al mismo tiempo circulan 300 millones de armas.
Además, quienes piensan que poseer un arma es un derecho constitucional son activos políticamente y ejercen presión en el Congreso. Un ejemplo es la Asociación Nacional del Rifle, una organización con 4 millones de socios que actúa y que cabildea para evitar perder lo que ven como un derecho fundamental que les permite enfrentarse a criminales y, sobre todo, como sostiene el documentalista Michael Moore, tener un instrumento para enfrentarse al miedo con el que viven los estadunidenses y que además genera millones de dólares.
La inacción frente a crímenes tan espantosos como el del viernes pasado, empero, cada día colma más a un sector de la sociedad estadunidense que, por lo menos, a través de la prensa, exige a sus políticos revisar el tema frente a la presencia cada vez más frecuente de matanzas que, además, son provocadas por personas con supuestos problemas mentales.
¿Cambiará la masacre del pasado viernes la voluntad de políticos en torno a la regulación de armas en Estados Unidos? Lamentablemente, no lo creo.

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