¿Qué significa la victoria del líder Laborista Jeremy Corbyn en el Reino Unido?
Tariq Alí, Independent, Viento Sur
Las ironías de la historia nunca dejan de sorprendernos. Miremos por donde miremos, Jeremy Corbyn es el líder más izquierdista en toda la historia del Partido Laborista.
Tiene claro que quienes actúan mal en el extranjero no pueden actuar bien en casa. Es el antiimperialista más firme del Parlamento.
Basta compararlo con sus predecesores para verificar estas afirmaciones.
El socialismo de Keir Hardi/1 fracasó en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Clement Attlee/2 fue un gran reformador a nivel nacional, pero en el exterior su gobierno aprobó el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki. Harold Wilson/3 redistribuyó la riqueza, pero apoyó a EE UU en Vietnam; Michael Foot/4, como líder de la oposición, fue un rabioso defensor de la guerra de Margaret Thatcher para recuperar las Malvinas.
Los gemelos thatcheristas Blair/Brown/5-6 acordaron compartir el poder creando para ello dos fracciones con hambre de poder pero sin diferencias políticas entre ellas, salvo que Tony Blair ansiaba el dinero tanto como el poder.
Él nos metió en las guerras de la antigua Yugoslavia y de Irak, mientras que Gordon Brown, ajeno a la vulnerabilidad del capitalismo financiarizado, gastó miles de millones de las y los contribuyentes para rescatar bancos (después de pagar a los depositantes) que hubiera sido mejor dejar que la palmaran.
Ambos burocratizaron el Partido Laborista castrando la conferencia del partido, reduciéndola a una mala versión de la de los demócratas estadounidenses.
Un show total, sin contenido alguno. Barrieron los distritos de la derecha del laborismo para seleccionar sus futuros candidatos parlamentarios.
Era la única forma de transformar a una gran parte del Grupo Parlamentario Laborista (Parliamentary Labour Party, PLP) en un grupo de chicos y chicas de despacho sobrepromocionados junto a un carro de arribistas.
Tres de ellos formaban parte de la lista habitual para suceder a otro de su misma especie, Ed Miliband/7.
Lo que resulta irónico es que la reforma del sistema electoral impuesta por Miliband fue diseñada para apaciguar a los blairistas y a sus compinches mediáticos eliminando lo que quedada del poder sindical en el partido y abriéndolo al exterior con la vana esperanza de que los votantes más afines garantizarían el dominio de la política extrema del centro [política de derechas].
Estaban tan confiados que unos pocos blairistas ofrecieron a Corbyn el necesario apoyo parlamentario para presentarse como candidato simbólico de la izquierda, como una muestra de la generosidad y compromiso con la diversidad del partido.
¿Quién hubiera imaginado que les saldría el tiro por la culata de forma tan impresionante?
Seguro que Corbyn no. Y otros tampoco.
The Guardian salió a favor de Yvette Cooper, sus columnistas blairistas denunciaron al dinosaurio de Islington, olvidando que para la gente más joven los dinosaurios constituyen una especie desaparecida pero muy querida y el Dalily Mirror apoyó a Andy Burnham.
Nadie que conozca, vea u oiga a Corbyn puede dudar de su autenticidad.
En los últimos 40 años he compartido numerosas iniciativas con él. En las cuestiones clave se ha mantenido firme. Precisamente, lo que llamó la atención a la juventud, lo que transformó la campaña en un movimiento social fue lo mismo que aisló a las camarillas políticas y a los medios de comunicación tradicionales. Corbyn era ignorante, retórico y también de izquierda: quería revertir las privatizaciones de los ferrocarriles y de los servicios públicos, etc.
Muchos de los que se inscribieron para votar por él lo hicieron por eso y para romper con el tedio, la falta de imaginación y falta de visión del Nuevo Laborismo.
Corbyn subestimó los cambios en Escocia pero, de hecho, éstos le ayudaron en su campaña.
El grupo parlamentario del Partido Nacional Escocés que quería deshacerse del redundante y caro Trident/8; el electrizante primer discurso de un joven de 20 años, Mhairi Black, sobre los tories...
