#PrayForSyria Vs #PrayForParis: dos formas ¿enfrentadas? de abordar el problema yihadista

Juan Bosco Martín Algarra

Lunes, 16 de noviembre del 2015 - 13:50

• Los ciudadanos analizan los atentados y se preguntan por qué han ocurrido y cómo abordar posibles soluciones.
• Muchos opinan que las políticas militares occidentales en Oriente Medio en lugar de solucionar el problema, lo agravan.

Las redes sociales se vuelcan con las víctimas de los atentados de París

Una vez producido un atentado como el de París, ¿cómo evitar que se repita? Primero, hay que determinar la autoría y en este caso no hay duda: ha sido Estado Islámico.
Segundo, ¿cuál es la mejor forma de combatir a estos declarados enemigos de la civilización occidental y de cualquiera que no comulgue con sus postulados?
Ahí comienzan las discrepancias, no sólo en los gobiernos sino en la misma sociedad, que refleja en las redes sociales sus distintas sensibilidades y puntos de vista para abordar el problema.
Si durante el fin de semana la sociedad española expresaba sus condolencias a través del hashtag “#TodosSomosParis” y “#PrayForParis”, en estas jornadas de resaca del atentado destaca otro punto de vista: “#PrayForSiria”. Coincide la popularización de este lema con el reinicio de las operaciones de castigo llevadas a cabo por la aviación francesa en territorio sirio.
¿Por qué muchos se compadecen for Siria cuando acaban de producirse los peores atentados terroristas de la historia de Francia?
Una internauta ha escrito una frase que puede reflejar una corriente de opinión nada despreciable en la sociedad.
Otro recuerdan que los bombardeos occidentales, entre ellos los que ha llevado a cabo Francia, también causan víctimas inocentes. Lo recuerda este otro tuit.

¿Culpa de la sociedad, que sólo piensa en lo que ocurre en el interior de sus fronteras? ¿Culpa de los políticos, que toman decisiones sin prever las consecuencias que pueden acarrear para la sociedad civil? ¿Culpa de unos medios hipersensibilizados ante las tragedias que ocurren en el interior de sus fronteras, y que cierran los ojos ante los gigantescos dramas humanitarios que ocurren, a tan solo unos cientos de kilómetros? Un viñetista reflejaba su visión de los atentados de París como un “daño colateral” de los bombardeos occidentales en Oriente Medio.
Y, a nivel doméstico: ¿es el pacto antiyihadista firmado entre PP y PSOE, y respaldado por Ciudadanos, la solución para afrontar este problema? Partidos como Podemos creen que no. Consideran que los valores de ese acuerdo se identifican “más con la venganza que con la defensa de las libertades”.
Según expresó el secretario general de esta formación, Pablo Iglesias, “ciertas intervenciones militares no han contribuido a proteger la seguridad de los europeos ni a proteger las libertades ni de los europeos ni de otros pueblos”.

Los ideólogos del PP

Quizá la visión más apartada del análisis que ha realizado Podemos proviene la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Este laboratorio de ideas del Partido Popular publicó el sábado un duro editorial en el que acusaba a la política de contención de la administración Obama (‘soft power’, como la define en el mencionado texto) con el mundo islámico, de haber envalentonado a los fundamentalistas de Irak, Siria o Afganistán.
Según la Fundación que dirige el expresidente del Gobierno José María Aznar, los países occidentales deben decidir “si quieren ver las tropas desplegadas en sus ciudades o en los frentes de combate de Estado Islámico”.
Similar posición manifestaba el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que horas después de los atentados de París declaró públicamente que con el yihadismo “no se puede dialogar: hay que derrotarlo militarmente”.

Miles de millones de euros y miles de muertos después

Lo cierto es que Occidente lleva años tratando de combatir las amenazas que veía en Medio Oriente. Invadió Irak para destruir unas armas de destrucción masiva que luego no encontró. Ha armado a sus aliados y bombardeado las posiciones yihadistas desde hace tiempo. Pero no ha impedido que los soldados del autoproclamado Califato dominaran parte de los territorios de Irak y Siria, sometieran a su población y provocaran una infinidad de barbaridades.
Por si esto fuera poco, han conseguido despertar a las antiguas células durmientes de Al Qaeda en Europa, y estimular a ‘lobos solitarios’ hacia la comisión de asesinatos indiscriminados. Muestras de ello ya se han visto en los últimos tiempos en grandes ciudades como Londres y París.
Además, todas las policías europeas, especialmente la francesa, han elevado sus niveles de alerta. El yihadismo ya es el enemigo número uno para la seguridad de los estados europeos, por encima de los otros terrorismos, de corte independentista o ideológico, que habíamos sufrido hasta ahora.
Antes del 11S, Europa luchó contra ETA, las Brigadas Rojas o la RAF. Después de las intervenciones masivas en Oriente Medio, que han provocado cientos de miles de víctimas civiles, flujos migratorios masivos e incalculables pérdidas económicas, tenemos el enemigo yihadista en casa y buena parte de los estados musulmanes desestabilizados políticamente.
Y atentados en las capitales europeas que sobrecogen por su espectacularidad y crueldad.