La solución del problema griego no está sólo en Europa
Seguimos viendo las voces catastrofistas de qué pasará si Grecia suspende pagos o, incluso, si deja el Euro, el Grexit. También oímos las voces de preocupación de más lejos de Europa, con los Estados Unidos continuando pidiendo que se llegue a un acuerdo, como ha comentado Marco Antonio hace tiempo.
No está claro si los Estados Unidos están más preocupados por el impacto económico o por el impacto estratégico. No obstante, la preocupación por una solución se repitió la semana pasada cuando el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, presionó al ministro de economía alemán, Wolfgang Schauble, que Alemania debe ayudar más a resolver la crisis griega.
Ayer mismo, la presidenta de la Reserva Federal estadounidense, dijo que hay potencial por impactos negativos, no sólo en Europa pero en los mercados financieros internacionales que, a su vez, algo impactará a Estados Unidos.
Cuando Sr. Schauble le sugirió al Sr Lew que Estados Unidos podría ayudar participando en cualquier rescate de Grecia con 50.000 millones, Sr. Lew se marchó calladito.
No obstante, yo repito la petición al Sr. Lew. La situación de Grecia impacta a todos no sólo a la Unión Europea o al Euro, por no hablar de las posibles repercusiones estratégicas. ¿Por qué no está Estados Unidos participando en la solución?
Con sus varias reuniones alrededor del mundo, el primer ministro de Grecia debería considerar las posibles consecuencias económicas de algunas posibilidades estratégicas. Si todavía no lo ha hecho, Sr. Tsipras debería negociar con Rusia para alquilarle un puerto en el Mediterraneo, para la Armada de Rusia, a cambio de muchos miles de millones. Por qué no ofrecerlo a China, que quizás le interesaría una presencia marina en el Mediterraneo.
Además, Sr. Tsipras debería anunciar que lo están haciendo, a ver cómo responde Estados Unidos y la OTAN.