Todo esto ayudó a la campaña de Corbyn. S
i fue posible en Escocia, ¿por qué no en Inglaterra?
Mientras los miembros del Partido Laborista eligen al líder más izquierdista, la abrumadora mayoría del grupo parlamentario laborista está en las garras asesinas de la derecha. Cualquiera que escuche el discurso de Sadiq Khan tras haber sido elegido como candidato laborista para la alcaldía de Londres verá la diferencia con la campaña de Corbyn.
Los clichés de Khan eran un recordatorio de lo aislado que se encontrará Corbyn en el seno del grupo parlamentario. Corbyn llamará al partido a unirse tras él, pero no podrá obviar el hecho de que la mayoría del grupo parlamentario se opone a su política.
Supongo que tratarán de agotarlo y obligarle a un compromiso tras otro para desacreditarlo (no olvidemos a Alexis Tsipras en Grecia), pero dudo que lo consigan.
Corbyn tiene claros los temas clave en los que no es posible el compromiso.
Ha trabajado sobre ellos desde hace bastante tiempo.
Su identificación con la agenda verde no es un secreto y ahora el único parlamentario del partido verde tiene un sólido apoyo en el nuevo líder del Partido Laborista.
Recuperar el transporte público de manos de los especuladores es otro de esos puntos; como lo son el de una vivienda barata para la gente joven y de la tercera edad, que le ayudará a reconstruir las comunidades, y un régimen fiscal sólido que revierta décadas de privilegios otorgados a los ricos, que va a desatar una feroz ofensiva por parte de la City londinense y sus políticos y medios de comunicación acólitos, pero que resulta absolutamente necesaria.
Desde finales de los años setenta, la redistribución de la riqueza a favor de los ricos y de los muy ricos ha aumentado más rápidamente en Gran Bretaña que en cualquier otro país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Corbyn no está interesado en el poder para beneficio propio o para acumular riqueza personal.
Sin duda, Corbyn restaurará la democracia en el seno del partido.
Es la única manera de que los partidarios del laborismo en el país estén debidamente representados en el parlamento. Nada de esto es fácil y por eso sigue siendo fundamental un movimiento de largo alcance, un nuevo modelo de ejército de campaña fuera del Parlamento.
Es la única manera de asegurar que se cumpla la agenda Corbyn.
Nada de esto va a suceder de la noche a la mañana y los partidarios tienen que ser pacientes y no gritar desde la barrera.
Algunos parlamentarios laboristas van a desertar.
Después de todo, apoyaron felizmente la austeridad.
Pero, pase lo que pase, para la auto-censura de la BBC ya no será posible mantener fuera de la pantalla los puntos de vista expuestos por el nuevo líder laborista. Aunque temporalmente, los muertos vivientes han sido vencidos. La política inglesa ha vuelto a la vida.
_______
Notas:
1/ James Keir Hardie (15/08/1856 – 26/09/1915), uno de los primeros fundadores del Independent Labour Party y de los primeros electos por este partido en el Parlamento del Reino Unido. Militó a favor de la autodeterminación de la India y contra la segregación racial en África del Sur.
Convencido pacifista, se opuso a la Primera Guerra Mundial y trabajó por organizar la oposición a la misma al mismo tiempo que apoyaba a los objetores de conciencia, lo que le valió numerosas críticas, incluso en su propio partido (Wikipedia)
2/ Clement Richard Attlee (3/01/1883-8/10/1967), líder del Partido Laborista entre 1935 y 1955 y Primer ministro del Reino Unido entre 1945 y 1951.
Durante su mandato sentó las bases para el establecimiento del Estado del bienestar en su país creando, entre otras, la asistencia sanitaria universal y gratuita en Reino Unido.
Está considerado como uno de los mejores primeros ministros del Reino Unido, y como uno de los más populares (Wikipedia)
3/ James Harold Wilson, Baron Wilson de Rievaulx, (11/03/1916 - 24/05/1995) fue un político del Partido Laborista Británico y Primer Ministro del Reino Unido en dos ocasiones. Wilson es considerado por muchos como uno de los políticos más intelectuales del siglo XX (Wikipedia).
