La situación en Egipto se encuentra bajo control de los militares
© Foto: La Voz de Rusia
Las manifestaciones pacíficas desembocaron en
una masacre. El ejército consiguió tomar la situación bajo control,
aunque la tirantez persiste en el país.
El viernes en
Egipto se protagonizaron verdaderas batallas callejeras entre los
detractores de los Hermanos Musulmanes y del presidente Morsi y sus
partidarios. Se utilizaron piedras, palos y cuchillos. Los choques se
saldaron con decenas de muertos y centenares de heridos en todo el país.
Los enfrentamientos más encarnizados se registraron frente al edificio
de la Guardia Nacional, donde presuntamente permanece detenido el
derrocado presidente. El ejército y la policía emplearon cañones de agua
y gases lacrimógenos. Hay datos que constatan el uso de armas de fuego,
aunque los uniformados lo niegan. Para patentizar su poder y aplacar
las pasiones, los militares egipcios apostaron tanques y carros
blindados frente a la Cancillería, el centro de televisión y los puentes
clave sobre el Nilo. De todos modos, la situación en El Cairo,
Alejandría y en otras grandes ciudades, que respaldan el accionar del
ejército, puede calificarse de tranquila en comparación con lo que
ocurre en las provincias, cuyas simpatías están del lado de Morsi. El
subdirector del Centro de Egiptología de la Academia de Ciencias de
Rusia, Alexéi Krol, dice:
–La situación en
diferentes regiones es diametralmente opuesta. En El Cairo hasta los
cercos están plagados de consignas, entre ellas “¡El pueblo, la policía y
el ejército unidos!”. La muchedumbre alza en sus brazos a oficiales del
ejército. Y no pienso que más adelante se produzcan en El Cairo
contradicciones entre aquellos que se manifestaron por la dimisión de
Morsi, y el ejército. Pero en la región del Alto Egipto los
enfrentamientos entre los enemigos del golpe de Estado y el ejército son
muy probables. En Al Minya, por ejemplo, fueron baleadas tres personas y
los entierros derivaron en nuevas manifestaciones. El pueblo bulle.
Ahora
en Egipto se está formando el gobierno de transición, que se ocupará de
preparar las elecciones parlamentarias y presidenciales. El secretario
general de la ONU, Ban Ki-moon,
instó a El Cairo a tomar en consideración a todas las grandes fuerzas
políticas y comunidades a la hora de crear el nuevo poder. En tanto, los
líderes de los Hermanos Musulmanes han sido arrestados. Se les acusa de
instigación a los disturbios masivos. Sea como sea, es imposible
ignorar a los islamistas durante la formación del gobierno, ya que ello
dará motivos para las especulaciones contra la nueva dirigencia de
Egipto, apunta el politólogo Víctor Kuvaldin:
–Sin
duda, todas las fuerzas deberán ser tenidas en cuenta. Esto implica que
se debe entablar un diálogo con los Hermanos Musulmanes. Al respecto son
posibles distintas variantes, incluso la de que una buena parte de sus
líderes recobrará la libertad. ¿En qué condiciones pueden sumarse a la
estructura del poder? Esto es cuestión de transacción política. Otra
cosa diferente es que hay posturas de principios antes las cuales el
nuevo poder no cederá, por ejemplo, la islamización de Egipto.
El
3 de julio el Ejército egipcio destituyó al presidente, suspendió la
vigencia de la Constitución y designó al jefe del Tribunal
Constitucional de Egipto, Adly Mansour, como nuevo presidente en
sustitución de Mohamed Morsi para que dirija el país de manera interina
hasta la elección de un nuevo mandatario.
mj/kg
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