La Gran Época ha informado desde septiembre de 2014 sobre los riesgos concretos de que la futura estación espacial china en Neuquén tenga usos militares, al depender directamente del Departamento General de Armamentos del Ejército Popular de Liberación, brazo armado militar del régimen comunista chino. En ese sentido, políticos como el senador nacional Fernando “Pino” Solanas o especialistas como el Dr. Alejandro Corbacho expresaron su preocupación al respecto. El abordaje que sobre el tema da Ricardo Adrián Runza, argentino e ingeniero aeronáutico especialista en Defensa y Seguridad, enriquece el conocimiento de esta cuestión. En esta ocasión, fue en el marco de la conferencia titulada “La nueva base paramilitar china en la Patagonia Argentina, Impacto y posibles futuras implicancias para el Estado Argentino”, el pasado miércoles 26 de agosto en la Facultad de Derecho de la UBA.
“Nuestros políticos ‘nacionalistas’ y ‘populares’ han cedido soberanía a una potencia extranjera, hecho inédito en nuestra historia. Y esta cesión soberana de territorio argentino fue para una base ‘paramilitar’. Prefiero llamarla ‘base paramilitar’ porque es el término exacto que habría que darle a esta base china, pues la oficina que lleva a cabo la ejecución de esta obra y va a tener a cargo la responsabilidad de operarla, depende de las Fuerzas Armadas de China. Es así como el gobierno chino normalmente esconde, bajo esta técnica de ocultamiento, sus verdaderos fines”, explicaba el ingeniero en diálogo con el periodista argentino Jorge Lanata meses atrás."Es así como el gobierno chino normalmente esconde, bajo esta técnica de ocultamiento, sus verdaderos fines"
La explicación sistemática de un ingeniero a un panel de abogados
Runza partió su exposición desde un ámbito conceptual, llevando a la audiencia a repasar conceptos básicos como qué es Seguridad, o qué significa “estar en guerra”, explicando los múltiples usos que un satélite puede tener, y exponiendo a su vez la perspectiva china sobre el tema, su organización militar, sus fines y la manera que tienen de fijarse metas y cumplirlas. “Es muy importante conocer cómo piensa el otro, y eso es algo que Argentina no suele hacer”, dijo.En ese sentido, sus conclusiones fueron evidentes: el impacto de esta base abarca temas de Seguridad Nacional (por ejemplo, la empresa china que dirigirá la estación, la China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) recibió acusaciones de espionaje en Australia, en el año 2011); y abarca también temas de Seguridad Internacional. “Gracias a esto, le hemos dado a la base aérea británica en Malvinas un objetivo estratégico OTAN”, explicó Runza, indicando también que una situación similar ocurre con la base aérea de despliegue militar de EEUU en Paraguay. Sobre la base en sí, el ingeniero remarcó que no todas las guerras son de soldados. En ésta, el escenario de la batalla está en el espacio y en el control de los satélites que operan afuera, muchos de los cuales pueden directamente anular o incomunicar a los equipos enemigos. “Es una estación de monitoreo, de tracking, y de control, que va a ser dirigida desde Pekín. Lo que pueden es realizar cambios de dirección o de posicionamiento de los satélites chinos. Pero también pueden ser una base de comando y control no solo de satélites, sino de armamento espacial, de lo cual desconocemos qué grado de desarrollo tiene China. Es decir, aquellos misiles que se pueden tirar desde el espacio hacia el espacio: desde un instrumento espacial chino hacia objetivos militares, por ejemplo, norteamericanos. Por eso es que Argentina pasa a ser un objetivo estratégico a bombardear”, explicó."No todas las guerras son de soldados. En ésta, el escenario de la batalla está en el espacio"
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