Documentos
recientemente revelados muestran que varios expresidentes de Estados
Unidos pudieron haber sufrido graves trastornos mentales.
Según
el diario estadounidense Politico, entre los expresidentes
norteamericanos mentalmente enfermos se encuentran Richard Nixon, John
F. Kennedy y Lyndon Johnson, quienes tomaban en secreto drogas
psicotrópicas durante sus mandatos.
Sus registros médicos revelan que por lo general tomaba codeína, Demerol y metadona para aliviar sus dolores, Meprobamato y Librium para la ansiedad, barbitúricos para el sueño, Stelazine, que es un potente tranquilizante que normalmente se utiliza para tratar la esquizofrenia y los trastornos psicóticos, que también podría ser recetado para la ansiedad severa.
Una reciente biografía sobre el 37º presidente norteamericano Richard Nixon, indica que tomaba medicamentos que alteraban su humor, que hasta una vez llegó a golpear a su esposa.
El 36º presidente de EE.UU., Lyndon Johnson, también era sospechoso de experimentar episodios de depresión y ansiedad causados por la escalada de la guerra de Vietnam. Cuando se intensificó la presencia de tropas de EE.UU., en Vietnam, de 15.000 a cerca de medio millón, sus "excentricidades" comenzaron a preocupar.
El expresidente demócrata Bill Clinton, durante el escándalo de Monica Lewinsky, fue supuestamente aconsejado a que tuviera ayuda psiquiátrica, pero sin embargo, lo rechazó por razones políticas, y optó en su lugar por consultar a los ministros de la iglesia cristiana.
Según el informe del rotativo Politico, los expertos están especulando si el precandidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump tiene trastorno de personalidad narcisista, así mismo, la principal candidata demócrata, Hillary Clinton es clínicamente paranoica.
El exasesor del presidente Barack Obama, David Axelrod, dijo que si un comandante en jefe revela que tiene problemas mentales, sería "crear una crisis de confianza" en el país.
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