Febrero de Rebelión, Febrero de Combate
Desde
la llegada de los invasores europeos a nuestras tierras, las
venezolanas y los venezolanos hemos sido un pueblo combatiente por la
libertad y la justicia.
En esas
luchas, el mes de febrero ha marcado hitos de la rebelión nuestra contra
la opresión colonial, burguesa e imperialista: 12 de febrero de 1814,
batalla de la Victoria, cuando nuestra juventud comandada por José Félix
Ribas derrotó al ejército del sanguinario Boves y contuvo temporalmente
su paso hacia Caracas; las jornadas de la juventud universitaria de
Caracas en febrero de 1928 contra la dictadura de Juan Vicente Gómez que
hicieron salir a la superficie a una generación –la generación del 28-
que, algunos para bien y otros para mal, tendrían importante figuración
en el futuro político del país; las jornadas de movilización obrera y
popular en Caracas y otras ciudades del país en enero y febrero de 1936
para impedir que se consolidara un gomecismo sin Gómez; la insurrección
popular del 27 y 28 de febrero de 1989 y la insurgencia militar del 4 de
febrero de 1992; son algunos de esos hitos significativos de nuestros
combates por la independencia, la justicia y la libertad que sucedieron
en febrero.
Hoy enfrentamos a las
fuerzas de la burguesía y el imperialismo que intentan abrir y
consolidar un período contrarrevolucionario de carácter fascista, en el
país, que pasa por la restauración de la hegemonía del viejo bloque
histórico burgués e imperialista sobre la base de la reinstalación del
capitalismo neoliberal en lo económico y un régimen político
autoritario, antidemocrático, antipopular, entreguista y fascista. Esas
fuerzas tienen en este momento una suerte de “cabeza de playa” en la
Asamblea Nacional.
La aprobación por
la mayoría reaccionaria de la Asamblea Nacional en primera discusión,
de lo que han presentado como una “ley de propiedad” que, supuestamente,
le daría la propiedad de sus viviendas a quienes han sido beneficiados
con la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), creada por el Comandante
Supremo Hugo Chávez y continuada por el Presidente Obrero Nicolás
Maduro, es la primera iniciativa de la mayoría contrarrevolucionaria de
la Asamblea Nacional contra las leyes revolucionarias que nos legó
Chávez. Pero es apenas el principio, su objetivo es desmontar toda la
obra de la Revolución Bolivariana.
Tenemos
la tarea de denunciar y detener los afanes de restauración burguesa e
imperialista que hoy tienen como vanguardia a la mayoría
contrarrevolucionaria de la Asamblea Nacional.
La
derrota electoral que sufrimos el 6 de diciembre puso en evidencia
nuestros errores, carencias y limitaciones, y confirmó, al mismo tiempo
nuestras virtudes y fortalezas; la primera de ellas, que somos la única
fuerza –la fuerza del chavismo en todas sus expresiones- que en 200 años
tenemos un proyecto político nacional, un Programa para construir la
nueva sociedad de la solidaridad, la paz y la justicia, nuestro proyecto
de Socialismo Bolivariano y Chavista y luego, que tenemos un pueblo
–expresado en más de 5 millones de electores, el 43% de ellos- que no se
rindió, que no se dejó ganar por el chantaje de la guerra económica,
las campañas mediáticas y el terrorismo.
Pero
detener a la derecha y derrotarla para abrir un nuevo ciclo
revolucionario como nos ha convocado el presidente Nicolás Maduro, se
nos impone rectificar los errores y desviaciones, corregir todo lo que
tenemos que corregir en la acción de gobierno, en la vida partidaria, en
los movimientos sociales y el Poder Popular que se va construyendo.
El
Presidente Obrero nos llamó a la rectificación y a levantar-retomar el
espíritu de rebelión de nuestro pueblo para derrotar la guerra no
convencional que el enemigo nos tiene desde hace varios años; se trata
de alzarnos con nuestra rebeldía del 27 y 28 de febrero de 1989, del 4
de febrero de 1992, del 13 de abril de 2002 y derrotar la política de la
contrarrevolución, para abrir ese nuevo período revolucionario y entrar
en una nueva fase de profundización de nuestro proceso de construcción
del socialismo.
En ese terreno la
lucha por derrotar la guerra económica y construir el nuevo modelo
económico productivo socialista, es una tarea estratégica de primer
orden, que requiere de la incorporación de todo el pueblo, dirigido por
el partido de vanguardia de la revolución y el conjunto de fuerzas
políticas y sociales comprometidas con nuestro proyecto revolucionario.
Asimismo,
ese nuevo período revolucionario que está por abrirse, requiere de un
nuevo partido con un nuevo liderazgo, en capacidad de ponerse al frente
de todas las tareas para desarrollar el modelo económico productivo
socialista y construir el nuevo bloque histórico popular que sostiene
nuestro Socialismo Bolivariano y Chavista. Un partido ligado profunda y
estrechamente a los trabajadores y todo el pueblo, a sus luchas, a su
cotidianidad, capaz de interpretar sus propuestas y necesidades y
concretarlas en proyectos y acciones desde la comunidad local –sea
comunal, fabril, campesina, o estudiantil- hasta la nacional e
internacional.
Estas tareas
dirigidas a radicalizar y profundizar la revolución requieren la
movilización de todo nuestro pueblo, tanto para la producción como para
el combate político y de calle. Pueblo rebelde en la calle, produciendo y
construyendo, enfrentando y derrotando a los enemigos de la Patria.
Febrero nos convoca a la rebelión contra la burguesía y el imperialismo
que quieren arrebatarnos lo que en la Revolución Bolivariana, con Chávez
antes y ahora con Maduro, hemos conquistado.
Caracas, 31 de enero de 2016
No hay comentarios.:
Publicar un comentario