La realidad no existe hasta que se mide, el futuro afecta al pasado
Una versión óptica del experimento de elección retardada de Wheeler (izquierda) y una versión atómica y usadas por Truscott (derecha). Crédito: Manning et al. |
Un nuevo experimento vuelve a confirmar uno de los aspectos
teóricos de la física cuántica: el comportamiento onda-partícula de los “objetos”
subatómicos.
En el mundo macroscópico, estamos acostumbrados a que las
ondas son ondas (olas del mar, por ejemplo) y las partículas son partículas
(bola de billar). Sin embargo, la teoría cuántica sostiene que para las
partículas más pequeñas, esta distinción se rompe. La luz (fotones, sin masa)
puede comportarse como una onda o como una partícula. Lo mismo ocurre con los
electrones, que si tienen masa. Es conocido como la dualidad onda-partícula.
Este comportamiento dual ya fue demostrado mediante el conocido experimento de
la doble rendija con el lanzamiento de electrones y visionándose el llamado patrón
de interferencia, haciéndose notar el comportamiento ondulatorio del electrón.
Pero si se “observaba” más de cerca, la cosa cambiaba:
Antes de seguir, una pequeña matización sobre el video: En
realidad el video explica mal cuando menciona al observador, dejando la idea de
que el observador influye en el experimento. Lo que influye en el experimento
es la presencia de luz. Recordemos que la luz so “paquetitos” (fotones) y para
poder observar el experimento necesitamos luz, por lo que estamos “bombardeando”
los electrones con fotones alterando el estado del electrón, apareciendo el
patrón de interferencia.
Pues bien, la extraña naturaleza de la realidad, tal y como
la establece la teoría cuántica, ha sobrevivido a otra prueba, dado que los
científicos han realizado un famoso experimento y demostrado que la realidad no
existe hasta que se mide. Los físicos de la Universidad Nacional de Australia
(ANU) han llevado a cabo el experimento de elección retardada, pensado por John
Wheeler, que consiste en que a un objeto en movimiento se le da la opción de
actuar como una partícula o una onda. El experimento de Wheeler se pregunta: ¿Y
en qué momento decide el objeto?
Experimento formulado por Wheeler:
El experimento se trata de la pregunta ¿En mecánica cuántica
el efecto de hacer una medición hace que cambie el resultado de lo que vemos,
al producirse un "colapso de onda" en un solo punto de medición. Es
decir, si se dispara un fotón hacia dos ranuras, y ponemos un detector en cada
ranura, la partícula siempre o entrará por una ranura o por la otra (la vemos
pasar por un detector u otro).
Sin embargo si no ponemos un detector y en vez de eso
permitimos que las partículas atraviesen las dos rejillas y choquen contra una
pared, lo que sucede es que las partículas pasan por ambas rejillas a la vez y
forman un "patrón de ondas" en la pared. En otras palabras, nuestra
elección de medir o no los fotones causa que posteriormente estos se comporten
como partículas o como ondas. Algo verdaderamente asombroso.
Noten que lo importante a notar aquí es que de alguna
manera, los fotones "saben" dependiendo de si los vamos a medir o no
que deben o (1) pasar por la primera o la segunda rejilla (pero no ambas) o (2)
pasar por ambas a la vez (en el enlace que les di al inicio de este artículo
les explico cómo eso puede ser posible).
Ahora bien, y aquí viene el Experimento de Elección Diferida
de Wheeler (propuesto por John Archibald Wheeler en el 1978), ¿qué sucedería si
nosotros no decidimos cuál de los dos métodos utilizar (el de medir o no medir)
hasta después de que los fotones hayan sido disparados y ya estén en camino a
las rejillas?
Pues sucede algo aún más sorprendente que el poder pasar por
ambas rejillas a la vez.
Lo que sucede es que si decidimos (aun cuando sepamos que
los fotones ya hayan pasado las rejillas) medir o no los fotones, que el resultado
es el mismo que antes.
