martes, 29 de enero de 2013

Castro a EPN: invíteme, pero no me diga “comes y te vas”

Castro a EPN: invíteme, pero no me diga “comes y te vas”
El presidente cubano afirma que están muy satisfechos del regreso del PRI a la Presidencia »coinciden en la necesidad de relanzar relaciones bilaterales
 
En Santiago de Chile
Mientras lo miraba sonriente, con la mano derecha recargada en el asiento del presidente Enrique Peña, el mandatario cubano Raúl Castro le dijo: “en Cuba estamos satisfechos de que el PRI haya regresado a la Presidencia de la República”.
Y, con un gesto de los que en diplomacia no suelen ser casuales, le presumió al mexicano la corbata de color rojo intenso satinado —un distintivo priista—, que traía. Soltaron risas, hubo abrazo y un apretón de manos que se prolongó por 30 segundos.
Durante la reunión de media hora que sostuvieron en un espacio alterno al salón en el que se llevaba a cabo la reunión de la Cumbre Económica de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Castro le hizo saber que en la isla hay “mucha expectativa” por su mandato.
Y ambos presidentes coincidieron en la necesidad de relanzar las relaciones bilaterales.
Fue entonces que Raúl soltó: “Invíteme a su país, pero no me vaya a decir: comes y te vas...”, en referencia al polémico episodio de la conversación que Cuba difundió entre Fidel Castro y Vicente Fox, para que la presencia del comandante no fuera prolongada en la Cumbre de Monterrey de 2002. Aquel entonces ese suceso detonó la ruptura. Pero el domingo, a más de diez años de distancia, provocó risas. Carcajadas.
El Presidente de México le preguntó por la salud de su hermano Fidel. “No conozco al comandante, me gustaría saludarlo un día”, le expresó Peña espontáneo. Y de inmediato tuvo respuesta: “Cuando vaya a la isla yo se lo presentaré...”.
Los halagos entre ambos continuaron. Incluso, se dieron tiempo para compartir anécdotas de sus respectivas familias. El cubano, de 82 años, platicó que en los próximos meses será bisabuelo por novena ocasión. Un episodio diferente a los que se dieron entre los presidentes de México y Cuba los últimos dos sexenios y medio.
Este domingo, Castro mantuvo su brazo derecho recargado en el asiento de Enrique Peña y de vez en vez le daba palmadas en la espalda.
Ayer, Raúl volvió a referirse a México, ya en público y en un tono formal. Ante las cámaras de televisión que daban cuenta de la clausura de la Celac, interrumpió el discurso que traía escrito para hablar del tema del narcotráfico.
Se dirigió a Peña, quien se sorprendió ante la mención, pues en ese momento conversaba con su secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
“México, México es un caso especial... No es que los mexicanos propicien esa situación dramática, sino, ya lo dijo un ex presidente mexicano en el siglo pasado: tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
Las cámaras que transmitían la plenaria de la Cumbre enfocaban al mexicano, mientras Raúl Castro continuaba con la sentencia de que en Cuba no entran las drogas, “ni entrarán”. Sólo hay unas pocas, sentenció, en algunas macetas... Minutos después hubo un nuevo apretón de manos al final de la Cumbre.

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