LA TIRANÍA DE LA MATRIZ
La sociedad en la que estamos inmersos
es básicamente una gran matriz en la que los sueños y el poder personal
de cada individuo se diluyen y no pueden ser plenamente desarrollados.
Es imposible si formamos parte del Sistema que nos imponen los jerarcas,
la organización internacional que considero una mafia, al servicio de
lo maligno, lo diabólico o lo oscuro. Todas las sociedades, ya sea la
Occidental, en clara decadencia por su inmoralidad, su corrupción y su
falta absoluta de moral y valores, alejándose de Dios y de todo lo
sublime, como la musulmana, por ejemplo, basada en una Religión de
dominación y esclavitud, salvajismo, con una clara aversión o miedo
hacia lo femenino.
Nosotros los occidentales, que hemos
llegado al nivel de evolución más alto económicamente u
organizativamente, estamos cometiendo el error de negar la
espiritualidad, de pisotear todo lo que tenga que ver con lo divino. Así
están creciendo los jóvenes hoy, todo esto alentado por los medios de
comunicación de masas o herramientas de los Jerarcas de la esa mafia que
controla nuestros destinos.
Vivimos en una sociedad decadente en la
que los valores tradicionales y positivos han sido sustituidos por un
culto al cuerpo salvaje y un consumo enfermizo y exacerbado que destruye
nuestra esencia de humanos y nos deja vacíos por dentro.
Tengo la sensación de que hemos sido
engañados o estafados. Seguimos sirviendo y esclavizados. Ahora con la
supuesta liberación femenina nos hallamos más esclavas en realidad que
antes, mucho más, porque servimos a la tiranía absurda de la belleza y
la juventud. Han hecho tan bien su trabajo que personalmente estoy
obsesionada con la juventud eterna a toda costa porque me han hecho
creer que una mujer madura no es atractiva. Han despojado nuestra alma
de todos aquellos valores del pasado y la han contaminado, han impuesto
en su lugar los valores repugnantes del capitalismo, del usar y tirar,
del hedonismo salvaje y el disfrute a toda costa, y por supuesto han
inundado nuestro cerebro con estímulos sexuales para convertirnos en
seres descerebrados, neuróticos y manipulables. Han destruido el amor,
en su lugar han instaurado la política del consumo rápido: consumo de
sexo, consumo de estímulos basura, y han hecho estallar por los aires el
romanticismo, la capacidad de amar, la pasión, por qué no, porque una
sociedad sumida en lo mediocre es más fácil de dominar que una sociedad
formada por individuos con pasión, pues ésta última es impredecible y
nos hace soñar. Ahora entiendo qué es una cáscara de humano, un estúpido
envoltorio lleno de la basura capitalista, y aunque no somos más que
una briza brillando en el tiempo infinito, todo acaba así.
ANA ISABEL PÉREZ
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