Déjenme explicar bien si no entendieron: En el experimento
original, nosotros colocamos nuestros detectores (o no), y después disparamos
los fotones para que pasen por la rejilla, y los fotones de alguna manera pasan
o por una o ambas rejillas a la vez. En el nuevo experimento nosotros
disparamos primero los fotones, los cuales pasan posteriormente por las
rejillas, y es en este momento que nosotros elegimos si observar o no a los
fotones pasar, y sin importar lo que hagamos los fotones actúan como si ya
supieran lo que íbamos a hacer (si observar o no) y decidieron en base a eso
pasar o por una de las rejillas o por ambas a la vez. Otra manera de ver esto,
y esto es lo importante del experimento, es que nuestra elección en el futuro
afectó el comportamiento de los fotones en el pasado antes de que estos
salieran disparados hacia las rejillas y supieran si nosotros los íbamos a
medir o no.
O en otras palabras, el futuro afectó al pasado, lo que pone
boca abajo lo que asumimos que en todos los casos una causa pasado tiene un
efecto futuro.
El sentido común dice que el objeto es o bien onda o bien
partícula, independientemente de cómo lo medimos. Pero la física cuántica
predice que observar el comportamiento ondulatorio (interferencia) o el
comportamiento de partícula (sin interferencias) depende sólo de la forma en
que se mida, al final de su viaje. Esto es exactamente lo que encontró el
equipo de ANU.
El futuro afecta al pasado
"Esto demuestra que la medición es todo. A nivel cuántico, la realidad no
existe si no estás mirando", dice el profesor Andrew Truscott, de la
Escuela de Investigación de Física e Ingeniería de ANU, en la nota de prensa de ésta.
A pesar del misterio aparente, los resultados confirman la
validez de la teoría cuántica, que rige el mundo de lo muy pequeño, y ha
permitido el desarrollo de muchas tecnologías como LED, láser y chips de
computadora.
El equipo de ANU no sólo tuvo éxito en la construcción del
experimento, que parecía casi imposible cuando se propuso en 1978, sino que
invirtió el concepto original de Wheeler de haces de luz que rebotaban en
espejos, y en su lugar utilizó átomos dispersos por luz láser.
Las predicciones de la física cuántica sobre la
interferencia parecen bastante extrañas cuando se aplican a la luz, que se
parece más a una onda, pero haber hecho el experimento con los átomos, que son
objetos complicados que tienen masa e interactúan con los campos eléctricos y
demás, se suma a la extrañeza", dice Roman Khakimov, estudiante de
doctorado.
El equipo del profesor Truscott primero atrapó una colección
de átomos de helio en un estado de suspensión conocido como condensado de
Bose-Einstein, y luego los expulsó hasta que sólo quedó un átomo.
Entonces dejaron caer ese único átomo a través de un par de
rayos láser que se propagaban en dirección contraria, y que formaban un patrón
de rejilla que actuaba como encrucijada, de la misma forma que una rejilla
sólida dispersaría la luz.
Una segunda rejilla de luz para recombinar los caminos se
añadió en algunos casos, al azar, lo que provocó una interferencia constructiva
o destructiva, como si el átomo hubiera viajado por ambos caminos -actuando
como onda-. Cuando no se añadía la segunda rejilla de luz, no se observaba
ninguna interferencia, como si el átomo hubiera elegido un solo camino
-actuando como partícula-.
Sin embargo, el número aleatorio que determinaba si se
añadía o no la segunda rejilla solamente se generaba después de que el átomo
hubiera pasado a través de la encrucijada.
Si se opta por creer que el átomo realmente tomó un camino o
los dos caminos entonces uno tiene que aceptar que una medida futura está
afectando al pasado del átomo, dice Truscott. "Los átomos no viajaron de A
a B. No fue hasta que se midieron, al final del viaje, que existió el
comportamiento ondulatorio o de partícula".
Consejo para
entenderlo mejor : Por favor, deshagase de la concepción lineal que se
tiene del tiempo como medida absoluta que se mueve en una única
dirección o vea la película "Interstelar".
Referencia: http://www.nature.com/nphys/journal/vaop/ncurrent/full/nphys3343.html
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