Buscan en Guerrero a 200 desaparecidos más
Redacción SDPnoticias.com
jue 27 nov 2014 06:57
Cargados
de ira y dolor, pero con un asomo de esperanza, familiares de 200
personas desaparecidas durante los últimos dos años en Guerrero se han
organizado y recorren la entidad en busca de sus seres queridos.
El silencio de las autoridades los ha acompañado durante años. La lucha de familias como la de Mayra Vergara
—quien desde hace dos años y medio busca a su hermano Tomás,
secuestrado y desaparecido el 5 de julio de 2012 en Huitzuco, al norte
de Guerrero— tomó fuerza y salió a la luz con la desaparición de los 43
normalistas de Ayotzinapa.
Cargados de ira y dolor, pero
con un asomo de esperanza, familiares de 200 personas desaparecidas
durante los últimos dos años en Guerrero se han organizado y recorren la
entidad en busca de sus seres queridos. Dicen estar dispuestos a "excavar en todo el estado" para localizar a sus parientes.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado,
en la zona norte se ha encontrado el mayor número de fosas clandestinas
en Guerrero. Tan sólo este año se han hallado más de 50 partes de
cuerpos enterrados en estado de putrefacción, ropas con sangre, cabellos y huesos.
Al igual que Mayra, Modesto Villalba Marcial
vino a la iglesia de San Gerardo Mayela, templo de Iguala prestado para
que familiares de desaparecidos se realizaran las pruebas de ADN. No
sabe qué fue de su hijo, un muchacho fuerte, con las pestañas y los ojos
grandes. Sólo sabe que se salió a trabajar en una combi y desde esa
fecha tiene a su familia sumida en la más profunda tristeza.
El dolor de esas familias toca también a Leonor Tapia y Antonio Tapia,
maestros jubilados, quienes vinieron desde Chiautla, Puebla, lugar que
colinda con Morelos, Estado de México y Guerrero, lugares controlados
por el crimen. Su hijo Marco iba con otros colegas sobre la carretera a
Huehuetlán, donde trabajaba, cuando cinco sujetos armados lo bajaron de
su vehículo y lo secuestraron; les pidieron 3 millones de pesos, que no
consiguieron; desde entonces lo añoran.
El GPS del teléfono de Marco los ubicó
hasta Iguala, por lo que los Tapia Tapia vinieron a Iguala para
realizarse las pruebas de ADN y para que la PGR también comience a
buscar a Marco en las fosas clandestinas o en la fosa común, donde se
queman cientos de cadáveres sin identificar.
“Cada que veo reportajes de los 43
desaparecidos me pongo a llorar, porque ese dolor inmenso, sólo uno lo
conoce”, dice Leonor. Los maestros no tienen muchas esperanzas de que
Marco esté con vida, pues el 14 de marzo de 2013 se cumplen dos años de
no saber de él.
Con mucho miedo, con poco dinero y con
la esperanza de saber dónde está, caminan junto a las otras familias que
quieren ver aunque sea “un hueso” de sus parientes.
Mayra encaró el martes a Joaquín Torres,
director de la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del
Delito y Servicios a la Comunidad, de la PGR, y le pidió que se dejaran
de burlas.
El funcionario acudió con un equipo de
agentes para buscar en las fosas clandestinas que encontraron los
familiares e integró una averiguación previa.
Con información de El Universal
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