4/ Michael Mackintosh Foot (23/07/1913 – 3/03/2010) miembro del Partido Laborista y escritor, fue miembro del Parlamento en dos ocasiones (19145/1955 y 190/1992) y líder del partido laborista de 1976 a 1983 (Wikipedia).
5/ Tony Blair fue primer ministro del Reino Unido entre 1997 y 2007. También fue líder del Partido Laborista entre 1994 y 2007 (Wikipedia).
6/ Gordon Brown miembro del Partido Laborista. Fue primer ministro del Reino Unido entre 2007 y 2010 (Wikipedia).
7/ Ed Miliband fue líder del Partido Laborista desde el 25 de septiembre de 2010 hasta su dimisión el 8 de mayo de 2015 después de su derrota en las elecciones generales del Reino Unido de 2015 (Wikipedia).
8/ Una de las bases de misiles nucleares submarinos británicas (misiles Trident) se encuentra en Escocia y el Partido Nacionalista Escocés (SNP) se opone a la misma (ndt).
__________
Versión original en The Independent, traducido por Viento Sur
El socialismo de Keir Hardi/1 fracasó en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Clement Attlee/2 fue un gran reformador a nivel nacional, pero en el exterior su gobierno aprobó el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki. Harold Wilson/3 redistribuyó la riqueza, pero apoyó a EE UU en Vietnam; Michael Foot/4, como líder de la oposición, fue un rabioso defensor de la guerra de Margaret Thatcher para recuperar las Malvinas.
Los gemelos thatcheristas Blair/Brown/5-6 acordaron compartir el poder creando para ello dos fracciones con hambre de poder pero sin diferencias políticas entre ellas, salvo que Tony Blair ansiaba el dinero tanto como el poder.
Él nos metió en las guerras de la antigua Yugoslavia y de Irak, mientras que Gordon Brown, ajeno a la vulnerabilidad del capitalismo financiarizado, gastó miles de millones de las y los contribuyentes para rescatar bancos (después de pagar a los depositantes) que hubiera sido mejor dejar que la palmaran.
Ambos burocratizaron el Partido Laborista castrando la conferencia del partido, reduciéndola a una mala versión de la de los demócratas estadounidenses.
Un show total, sin contenido alguno. Barrieron los distritos de la derecha del laborismo para seleccionar sus futuros candidatos parlamentarios.
Era la única forma de transformar a una gran parte del Grupo Parlamentario Laborista (Parliamentary Labour Party, PLP) en un grupo de chicos y chicas de despacho sobrepromocionados junto a un carro de arribistas.
Tres de ellos formaban parte de la lista habitual para suceder a otro de su misma especie, Ed Miliband/7.
Lo que resulta irónico es que la reforma del sistema electoral impuesta por Miliband fue diseñada para apaciguar a los blairistas y a sus compinches mediáticos eliminando lo que quedada del poder sindical en el partido y abriéndolo al exterior con la vana esperanza de que los votantes más afines garantizarían el dominio de la política extrema del centro [política de derechas].
Estaban tan confiados que unos pocos blairistas ofrecieron a Corbyn el necesario apoyo parlamentario para presentarse como candidato simbólico de la izquierda, como una muestra de la generosidad y compromiso con la diversidad del partido.
¿Quién hubiera imaginado que les saldría el tiro por la culata de forma tan impresionante?
Seguro que Corbyn no. Y otros tampoco.
The Guardian salió a favor de Yvette Cooper, sus columnistas blairistas denunciaron al dinosaurio de Islington, olvidando que para la gente más joven los dinosaurios constituyen una especie desaparecida pero muy querida y el Dalily Mirror apoyó a Andy Burnham.
Nadie que conozca, vea u oiga a Corbyn puede dudar de su autenticidad.
En los últimos 40 años he compartido numerosas iniciativas con él. En las cuestiones clave se ha mantenido firme. Precisamente, lo que llamó la atención a la juventud, lo que transformó la campaña en un movimiento social fue lo mismo que aisló a las camarillas políticas y a los medios de comunicación tradicionales. Corbyn era ignorante, retórico y también de izquierda: quería revertir las privatizaciones de los ferrocarriles y de los servicios públicos, etc.
