El portamisiles ruso toma rumbo hacia el Mediterráneo
Foto: flickr.com
Rusia continúa aumentando el número de sus buques desplegados en la parte oriental del mar Mediterráneo.
“¿Queremos realmente librar una guerra?”
Las
preguntas similares aparecen con frecuencia en los medios de
comunicación estadounidenses que abordan el problema sirio. Se pone en
duda la necesidad de la intervención internacional en Siria,
atribuyéndolo a varias causas, desde la falta de confianza en la
información sobre el uso de armas químicas por las tropas del presidente
sirio, Bashar Asad, hasta las consideraciones económicas. Además, los
estadounidenses centran una atención especial hacia la presencia de los
buques de guerra rusos cerca de las costas de Siria. Los ciudadanos de
EEUU comunes y corrientes piensan qué pasaría si un misil de crucero de
EEUU impactase ocasionalmente un buque ruso. Los expertos discuten si
los radares instalados en los buques rusos son capaces de cubrir todo el
espacio del mar Mediterráneo. Teniendo en cuenta el desarrollo actual
de los acontecimientos, no se puede garantizar que la información
recibida por estos radares no se entregue de inmediato a Damasco, lo que
aumentará considerablemente la eficacia de los sistemas sirios de
defensa antiaérea y costera.
"¿Queremos participar en una guerra para defender Al Qaeda?"
El despliegue de las unidades navales
El
principio estratégico de desplegar las unidades navales en el teatro de
operaciones fue formulado a finales del siglo XVII. Esto asusta al
enemigo y en reiteradas ocasiones puede obligarle a renunciar a sus
planes iniciales. Las operaciones que realiza Rusia cerca de las costas
de Siria confirma que este principio sigue siendo actual. Los buques
rusos desplegados en el Mediterráneo cumplen varias misiones:
suministran las armas al Gobierno de Asad,
garantizan el funcionamiento de radares rusos y hacen a EEUU a suponer
que estos radares pueden entregar la información en el tiempo real a las
autoridades sirias.
El
conflicto sirio, de hecho, es un raro ejemplo de una guerra terminada
antes de estallar, ante todo, gracias a una eficaz lucha informativa. En
este conflicto, Rusia usa los métodos tradicionales aplicados por
Occidente y se puede calificar como extraordinario el éxito de una
campaña de tales dimensiones, especialmente porque ésta fue llevada a
cabo por Rusia.
Mientras,
la Armada es una de las herramientas importantes en esta política. La
información sobre la salida en el mar de los buques rusos y su
concentración en una u otra zona no suele interesar tanto a los lectores
occidentales. Además, el crucero portamisiles "Moskvá" encabezará
próximamente el grupo naval operativo de Rusia en el Mediterráneo. Los
buques de esta clase dotados con armamento potente, incluido el sistema
avanzado de misiles antibuque P-1000 Vulcán, son conocidos en la prensa
occidental como asesinos de portaaviones. El propio despliegue de tal crucero en cualquier teatro de operaciones es un argumento de peso.
El
mensaje principal de Moscú apoyado con el despliegue del grupo naval
operativo en el Mediterráneo consiste en que la parte que libre una
guerra será responsable de todas sus consecuencias. Además, EEUU debe
estudiar la posibilidad de iniciar la guerra sin apoyo de sus aliados,
ya que la mayoría de los países miembros de la OTAN renunció a
participar en la operación militar contra Siria.
Mientras,
ahora no se trata tanto de la guerra como de una posible salida de un
estado crítico de preguerra con sin perjudicar la reputación. Es un buen
resultado de trabajo de la diplomacia rusa.
ek/as/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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