Vicente Fox: El ignorante hasta de sí mismo
Lo que me interesa por el momento son los desparpajos verbales del Fox.
Hace
algunos días Vicente Fox nos regaló una perorata política más en su ya
preocupante y febril decadencia de inteligencia, y si es que alguna vez
tuvo un nivel de inteligencia respetable antes de intrusionar a la
política, porque eso no nos consta. Me refiero a su discurso durante el
III World Business Forum Latinoamérica realizado en el centro que lleva
su nombre; centro cuya única utilidad reportada hasta ahora es la de
servir para el infinito despliegue de las desmesuras y desparpajos
verbales y el autoelogio de su mismo propietario, un sujeto con
inclinaciones a la megalomanía y la mitomanía que responde al nombre de
Vicente Fox. ( Ver enlace 1 al pie de página )
En
esta ocasión Fox se refirió al ALCA - Área de Libre Comercio de las
Américas -, un proyecto consistente básicamente en aplicar el mismo
modelo del TLC a toda América. Este modelo entró en crisis desde 2005 en
la Cumbre de Mar del Plata y poco a poco ha ido periclitando como idea.
Sus opositores principales fueron Venezuela y otros países del cono sur
arguyendo intenciones colonialistas y/o desleales de EUA. Esos países
opositores presentarían el ALBA como antítesis autonómica. Sabemos que
esta oposición fue lo que disparó el gatillo de aquel episodio de
disputas diplomáticas entre Hugo Chávez y el Vicente Fox, quien, al lado
de Colombia, era por cierto el más entusiasta propulsor del ALCA por
instrucciones directas de su amo: Georgie Bush Jr, quien luego de su
teatro macabro de Irak que le valió salir de la Casa Blanca bajo repudio
masivo, se dedicó a la venta de zapatos vulcanizados.
No
me interesa discutir el asunto del ALCA porque, gracias a Hugo Chávez y
otros presidentes del cono sur, ya es asunto muerto. Lo que me interesa
por el momento son los desparpajos verbales del Fox. Y en esto me
ocuparé hoy en la postura de Fox ante las ideologías, y dejaré para el
siguiente apunte las palabras que Fox, un enano en política, espetó
sobre un gigante de la política que ya se ha hecho un espacio en la
historia moderna: Hugo Chávez.
Bien,
sucede que Fox nos dijo que, para resolver los problemas del
crecimiento económico, la pobreza y la desigualdad, es necesario
abandonar las ideologías y apelar al pragmatismo. A riesgo de que Fox no
nos entienda porque es un hombre muy ignorante, debemos informarle que
nos pide un imposible por lo siguiente.
Nadie
en este mundo tiene la mente vacía porque el hombre tiene percepciones y
piensa sobre ellas. Cierto, el hombre piensa en seres externos y en sí
mismo, que son cosas que están llenas de existencia y de cualidades, no
vacías. De esta forma, todos los hombres, incluido el mismo Fox,
necesariamente tienen ideas, que son el producto del pensar. Esas ideas
que llenan la mente del hombre, y sin las cuales no puede existir, son
las que dan forma a la filosofía, a la ciencia, a las técnicas y las
artes, y a las mismas creencias. Y cuando esas ideas son llevadas al
ámbito de la sociedad como fenómeno - política y economía -, definen en
el hombre una noción de sociedad y una postura frente a ella que luego
conforman lo que conocemos como: Ideología.
Pero
como el hombre está ligado a la sociedad indisolublemente porque no es
dios ni bestia, sino indigente, y como el hombre pretende siempre
mejorar su mundo social, luego es consecuencia inevitable que todo
hombre posea una ideología, por más bruta y ruda que ésta sea. En
efecto, Fox desconoce por completo que la ideología no solo es
inevitable en el hombre sino que es hasta necesaria por cuanto es uno de
los instrumentos que el hombre, como homo faber, ha diseñado para
actuar en la transformación y perfeccionamiento de sí mismo y el mundo
social. Y es esa grande ignorancia de Fox la que lo lleva a condenar a
las ideologías como malas sin saber que se condena a sí mismo.
Si
Fox desconoce lo anterior, es obvio que más desconoce que las
ideologías, las ideas del hombre sobre su sociedad, se juzgan, no desde
el capricho foxiano, sino desde la verdad-falsedad. Pero como hablamos
de un ámbito práctico en la vida del hombre - sociedad, política,
economía - donde toda idea tiene un fin práctico, sucede que la verdad
en este caso debe apelar a dos criterios: Uno externo o cognitivo y uno
interno o de finalidad. En efecto, toda ideología es verdadera si sus
ideas se adhieren a la realidad social que buscan describir y si el
propósito que se proponen es por lo menos posible. Aunque, en estricto
sentido, una ideología solo es verdad en el segundo sentido solo hasta
que logra el propósito que se han planteado sus ideas.
A
menos que estemos dispuestos a creer que las ideologías se diseñan para
destruir al hombre y a la sociedad, caso en el cual hablamos de maldad
pura, no de ideologías, se da por aceptado que toda ideología postula
que el propósito de las ideas que se promueven apuntan siempre a la
promoción del progreso del hombre y la sociedad. Ahora bien, solo hay
una norma para medir la eficacia de las ideologías en la promoción del
progreso, y que es la heredada por Hutcheson y Beccaria a los
utilitaristas: La mayor felicidad posible para el mayor número posible
de individuos.