Muchos de los que se inscribieron para votar por él lo hicieron por eso y para romper con el tedio, la falta de imaginación y falta de visión del Nuevo Laborismo.
Corbyn subestimó los cambios en Escocia pero, de hecho, éstos le ayudaron en su campaña.
El grupo parlamentario del Partido Nacional Escocés que quería deshacerse del redundante y caro Trident/8; el electrizante primer discurso de un joven de 20 años, Mhairi Black, sobre los tories...
Todo esto ayudó a la campaña de Corbyn. S
i fue posible en Escocia, ¿por qué no en Inglaterra?
Mientras los miembros del Partido Laborista eligen al líder más izquierdista, la abrumadora mayoría del grupo parlamentario laborista está en las garras asesinas de la derecha. Cualquiera que escuche el discurso de Sadiq Khan tras haber sido elegido como candidato laborista para la alcaldía de Londres verá la diferencia con la campaña de Corbyn.
Los clichés de Khan eran un recordatorio de lo aislado que se encontrará Corbyn en el seno del grupo parlamentario. Corbyn llamará al partido a unirse tras él, pero no podrá obviar el hecho de que la mayoría del grupo parlamentario se opone a su política.
Supongo que tratarán de agotarlo y obligarle a un compromiso tras otro para desacreditarlo (no olvidemos a Alexis Tsipras en Grecia), pero dudo que lo consigan.
Corbyn tiene claros los temas clave en los que no es posible el compromiso.
Ha trabajado sobre ellos desde hace bastante tiempo.
Su identificación con la agenda verde no es un secreto y ahora el único parlamentario del partido verde tiene un sólido apoyo en el nuevo líder del Partido Laborista.
Recuperar el transporte público de manos de los especuladores es otro de esos puntos; como lo son el de una vivienda barata para la gente joven y de la tercera edad, que le ayudará a reconstruir las comunidades, y un régimen fiscal sólido que revierta décadas de privilegios otorgados a los ricos, que va a desatar una feroz ofensiva por parte de la City londinense y sus políticos y medios de comunicación acólitos, pero que resulta absolutamente necesaria.
Desde finales de los años setenta, la redistribución de la riqueza a favor de los ricos y de los muy ricos ha aumentado más rápidamente en Gran Bretaña que en cualquier otro país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Corbyn no está interesado en el poder para beneficio propio o para acumular riqueza personal.
Sin duda, Corbyn restaurará la democracia en el seno del partido.
Es la única manera de que los partidarios del laborismo en el país estén debidamente representados en el parlamento. Nada de esto es fácil y por eso sigue siendo fundamental un movimiento de largo alcance, un nuevo modelo de ejército de campaña fuera del Parlamento.
Es la única manera de asegurar que se cumpla la agenda Corbyn.
Nada de esto va a suceder de la noche a la mañana y los partidarios tienen que ser pacientes y no gritar desde la barrera.
Algunos parlamentarios laboristas van a desertar.
Después de todo, apoyaron felizmente la austeridad.
Pero, pase lo que pase, para la auto-censura de la BBC ya no será posible mantener fuera de la pantalla los puntos de vista expuestos por el nuevo líder laborista. Aunque temporalmente, los muertos vivientes han sido vencidos. La política inglesa ha vuelto a la vida.
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Notas:
1/ James Keir Hardie (15/08/1856 – 26/09/1915), uno de los primeros fundadores del Independent Labour Party y de los primeros electos por este partido en el Parlamento del Reino Unido. Militó a favor de la autodeterminación de la India y contra la segregación racial en África del Sur.
Convencido pacifista, se opuso a la Primera Guerra Mundial y trabajó por organizar la oposición a la misma al mismo tiempo que apoyaba a los objetores de conciencia, lo que le valió numerosas críticas, incluso en su propio partido (Wikipedia)
2/ Clement Richard Attlee (3/01/1883-8/10/1967), líder del Partido Laborista entre 1935 y 1955 y Primer ministro del Reino Unido entre 1945 y 1951.
