No nos vendría mal una mano de Rusia, reconoce ministro griego
Atenas no ha solicitado todavía formalmente ayuda a ningún
tercer país para afrontar la crisis financiera, pero de buen gusto
recibiría asistencia de Rusia, declaró el ministro griego de
Reconstrucción Productiva, Medio Ambiente y Energía, Panayotis
Lafazanis.
"En
lo que respecta a las peticiones de ayuda, todavía no hemos solicitado a
nadie ayuda oficialmente, pero por supuesto, no nos vendría nada de mal
que nos echen una mano, en especial Rusia", declaró el ministro en el
canal Rossiya 24.
En todo caso, Lafazanis afirma que Atenas tiene un plan B en caso de que la UE continúe con su "chantaje" en caso de que gane el "No" en el próximo plebiscito del 5 de julio.
"Si nuestra sociedad le da un no unívoco a este chantaje y aún así Europa continúa insistiendo en sus propuestas, nos veremos obligados a recurrir a nuestro plan B; ya que no es el fin del mundo si la UE nos niega fondos - existen otras fuentes", dijo.
El ministro aseguró que los bancos estarán cerrados "solo unos días, hasta el referendo del 5 de julio, día en el que, yo creo, los griegos expresarán su rechazo rotundo a este chantaje que Europa nos impone" y añadió que "luego de eso los bancos abrirán".
Lafazanis no quiso entrar en detalles del plan B. "No es momento de exponer detalles y no es algo que haré ahora, porque últimamente hemos visto cambios tan abruptos" dijo.
"Además", continuó, "aún tenemos fe en el raciocinio de las instituciones europeas, en que la postura firme del pueblo griego hará que cambien sus requisitos y esperamos poder encontrar una solución en el marco de la Unión Europea".
Sin embargo, si esto no da frutos, "les aseguro que contamos con posibilidades para salir de esta situación como vencedores", sentenció.
En Grecia desde el lunes que rige por seis días hábiles un "feriado bancario" declarado por las autoridades, con el fin de prevenir una estampida bancaria tras el anuncio del referendo.
El martes el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que el Gobierno ruso sigue con atención la evolución de la crisis Griega, aunque subrayó que es un problema que atañe exclusivamente a Grecia y sus acreedores.
El lunes trascendió a la prensa que Grecia planea no pagar el tramo de crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI), que vence el martes.
El monto a pagar asciende a los 1.600 millones de euros (unos 1.700 millones de dólares).
El sábado el Eurogropo se reunió en Bruselas para abordar la situación de Grecia. Los ministros de Finanzas de la eurozona se negaron prorrogar el programa de rescate como pedía el país heleno.
Tras esto, el primer ministro griego anunció por televisión un referéndum que se celebrará el 5 de julio sobre si aceptar o no las propuestas de los acreedores, las que el primer ministro calificó de "ultimátum".
Durante su anuncio, explicó que el Eurogrupo se negó extender el programa de rescate por unos días hasta que el referéndum tenga lugar, por lo que Atenas se quedará sin fondos para realizar el pago.
Los efectos del colapso en las negociaciones entre Grecia y los acreedores se sintieron en las bolsas de todo el mundo. Las bolsas de Europa y Asia registraron bajas abruptas.
Grecia ha estado llevando a cabo negociaciones con sus acreedores para reestructurar una deuda de más de 240.000 millones de euros, el monto de los dos rescates que necesitó el país para evitar el impago técnico en 2010 y 2012.
© © REUTERS/ Marko Djurica
En todo caso, Lafazanis afirma que Atenas tiene un plan B en caso de que la UE continúe con su "chantaje" en caso de que gane el "No" en el próximo plebiscito del 5 de julio.
"Si nuestra sociedad le da un no unívoco a este chantaje y aún así Europa continúa insistiendo en sus propuestas, nos veremos obligados a recurrir a nuestro plan B; ya que no es el fin del mundo si la UE nos niega fondos - existen otras fuentes", dijo.
El ministro aseguró que los bancos estarán cerrados "solo unos días, hasta el referendo del 5 de julio, día en el que, yo creo, los griegos expresarán su rechazo rotundo a este chantaje que Europa nos impone" y añadió que "luego de eso los bancos abrirán".
Lafazanis no quiso entrar en detalles del plan B. "No es momento de exponer detalles y no es algo que haré ahora, porque últimamente hemos visto cambios tan abruptos" dijo.
"Además", continuó, "aún tenemos fe en el raciocinio de las instituciones europeas, en que la postura firme del pueblo griego hará que cambien sus requisitos y esperamos poder encontrar una solución en el marco de la Unión Europea".
Sin embargo, si esto no da frutos, "les aseguro que contamos con posibilidades para salir de esta situación como vencedores", sentenció.
En Grecia desde el lunes que rige por seis días hábiles un "feriado bancario" declarado por las autoridades, con el fin de prevenir una estampida bancaria tras el anuncio del referendo.
El martes el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que el Gobierno ruso sigue con atención la evolución de la crisis Griega, aunque subrayó que es un problema que atañe exclusivamente a Grecia y sus acreedores.
El lunes trascendió a la prensa que Grecia planea no pagar el tramo de crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI), que vence el martes.
El monto a pagar asciende a los 1.600 millones de euros (unos 1.700 millones de dólares).
El sábado el Eurogropo se reunió en Bruselas para abordar la situación de Grecia. Los ministros de Finanzas de la eurozona se negaron prorrogar el programa de rescate como pedía el país heleno.
Tras esto, el primer ministro griego anunció por televisión un referéndum que se celebrará el 5 de julio sobre si aceptar o no las propuestas de los acreedores, las que el primer ministro calificó de "ultimátum".
Durante su anuncio, explicó que el Eurogrupo se negó extender el programa de rescate por unos días hasta que el referéndum tenga lugar, por lo que Atenas se quedará sin fondos para realizar el pago.
Los efectos del colapso en las negociaciones entre Grecia y los acreedores se sintieron en las bolsas de todo el mundo. Las bolsas de Europa y Asia registraron bajas abruptas.
Grecia ha estado llevando a cabo negociaciones con sus acreedores para reestructurar una deuda de más de 240.000 millones de euros, el monto de los dos rescates que necesitó el país para evitar el impago técnico en 2010 y 2012.
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