viernes, 6 de febrero de 2015

La Unión Europea arrincona a Grecia


La Unión Europea arrincona a Grecia

Para obligar al nuevo gobierno a pagar su deuda, el Banco Central Europeo decidió dejar de aceptar los bonos de deuda helenos, lo que encarecerá el financiamiento


06/02/2015 05:02 DPA, EFE, AFP y Reuters
ATENAS, 6 de febrero.– El nuevo gobierno de Grecia se vio arrinconado ayer tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no aceptar sus bonos de deuda como garantía para concederle créditos, mientras que Alemania pidió a Atenas que respete sus compromisos y retome las negociaciones con la troika de acreedores.
El BCE anunció su decisión de poner fin, a partir del 11 de febrero, a un régimen especial según el cual los bonos griegos podían ser empleados en operaciones monetarias pese a que no cumplían con los requisitos mínimos de seguridad de cobro.
El banco europeo fundamentó la decisión alegando que “en la actualidad no es posible prever la conclusión exitosa de la supervisión” del programa de reformas y ahorro de la economía griega.
A partir del 11 de febrero los bancos helenos podrán conseguir liquidez a través del Banco de Grecia en el marco de la llamada “Emergency Liquidity Assistance”, que otorga créditos de urgencia pero a un costo mayor.
La incertidumbre ya obligó a tres de los cuatro mayores bancos griegos a recurrir al financiamiento de emergencia del Banco Central griego, ya que en los últimos dos meses se retiraron más de 20 mil millones de euros de depósitos que los ahorradores buscaban mantener a salvo.
El movimiento del BCE llega tras una gira europea en la que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, buscó apoyo a sus planes económicos. También su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, visitó esta semana varias capitales europeas, recalando ayer en Berlín, donde se reunió con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble.
Estuvimos de acuerdo en que no estamos de acuerdo”, afirmó Schäuble, que transmitió sin medias tintas el “escepticismo” de Berlín frente a “algunas medidas anunciadas por el nuevo gobierno griego”. “Creemos que no van necesariamente en la dirección correcta”, explicó.
Sin embargo, el titular de Finanzas alemanas defendió la búsqueda de acuerdos con Atenas y reconoció una vez más los esfuerzos del pueblo griego en la crisis. “En Alemania siempre fuimos conscientes del difícil camino que tuvo que recorrer el pueblo griego. Pero también hay que decir que las causas de ese camino estuvieron en Grecia, no en Europa y desde luego no en Alemania. En eso estuvimos de acuerdo”, apuntó
Schäuble.
El ministro instó a Grecia a cumplir sus compromisos. “La fiabilidad es la condición previa para la confianza”, advirtió, a la vez que pidió a Atenas que retome las negociaciones con la troika compuesta por el BCE, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea.
Además, recomendó al nuevo gobierno heleno que amplíe la base imponible para que los más ricos contribuyan más.
Varoufakis, por su parte, rebajó algo el tono. “Necesitamos a Alemania de nuestro lado”, aseguró. “Mi mensaje a Alemania es simple. De nosotros pueden esperar sentido común y propuestas”, agregó. “El gobierno alemán tiene en nosotros un aliado potencial para afrontar los problemas no sólo de Grecia, sino los europeos en general”.
Por otro lado, el ministro griego volvió a hablar de la posibilidad de llevar a cabo una reestructuración de la deuda, en lugar de la quita que había pedido Grecia en un primer momento.
Premier insiste en poner fin
a la política de austeridad

Desde Atenas, Tsipras señaló que la austeridad no es una norma fundacional de la Unión Europea y aseguró que su gobierno cumplirá las promesas realizadas en la campaña electoral.
Pondremos punto final al capítulo de la troika y a su política” de ahorro, dijo en un discurso en el Parlamento emitido en televisión.
Grecia ya no obedecerá órdenes, sino que tendrá voz propia y fuerza negociadora”, dijo señalando que en sólo una semana su nuevo gobierno ha logrado cambiar la agenda de conversaciones en Europa.
En un intento por relativizar el anuncio del BCE, el portavoz del gobierno heleno aseguró que “Grecia no quiere chantajear a nadie”, pero que “tampoco será chantajeada”. Aun así, muchos piensan que Tsipras se verá obligado a olvidar su promesa de terminar con la austeridad.

Miles contra “el chantaje”

Unas siete mil personas, según la policía, se concentraron ayer ante el Parlamento griego en Atenas para cerrar filas en torno al gobierno de Alexis Tsipras y protestar contra lo que denominan “chantaje” desde Europa.
La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no aceptar los bonos helenos como garantía en sus operaciones de refinanciación y los infructuosos resultados que han logrado en su gira europea el primer ministro, Alexis Tsipras, y el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, fueron el detonante para que miles de personas hayan decidido mostrar su solidaridad con los nuevos gobernantes.
No vamos a ceder al chantaje de nuevo”, “el tiempo de que Grecia se arrodille y tenga gobiernos sumisos ha terminado”, “Merkel tiembla como una ramita”, se escuchó en la protesta.
Entre gritos contra el chantaje, varios miles de griegos llenaron la plaza de Syntagma en Atenas para apoyar al gobierno, en un momento de tensión con los socios europeos.
Estamos aquí para expresar nuestra solidaridad con el gobierno. Desde el 25 de enero es el pueblo el que toma las decisiones en Grecia”, afirmó Dimitris, en alusión a la fecha de las elecciones generales.
Los griegos pudieron acercarse hasta colocarse enfrente de la guardia real que custodia el monumento del soldado desconocido, a los pies del Parlamento, sin apenas presencia policial, excepto unos pocos agentes que regulaban el tráfico de las avenidas cortadas, una imagen inusual hasta ahora.
La medida anunciada por el BCE “se suma a la incertidumbre y la falta de confianza que ya sienten los ahorradores griegos”, explicó Aristides Hatzis, profesor adjunto de Derecho y Economía en la Universidad de Atenas.
Es evidente que el BCE decidió presionar al gobierno griego para que llegue a un compromiso que incluya un nuevo acuerdo. Se trata del talón de Aquiles del gobierno griego, que teme una fuga de capitales, que minaría su apoyo político y su poder negociador”, afirmó Hatzis.
La liquidez de los bancos está en juego... pero lo más importante, (el movimiento del BCE) mina todos los esfuerzos del gobierno de implementar su propio plan”, apuntó el analista George Tzogopoulos, de la Fundación Helena para Política Exterior Europea. “Por primera vez desde que fue elegido hace dos semanas, el gobierno está realmente presionado”.

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