martes, 29 de enero de 2013

El brindis por Cassez

El brindis por Cassez


Fausto Pretelin
Enero 29, 2013  1:23 am
Bienvenido François Hollande al mundo de la simulación. ¿Para qué mentir si se puede engañar por otros medios? Época de elevada productividad en el confesionario de Opera Winfrey. Atrás quedaron Diderot y D’Alambert. Lo mejor es seguir la fórmula infalible de hacer política a través del espectáculo por la sencilla razón de que los pecados laicos en versión Gran Hermano alucinan al auditorio global. Así lo constatamos el 26 de enero de 1998 cuando se reveló el caso Mónica Lewinsky. De manera súbita, el presidente Clinton señaló ante la CNN global: “¡Yo no tuve relaciones sexuales con esa mujer!”. Después llegaron las entregas de varios capítulos definidos por Philip Roth como “el verano en el que el pene de un presidente estuvo en la mente de todo el mundo, y la vida, con toda su desvergonzada impureza, confundió más a Norteamérica” (La mentira os hará libres, Fernando Vallespín). Acorralado por los vigías de la moral, Clinton reconoció: sostuve “una relación física impropia”.

Ahora le toca a Hollande participar en el concurso de la anti diplomacia, porque recordemos: se rompe la diplomacia cuando se publicitan las asimetrías de poder. Lo que mal iniciaron Genaro García Luna, Luis Cárdenas Palomino, Francisco Javier Palacios, Carlos Loret de Mola y un fétido y largo etcétera, el presidente de Francia lo concluye de una manera descompuesta y nada diplomática: preparar el Brindis de la Vergüenza para el regreso triunfal con alfombra roja en Champs Élyseés, para Florence Cassez.

En efecto, el paradigma de que la justicia en México es una mierda no es casual: en las violaciones a los derechos humanos subyacen los ministerios públicos. Lo sabemos. Supimos que la trama en la que sacrificaron al periodista Pablo Reinah se trató de un evento cotidiano. Escaleta escrita a varias manos que terminó en vergüenza internacional. Ella güerita: papel estelar; él un prieto secuestrador. Perfecto. Cumple con el guion paradigmático de Los ricos también lloran.

Segundo episodio: la consulta en el Supremo de Justicia es sobre la violación a los derechos de la güerita. El proyecto no analiza si ella mutiló dedos, si bondadosamente les dio de comer a un grupo de secuestrados o si aplicó fuerza bruta para torturar. ¿Quién puede defender el montaje de la televisión de las estrellas? Corre video, 5-4-3-2

-“Todavía no. No vamos a entrar contigo Pablo (Reinah). Déjame ir a la nota de deportes. ¿Ya están listos? –Sí, ya estoy listo (responde el que a la postre será sacrificado, al simpático señor Carlos Loret de Mola).

-Mientras el enlace se grababa, se ve que se abra el portón; los policías empiezan a entrar (…) y Carlos Loret de Mola remata: “Eso está bueno, está chingón, ¿será que se puede regresar? (Proceso, 27 de enero).

Tercer capítulo rodado en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle: “Ahora sí, la relación entre Francia y México es la mejor”. Sentencia el jefe de la diplomacia gala, Laurent Fabius minutos después de haber recibido a Cassez. El do de pecho lo da el presidente François Hollande al irrumpir en los noticieros de transmisión permanente iTele y BFMTV así como el gubernamental France24 para asegurar que “es un periodo particularmente doloroso que terminó”. La garganta se le seca. Su rostro no se mueve. Posiblemente por la cabeza del presidente de Francia se aparece lo que motivó la liberación de Cassez: que el Supremo mexicano no dictaminó posibles travesuras de su conciudadana, simplemente castigó a la tribu de García Luna. No importa, hay que celebrar porque como dijo H. Arendt, la naturaleza de la política está el “estar en guerra con la verdad”.

Esperemos que pronto, Genaro García Luna, Luis Cárdenas Palomino, Francisco Javier Palacios, Carlos Loret de Mola, Laurent Fabius, François Hollande y su pareja, Válery Trierweiler, visiten al prodigioso confesionario de Opera Winfrey. A la política se le interpreta desde el espectáculo. Brindemos por Florence.

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