Durante su mandato sentó las bases para el establecimiento del Estado del bienestar en su país creando, entre otras, la asistencia sanitaria universal y gratuita en Reino Unido.
Está considerado como uno de los mejores primeros ministros del Reino Unido, y como uno de los más populares (Wikipedia)
3/ James Harold Wilson, Baron Wilson de Rievaulx, (11/03/1916 - 24/05/1995) fue un político del Partido Laborista Británico y Primer Ministro del Reino Unido en dos ocasiones. Wilson es considerado por muchos como uno de los políticos más intelectuales del siglo XX (Wikipedia).
4/ Michael Mackintosh Foot (23/07/1913 – 3/03/2010) miembro del Partido Laborista y escritor, fue miembro del Parlamento en dos ocasiones (19145/1955 y 190/1992) y líder del partido laborista de 1976 a 1983 (Wikipedia).
5/ Tony Blair fue primer ministro del Reino Unido entre 1997 y 2007. También fue líder del Partido Laborista entre 1994 y 2007 (Wikipedia).
6/ Gordon Brown miembro del Partido Laborista. Fue primer ministro del Reino Unido entre 2007 y 2010 (Wikipedia).
7/ Ed Miliband fue líder del Partido Laborista desde el 25 de septiembre de 2010 hasta su dimisión el 8 de mayo de 2015 después de su derrota en las elecciones generales del Reino Unido de 2015 (Wikipedia).
8/ Una de las bases de misiles nucleares submarinos británicas (misiles Trident) se encuentra en Escocia y el Partido Nacionalista Escocés (SNP) se opone a la misma (ndt).
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Versión original en The Independent, traducido por Viento Sur
Above is the content the blog provided. If incomplete, read the original here.
Las cinco claves
del triunfo de Jeremy Corbyn
/ Alejandro Alcolea en «La marea»
Posted on 2015/09/14
La
campaña del candidato anti-austeridad por el liderazgo del Partido
Laborista ha sacudido la escena política en Reino Unido, augurando una
lucha política por el bienestar colectivo que podría resituar a la
izquierda la posición del partido
Al principio nadie creía viable una verdadera apuesta por la izquierda en las primarias del Partido Laborista. Incluso el propio Jeremy Corbyn explicó que entendía su candidatura como “la víctima a sacrificar” en la carrera por el liderazgo de la organización.
Sin embargo, en el transcurso de los 100 días que ha durado la campaña las previsiones sufrieron importantes cambios.
La
periodista y jefa de prensa del equipo de Corbyn, Carmen Nolan, explicó
a los medios que se dieron cuenta de esta situación el 9 de julio en un
mítin en Merseyside, cuando se presentaron allí 350 personas.
Tres semanas después los números se multiplicaban: hasta 1.500 le esperaban en Liverpool.
De
hecho, la expectación por presenciar los mítines del líder –que algunos
periódicos han llamado corbynismo, como si de una moda se tratase-
superó los límites de lo esperado hasta el punto de tener que aplazar un
evento en Cambridge por razones de seguridad.
Tal
y como las encuestas pronosticaban, finalmente el candidato
izquierdista al liderazgo del partido laborista Jeremy Corbyn se ha
hecho con un 59,5% de los 422.664 votos emitidos, frente a Andy Burnham
(19%), Yvette Cooper (17%) y Liz Kendall (4.5%).
Cierto
es que el éxito de la candidatura de Corbyn obedece a toda una serie de
circunstancias socio-políticas dentro del contexto del poder en Reino
Unido que ya explicamos en un artículo anterior.
No obstante, esta vez vamos a tratar de conocer los puntos clave de su campaña.
1 – Conexión con la gente:
Nadie
que pretenda dedicarse al ejercicio de la política hoy día puede
alcanzar un mínimo de éxito si no consigue conectar con las personas.
La
emotividad y la construcción interna del discurso a través de una
pasión compartida son factores esenciales a la hora de conseguir
apoyos.
