Un pasaporte sirio que deja muchas dudas
La policía francesa no ha confirmado que el documento pertenezca a uno de los terroristas
un terrorista haciendo estallar un cinturón de explosivos,
el viernes cerca del Estadio de Francia, al principio de la noche de
terror que sacudió París. Sin embargo, hasta ahora la policía ha tratado
con enorme precaución esta pista porque, aunque fuese auténtico,
tampoco hay ninguna evidencia de que perteneciese a uno de los
terroristas.
Una fuente oficial francesa confirmó esta tarde a la agencia France Presse que el pasaporte pertenecía a un ciudadano sirio llamado Ahmad Almuhammad, aunque aseguró que esta información debía ser tratada con extrema prudencia porque no está demostrado todavía que el documento perteneciese a uno de los tres terroristas suicidas que actuaron junto al Estadio de Francia.
Este hallazgo ha sido, sin embargo, utilizado por varios líderes europeos para sostener el peligro de que entre el flujo de refugiados que huyen de la guerra civil en Siria se cuelen yihadistas. La última política en hacer declaraciones en este sentido ha sido la dirigente del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen.
El ministro griego de Interior, Nikos Toskas, aseguró el sábado que este pasaporte pertenece a un refugiado sirio que llegó el 3 de octubre a la isla Leros, en el Dodecaneso, y que allí fue "registrado conforme a las reglas de la Unión Europea". En la declaración a la prensa que dio el sábado por la noche en la que facilitó todos los detalles de la investigación, el fiscal de la República, François Molins, señaló que se trataba de un ciudadano nacido en 1990 y que no estaba fichado, ni por lo tanto buscado, por los servicios secretos franceses ni por Interpol.
Desde hace poco, Grecia dispone de un sistema informático facilitado por Frontex que permite tomar las huellas de los refugiados y crear una base de datos con ellas. Almuhammad llegó a Leros junto a otras 69 personas en una embarcación. Fue identificado y según la agencia Reuters también le tomaron las huellas dactilares.
En cualquier caso, el refugiado siguió su ruta. Según la prensa serbia, se registró el 7 de octubre en Presevo (Serbia), como miles de refugiados en largo camino hacia la UE, donde logró llegar el 8 de octubre, concretamente a Croacia. El diario croata Vecernji sostiene que pasó por el centro de refugiados de Opatovac. Allí, al parecer, se perdió su pista administrativa.
Los pasaportes sirios, además, son fáciles de falsificar y garantizan lograr el asilo con mucha más facilidad que otros documentos. Diferentes expertos, citados por la prensa francesa, señalan que se pueden pagar entre 1.000 y 4.000 euros por un pasaporte falso, según su calidad. También señalan que a muchos refugiados los traficantes les roban sus documentos para luego revenderlos.
En un primer momento, los medios informaron de que otro pasaporte, esta vez egipcio, había sido encontrado también en el Estadio de Francia. Sin embargo, la Embajada de Egipto en París señaló rápidamente que pertenecía a una víctima, no a un perpetrador, de los ataques, Waleed Abdel-Razzak. Está ingresado, herido grave, en el hospital de Clichy.
Un
pasaporte, a través del que se puede seguir la ruta de los refugiados
desde Oriente Próximo hasta Europa, fue encontrado en el mismo lugar
donde se suicidó Una fuente oficial francesa confirmó esta tarde a la agencia France Presse que el pasaporte pertenecía a un ciudadano sirio llamado Ahmad Almuhammad, aunque aseguró que esta información debía ser tratada con extrema prudencia porque no está demostrado todavía que el documento perteneciese a uno de los tres terroristas suicidas que actuaron junto al Estadio de Francia.
Este hallazgo ha sido, sin embargo, utilizado por varios líderes europeos para sostener el peligro de que entre el flujo de refugiados que huyen de la guerra civil en Siria se cuelen yihadistas. La última política en hacer declaraciones en este sentido ha sido la dirigente del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen.
El ministro griego de Interior, Nikos Toskas, aseguró el sábado que este pasaporte pertenece a un refugiado sirio que llegó el 3 de octubre a la isla Leros, en el Dodecaneso, y que allí fue "registrado conforme a las reglas de la Unión Europea". En la declaración a la prensa que dio el sábado por la noche en la que facilitó todos los detalles de la investigación, el fiscal de la República, François Molins, señaló que se trataba de un ciudadano nacido en 1990 y que no estaba fichado, ni por lo tanto buscado, por los servicios secretos franceses ni por Interpol.
Desde hace poco, Grecia dispone de un sistema informático facilitado por Frontex que permite tomar las huellas de los refugiados y crear una base de datos con ellas. Almuhammad llegó a Leros junto a otras 69 personas en una embarcación. Fue identificado y según la agencia Reuters también le tomaron las huellas dactilares.
En cualquier caso, el refugiado siguió su ruta. Según la prensa serbia, se registró el 7 de octubre en Presevo (Serbia), como miles de refugiados en largo camino hacia la UE, donde logró llegar el 8 de octubre, concretamente a Croacia. El diario croata Vecernji sostiene que pasó por el centro de refugiados de Opatovac. Allí, al parecer, se perdió su pista administrativa.
Los pasaportes sirios, además, son fáciles de falsificar y garantizan lograr el asilo con mucha más facilidad que otros documentos. Diferentes expertos, citados por la prensa francesa, señalan que se pueden pagar entre 1.000 y 4.000 euros por un pasaporte falso, según su calidad. También señalan que a muchos refugiados los traficantes les roban sus documentos para luego revenderlos.
En un primer momento, los medios informaron de que otro pasaporte, esta vez egipcio, había sido encontrado también en el Estadio de Francia. Sin embargo, la Embajada de Egipto en París señaló rápidamente que pertenecía a una víctima, no a un perpetrador, de los ataques, Waleed Abdel-Razzak. Está ingresado, herido grave, en el hospital de Clichy.
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