¿Por qué creerle a Murillo Karam?
Después
de que durante el fin de semana corrieran rumores sobre la presencia de
más de un artefacto explosivo en el centro administrativo de PEMEX, de
los cuales sólo uno habría detonado, el Secretario de Gobernación, el
Procurador General de la República y el Director General de PEMEX
ofrecieron una rueda de prensa para presentar avances de la
investigación, siendo el principal el haber encontrado elementos para
determinar que la explosión fue por acumulación de gas.
Entre líneas se pudo leer que la rueda de prensa sirvió también para parar en seco los rumores de los artefactos explosivos, esto a través de la versión oficial sobre lo que han encontrado peritos y expertos mexicanos, estadounidenses, españoles y británicos en el lugar.
¿Por qué creerle a la Procuraduría General de la República?
1. En un caso de esta magnitud, con reflectores internacionales encima y ocurrido a poco menos de dos meses de iniciada la administración del Gobierno de la República, sería extremadamente riesgoso mentir a la opinión pública mexicana y mundial y a gobiernos y corporaciones extranjeras que tienen especial interés en la estabilidad y seguridad interior de México.
2. Los datos técnicos señalados por el Procurador Jesús Murillo Karam son muy precisos e incluso algunos de ellos corroborables con tan sólo ver las imágenes del lugar de la explosión, que desde los primeros instantes circularon medios de comunicación. Algunos ejemplos son que los vidrios exteriores del edificio B2 y contiguos están intactos y que en el lugar no se produjo fuego, contrario a lo que ocurre tras detonarse un artefacto explosivo.
3. Hay fuentes lógicas de la presencia de gas, mismas que también fueron claramente explicadas por el Procurador; otro caso sería argumentar explosión de gas donde no hay cómo explicar su presencia.
4. La intervención de peritos e ingenieros de cuatro diferentes países y de múltiples corporaciones facilitarían la filtración de información contraria a la que se está dando a conocer a la opinión pública. Habría mucho más hermetismo de tratarse de algo diferente.
5. Es casi natural la reivindicación de un atentado después de ocurrir, cosa que no sucedió, al menos públicamente. Aún en caso de que existiera una reivindicación directa a las autoridades, éstas difícilmente correrían el riesgo de negar la autoría de delincuentes que para probar la seriedad de sus intenciones podrían volver a delinquir; otro riesgo grave que desde mi punto de vista el gobierno no tomaría.
Habrá que esperar a que concluyan los peritajes y se den a conocer los resultados finales de la investigación; también falta conocer si hay responsables o si definitivamente la explosión fue inevitable.
Entre líneas se pudo leer que la rueda de prensa sirvió también para parar en seco los rumores de los artefactos explosivos, esto a través de la versión oficial sobre lo que han encontrado peritos y expertos mexicanos, estadounidenses, españoles y británicos en el lugar.
¿Por qué creerle a la Procuraduría General de la República?
1. En un caso de esta magnitud, con reflectores internacionales encima y ocurrido a poco menos de dos meses de iniciada la administración del Gobierno de la República, sería extremadamente riesgoso mentir a la opinión pública mexicana y mundial y a gobiernos y corporaciones extranjeras que tienen especial interés en la estabilidad y seguridad interior de México.
2. Los datos técnicos señalados por el Procurador Jesús Murillo Karam son muy precisos e incluso algunos de ellos corroborables con tan sólo ver las imágenes del lugar de la explosión, que desde los primeros instantes circularon medios de comunicación. Algunos ejemplos son que los vidrios exteriores del edificio B2 y contiguos están intactos y que en el lugar no se produjo fuego, contrario a lo que ocurre tras detonarse un artefacto explosivo.
3. Hay fuentes lógicas de la presencia de gas, mismas que también fueron claramente explicadas por el Procurador; otro caso sería argumentar explosión de gas donde no hay cómo explicar su presencia.
4. La intervención de peritos e ingenieros de cuatro diferentes países y de múltiples corporaciones facilitarían la filtración de información contraria a la que se está dando a conocer a la opinión pública. Habría mucho más hermetismo de tratarse de algo diferente.
5. Es casi natural la reivindicación de un atentado después de ocurrir, cosa que no sucedió, al menos públicamente. Aún en caso de que existiera una reivindicación directa a las autoridades, éstas difícilmente correrían el riesgo de negar la autoría de delincuentes que para probar la seriedad de sus intenciones podrían volver a delinquir; otro riesgo grave que desde mi punto de vista el gobierno no tomaría.
Habrá que esperar a que concluyan los peritajes y se den a conocer los resultados finales de la investigación; también falta conocer si hay responsables o si definitivamente la explosión fue inevitable.
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