En
el caso de Corbyn, este proceso se ha visto desbordado consiguiendo que
mucha gente dentro del partido se pusiera a su favor.
Pero
lo más importante es, sin duda, el apoyo que ha encontrado en el
exterior: su campaña ha suscitado gran interés para los sindicatos más
importantes de Reino Unido, así como para el movimiento contrario a las
recetas de austeridad The people’s assembly, llevando incluso a
participar en el proceso a personas no vinculadas al Partido Laborista
–a cambio de 3 libras-, y saturando las redes sociales.
Si analizamos en detalle este último punto, podemos observar cómo salen los números.
La
cuenta de campaña de Corbyn en Twiiter (@JeremyCorbyn4Leader) tiene más
de 62.000 seguidores, y su cuenta personal 136.000, frente a las
cuentas de Andy Burnham (casi 17.000 seguidores y 88.600 seguidores; las
de Yvette Cooper (menos de 10.000 seguidores y más de 76.000
seguidores); y las de Lizz Kendall (16.200 seguidores y 38.200
seguidores).
Pese
a que las redes sociales no sean un indicador de gran valor
demoscópico, siempre cabe tenerlas en cuenta en una sociedad cada vez
más digitalizada, donde la comunicación online se convierte cada vez más
en un factor crucial para la nueva política.
Además,
durante el rally político el candidato ha contado con un elevado número
de voluntarios y voluntarias con edades comprendidas entre los 13 y los
92 años: la cifra mayor se ha dado en Londres, con 3.832, después en el
sur-este de Inglaterra con 1.170 y 1.160 en el nor-oeste de la misma.
2- El discurso anti-austeridad: “la pobreza no es necesaria”
Las palabras de Corbyn han recibido críticas de todos los colores.
Desde
la asentada clase política británica entendida como izquierda
‘pragmática’ –esto es, aquella que rechaza las convicciones propias y se
justifica en el contexto capitalista- hasta los propios tories y el
primer ministro David Cameron han coincidido lanzando mensajes negativos
sobre la viabilidad de las propuestas del candidato.
En
este sentido, Cameron afirmó que “éste es ahora un partido que ha
abandonado por completo el terreno de juego intelectual y que ya no
representa a la clase trabajadora”, añadiendo que “se encuentra en los
extremos del debate, asociado simplemente a las ideas de más gasto, más
endeudamiento y más impuestos”.
De
alguna manera, la toma de posiciones en el terreno de lo político hace
ver a la ciudadanía cómo el establishment se enfada, dibujando de una
manera mucho más clara los bandos que se están disputando el poder.
Sin
embargo, la estrategia de Corbyn se ha basado en no seguir el círculo
vicioso de los ataques personales y tratar de explicar su programa.
Pese
a que al comienzo los medios no le tomasen en serio, con el paso del
tiempo el equipo se vio inundado por peticiones para entrevistar al
candidato.
En
esencia, el triunfo de su discurso se debe a que es ansiado por gran
parte de la población británica tras la deriva del partido laborista
durante los últimos 30 años, lo que le convierte en único.
La
presentación de Corbyn como una alternativa real a los tories y a la
política de la austeridad, lejos de buscar situarse al centro, como el
resto de los candidatos y candidatas, se ha configurado como un elemento
central que le ha asegurado el éxito.
3- El factor “sorpresa”
La
llegada de la candidatura de Corbyn a la carrera de las primarias ha
sido frecuentemente explicada por los medios bajo el factor “sorpresa”
que la caracterizaba.
Se
dice que nada estaba previsto, y que incluso se encontraron con
problemas a la hora de presentar su designación, que requería el
respaldo de hasta 35 diputados cuando el candidato solamente contaba con
22.
Finalmente,
poco antes de la fecha límite –el 15 de junio- se hizo con el apoyo
necesario de algunos diputados que veían la oportunidad como “un buen
gesto” de cara a dotar de mayor amplitud ideológica los debates del
partido.
Otros accedieron por pura presión mediática.
Así,
lo inesperado ha marcado la campaña de Corbyn desde los primeros días:
poco después de comenzar las primarias, el candidato anti-austeridad
admitía que se veía a sí mismo como “la víctima a sacrificar de la
izquierda”.
