Domina silencio en San Lázaro
AGENCIA REFORMA / Publicada el 26/09/2014La curules de los legisladores de Jalisco lucieron vacías debido a que todos viajaron ayer a El Grullo para el funeral de Gabriel Gómez./ Agencia Reforma
Felipe
“El Tibio” Muñoz no daba crédito. Repentinamente, en una atmósfera
impregnada de estupor, el diputado miró desocupada la curul de Gabriel
Gómez Michel y reparó en la escena.
“Qué curioso. ¡Ella también se sentaba en la misma fila!” “El Tibio” Muñoz señalaba las curules de Gómez Michel y de Irma Elizondo Ramírez, el primero víctima del crimen organizado, levantado y después calcinado dentro de su camioneta, y la segunda, de un infarto al miocardio apenas el 4 de agosto pasado.
La gloria olímpica del México 68 se sentó en su curul pero algo le pasó por la mente que le hizo incorporarse para buscar con la mirada el tablero electrónico de votación: “¿el nombre está todavía..? Y lo constató por sí mismo: en el tercer bloque del tablero se leía el nombre al que apelaba, Gabriel Gómez Michel.
Al poco rato el diputado presidente, Silvano Aureoles, hizo sonar la campanilla y la sesión arrancó, con muchos de los parlamentarios con traje y corbata negros.
En los corrillos se hablaba de las escenas en que Gómez Michel es levantado por los integrantes del comando. “Estoy devastada. No lo puedo creer”, articuló una diputad del Verde Ecologista.
Las curules --unas 20-- de la diputación jalisciense tricolor estaban desocupadas. El grueso de los paisanos de Michel viajó a El Grullo, Jalisco, para acompañar el último adiós de su compañero.
“Yo conocí a este diputado en el terreno de juego”, contó el panista Fernando Rodríguez Doval. El año pasado, en una cancha de San Lázaro, un puñado de diputados azules jugó una cascarita con parlamentarios tricolores, entre los que figuraba el jalisciense.
“En aquel partido, de hecho, metió un autogol. Un desborde mío por banda derecha y luego él cabeceó”.
La sesión discurría y tomó la palabra el diputado presidente.
“No queremos que la muerte del diputado Gómez Michel forme parte de las estadísticas como un número más de muertes en este país, porque el problema de la inseguridad que se vive en México es un asunto grave que demanda la firme participación del Estado mexicano”.
Aureoles pidió al pleno se guardara un minuto de silencio. Y tras éste afloraron, espontáneos, aplausos. Aparentemente, por una sugerencia de los deudos, la intención que había de colocar un moño negro se aplazó para la sesión del martes próximo en San Lázaro.
“Qué curioso. ¡Ella también se sentaba en la misma fila!” “El Tibio” Muñoz señalaba las curules de Gómez Michel y de Irma Elizondo Ramírez, el primero víctima del crimen organizado, levantado y después calcinado dentro de su camioneta, y la segunda, de un infarto al miocardio apenas el 4 de agosto pasado.
La gloria olímpica del México 68 se sentó en su curul pero algo le pasó por la mente que le hizo incorporarse para buscar con la mirada el tablero electrónico de votación: “¿el nombre está todavía..? Y lo constató por sí mismo: en el tercer bloque del tablero se leía el nombre al que apelaba, Gabriel Gómez Michel.
Al poco rato el diputado presidente, Silvano Aureoles, hizo sonar la campanilla y la sesión arrancó, con muchos de los parlamentarios con traje y corbata negros.
En los corrillos se hablaba de las escenas en que Gómez Michel es levantado por los integrantes del comando. “Estoy devastada. No lo puedo creer”, articuló una diputad del Verde Ecologista.
Las curules --unas 20-- de la diputación jalisciense tricolor estaban desocupadas. El grueso de los paisanos de Michel viajó a El Grullo, Jalisco, para acompañar el último adiós de su compañero.
“Yo conocí a este diputado en el terreno de juego”, contó el panista Fernando Rodríguez Doval. El año pasado, en una cancha de San Lázaro, un puñado de diputados azules jugó una cascarita con parlamentarios tricolores, entre los que figuraba el jalisciense.
“En aquel partido, de hecho, metió un autogol. Un desborde mío por banda derecha y luego él cabeceó”.
La sesión discurría y tomó la palabra el diputado presidente.
“No queremos que la muerte del diputado Gómez Michel forme parte de las estadísticas como un número más de muertes en este país, porque el problema de la inseguridad que se vive en México es un asunto grave que demanda la firme participación del Estado mexicano”.
Aureoles pidió al pleno se guardara un minuto de silencio. Y tras éste afloraron, espontáneos, aplausos. Aparentemente, por una sugerencia de los deudos, la intención que había de colocar un moño negro se aplazó para la sesión del martes próximo en San Lázaro.
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