Sentado
lo anterior, se puede decir que una ideología es verdadera mientras
describa y despliegue la realidad social como es, sin ambages, ante la
conciencia de los hombres, y mientras sirva al propósito de promover el
progreso: La mayor felicidad posible para el mayor número posible de
individuos en la sociedad. Por el contrario, una ideología falsa es
aquella que busca ocultar la realidad social a la conciencia del
individuo y que promueve la mayor felicidad posible para la menor
cantidad posible de privilegiados y en detrimento de la mayoría de
individuos en la sociedad. Y es claro ya que una ideología verdadera
busca construir una conciencia social, colectiva, con los tabiques de la
conciencia de cada individuo y a través de la verdad y la solidaridad,
en tanto que la ideología falsa desgarra la conciencia colectiva a
través de la mentira y el egoísmo hasta pulverizarla en una multitud de
conciencias desconectadas, de Yos aislados y en pugna.
La
actuación completa de Fox hasta ahora en la política deja clara y muy
indeclinable evidencia de que él es un pulcro apóstol y prosélito del
neoliberalismo. Y para mayor muestra de su persistencia en este sentido
tenemos su reciente y muy empeñosa apología en favor del muerto llamado
ALCA, que encuentra su referente o equivalente en el capítulo neoliberal
mexicano llamado TLC. Pero no critiquemos arbitrariamente a Fox por
profesar la ideología neoliberal porque luego caemos en el mismo error
en el que él incurre: Descalificar a las ideologías por capricho. Así
que mejor respondamos algo muy sencillo: ¿Es verdadera la ideología de
Vicente Fox, el neoliberalismo?
De
entrada, la ideología neoliberal de Fox no es verdad al nivel cognitivo
porque describe una realidad social ficticia, que no existe. En efecto,
el hombre no es puro egoísmo, es también amor, altruismo, fidelidad,
solidaridad, moral y sentimientos de responsabilidad. Y una ideología
que suprime esos apartados del hombre, que son los más importantes, está
dando una descripción incompleta del hombre y, por tanto, completamente
falsa. La falsedad a nivel cognitivo sigue manifiesta cuando apelamos a
la máxima del neoliberalismo: El interés privado de los individuos
promueve el bienestar común. Falso, porque la realidad factual en México
y el mundo demuestra lo contrario: Privilegiar el individualismo y su
egoísmo solo promueven: Estancamiento, crisis, pobreza, concentración de
la riqueza y el ingreso en unas cuantas manos, desigualdad, tensión
social y política y violencia. Luego, y dado lo anterior, la ideología
neoliberal de Fox no es verdad en el plano de los propósitos porque,
lejos de promover el progreso de la sociedad y el hombre, promueve su
decadencia y destrucción.
Si
el lector desea indagar a más detalle en torno a la decadencia que
promueve el neoliberalismo lo remito a mi anterior apunte en este
diario: EPN, PRI y la máquina del egoísmo.
En
cuanto a las posturas de Fox en torno a negar o no hablar jamás de los
nefastos resultados de su ideología neoliberal, y que dotan de carácter
de ficción a su ideología, ya dijimos en ese anterior apunte que se
trata de los acostumbrados recursos de la evasión y el ocultamiento en
los neoliberales: Mentira. Se trata de la misma función de una ideología
falsa: Ocultar la realidad social a los hombres.
Al
margen, comento que Fox nos invitó a renunciar a la ideología y a
llenar el hueco con el pragmatismo. Por supuesto que Fox no sabe ni de
lo que está hablando cuando trae a cuentas al pragmatismo. No hablaré
sobre esto porque ya en otro artículo en este diario demostré esa
ignorancia en el caso de EPN y demás priistas que nos dicen lo mismo que
Fox: Renunciar a las ideologías para ser pragmáticos. A este respecto
solo diré lo que concluí en esos artículos: Fox, EPN y demás priistas no
saben de lo que hablan porque confunden pragmatismo con oportunismo
vulgar. Remito al lector a esos artículos en este diario, o bien al
acervo de mi blog si desea ver ese tema ( ver enlace 2 al pie de página )
Estoy
seguro que, a estas alturas, Fox estará completamente sorprendido al
enterase de varias cosas de su realidad, que espero le sirvan para
conocerse a sí mismo, y que son las siguientes: Primera, que él no tiene
la cabeza hueca, que en ella tiene ideas, y que esto es verdad así y
Marthita y otros le hayan persuadido en contrario. Segunda, que como
está atado a la sociedad porque no es dios ni bestia, aunque algunos le
tilden de asno, necesariamente tiene una ideología, por más bruta,
contradictoria, falsa e inhumana que sea ésta. Tercera, que si nos
atenemos al fruto de su árbol y a los amos a los que sirve desde
siempre, su ideología se llama: Neoliberalismo. Cuarta, que su ideología
es falsa en el sentido cognitivo y en el sentido de los propósitos - 60
millones de miserables mexicanos no se pueden ocultar debajo de la
alfombra en la mansión de Fox -. Quinta, que como su ideología
neoliberal es falsa, luego es una ideología de la mentira, para el
ocultamiento de la verdad a las ciudadanos. Y sexta, que como su
ideología es demostradamente falsa, su conciencia, la de él, la de Fox,
es una conciencia desgarrada en un Yo egoísta, mitómano, megalómano, y
carente de realismo y de fidelidad a los mexicanos.
Buen día.
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