Este
punto ha viajado desde lo que los medios británicos calificaban como un
candidato no-hope, es decir, sin esperanzas en el horizonte político
posible, hasta acercarse a la victoria.
4- Su historia personal:
Pese
a ser contrario a los liderazgos personalistas y apoyar un liderazgo
colegiado, la figura de Corbyn ha llamado enormemente la atención de su
electorado. La construcción de personajes políticos o story-telling, tal
y como se conoce en el ámbito de las ciencias políticas, se ha
posicionado como un valor añadido de la candidatura.
El
hecho de ser un diputado parlamentario laborista con larga carrera en
movimientos de protesta antibelicistas, que incluso se ha rebelado
votando en contra de la doctrina de su partido hasta 500 veces, ha
fabricado una imagen especialmente atractiva que recoge la ilusión de
las personas mayores y “nostálgicas” del viejo laborismo y de los
jóvenes por aquello que nunca vivieron.
Asimismo,
esta independencia frente a la dirección del partido le convierte en lo
que se conoce por un maverick: una figura política que se mueve con
total libertad dentro de su partido sin obedecer necesariamente las
líneas establecidas, que opina y trabaja desde su propia convicción
política.
Además,
se ha conocido que Corbyn fue el diputado con menor nivel de gastos
tras el escándalo del derroche de los diputados de 2009 durante el
mandato de Gordon Brown.
5-Informalidad:
La
adecuación del modo de vida del candidato a sus propuestas políticas ha
sido objeto de crítica para los medios de comunicación, sin embargo,
también ha servido como un elemento identificador para la población
británica.
De
la misma manera que Pablo Iglesias vestía con camisetas de Alcampo,
Corbyn se mostraba bajo el vestuario de un viejo socialista inglés, con
barba y que siempre viajaba en bicicleta.
A
este respecto, el antropólogo Charles Lindholm apuntaba en 2009 que uno
de los depósitos carismáticos más relevantes en la actualidad se halla
en los patrones de consumo: comprar no solamente consiste en adquirir
bienes, sino que también constituye un ritual de integración a través
del cual afirmamos una identidad concreta.
La
cuestión es que si esto no resulta creíble no puede producir ningún
efecto en este sentido sino más bien lo contrario, llegando hasta el
rechazo.
No
obstante, la larga y conocida historia de Corbyn ha evidenciado cuánto
de real hay en su perfil político: la gente sabe que es una persona que
vive “para” la política y no “de” la política, lo cual es de vital
importancia en un contexto de importantes niveles de desafección
política.
La simpleza y la espontaneidad del candidato han ocupado un lugar destacado durante estos 100 días.
La
ausencia del temor a mostrarse tal y como es -es decir, un político que
parece una persona normal y corriente- y su preocupación por la
democracia le han hecho líder.
Tanto
es así, que tras percatarse de que en un mítin mucha de la gente se
estaba quedando fuera del recinto, Corbyn salió fuera y se subió a un
camión para dar su discurso.
En
definitiva, todo apunta a que Jeremy Corbyn ha conseguido despertar de
nuevo los principios del Partido Laborista, desactivando la retórica
centrista hasta tal punto en que la propia candidata ‘blairista’ Liz
Kendall reconoció que “su campaña había fracasado y que Corbyn ha
insuflado energía a un partido que pedía a gritos un cambio”.
Pero
tal y como ha dicho tras anunciarse su elección en las primarias,
todavía “queda mucho hacer” y todo depende –de momento- de su trabajo
como nuevo líder de la oposición frente al gobierno de Cameron.
La
realidad política espera mucho de él, sobre todo los actores que
apuestan por una Europa más solidaria, pues saben que sin una acción
internacional conjunta ningún cambio es posible.
Sin
embargo, a continuación surgen nuevos interrogantes que solamente el
tiempo responderá: ¿Podrá mantener su discurso pese a la presión de las
estructuras del establishment británico?
¿Se romperá el Partido Laborista? ¿Podrá ganar las próximas elecciones generales?
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