martes, 22 de octubre de 2013

Achichincles y traidores o incapacidad de AMLO para rodearse de leales

Achichincles y traidores o incapacidad de AMLO para rodearse de leales

@NietzscheAristo lun 21 oct 2013 23:43
Algunos personajes que han demostrado lealtad y compromiso para con su programa han sido desdeñados. Fernández Noroña y Martí Batres (después reivindicado), son dos ejemplos claros.
Graco Ramírez es un “achichincle” al servicio de Peña; los diputados y senadores de “izquierda” que aprueben sus propuestas de reforma serán traidores y se elaborará una lista de la “ignominia” para exhibirlos; el cómico Juanito lo traicionó; más grotesco todavía sería el caso de Mario di Costanzo. Y así.
Aunque Graco lo niegue, recibió el total apoyo de López Obrador durante su campaña a gobernador de Morelos y en gran medida ganó gracias a él, lo mismo que los diputados y senadores del grupo de Los Chuchos, quienes como parásitos llevan medrando de su figura al menos dos sexenios.
El mecanismo ha sido el mismo, “unidad” de la izquierda durante los procesos electorales mayores y posterior sesgo y “traición”. Esto no lo desconoce AMLO, así que no tendría porqué esperar que Chuchos y similares actúen de distinta manera. Y conoce sus orígenes y sus nombres: Ortega, Zambrano, Graco, Acosta Naranjo, Aureoles…
En cambio, algunos personajes que han demostrado lealtad y compromiso para con su programa han sido desdeñados. Fernández Noroña y Martí Batres (después reivindicado), son dos ejemplos claros.
¿A qué se debe este proceder de AMLO y el de sus cercanos? Algunas variantes:
1. Los “traidores” se van por hambre; todos tienen que comer.
2. Los “traidores” se van por ambición personal; no importa proyecto ni ideología (Cosío Villegas describe certeramente al político mexicano como trepador profesional).
3. El talante de AMLO es arrogante, no escucha a nadie, como se ha dicho repetidamente.
4. La incorruptibilidad de López Obrador es demasiado alta para los estándares nacionales, sobre todo entre los políticos “modernos”.
5. Sus inevitables incongruencias desilusionan a algunos de sus seguidores; nadie es perfecto.
6. Por “naturaleza”, el mexicano es arribista, trepador y traidor.
¿Incapacidad o fatalidad?
Un amigo me cuenta que en 2005 aportó cierto dinero a la campaña de López Obrador. Cuando llegó el momento de conocerlo personalmente, éste lo saludó frío, esquivo (imagino que es imposible para un líder popular quedar bien con todos, saludar, sonreír, estrechar manos, abrazar a una multitud agobiante). Reparo en el perfil de mi amigo y veo que a él le gusta “ser tomado en cuenta”, tiene el ego afianzado y siempre está interesado en los negocios. En un saludo entre dos intereses, dos egos, no sabemos con certeza cuántos elementos entran en juego.
Pese a contratiempos y a estar en medio de dos tareas mayores (creación de partido y ser la única oposición), a López Obrador no le ha ido mal en el proceso de fundación de Morena. Este fin de semana acaba de llegar al 50% (11 asambleas) del requisito establecido por el IFE para lograr el registro. Y su figura continúa vigente. El domingo 27 próximo en el Zócalo indudablemente confirmará su poder de convocatoria como opositor a la amenaza de privatización del petróleo mexicano.
En Morelos llamó “achichincle” a Graco. No hay novedad, las características de este personaje ya se conocen de antemano. Mas considerando la condición humana y la mexicana, ¿observará AMLO ahora sí los tragos amargos de la experiencia para el futuro del partido que está creando, tendrá alternativas? 

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