Cuatro datos para entender el golpe en Brasil
21/3/2016 6:41:05
1. El mito de la división de poderes
Lo
cierto es que el juez que suspende el nombramiento de Lula tiene fotos
en marchas pro-golpe. Otro juez, Sergio Moro, quien dirige las
investigaciones contra Lula, fue formado por el Departamento de Estado, y
el comisario de la Policía Federal a cargo de las requisas e
investigaciones preliminares es reconocido defensor del opositor Aecio
Neves.
Todos estos actores de la
“justicia independiente” son los que ahora se están mostrando
descarnadamente como lo que son. El juez Sergio Moro viola la
constitución brasilera al filtrar el audio de una conversación
telefónica entre la Presidenta y Lula para “sacudir la opinión pública”,
luego del nombramiento de este último como jefe de gabinete el
miércoles 16 de marzo, en el marco de la investigación en su contra con
el fuero del juez Moro de primera instancia a la Corte Suprema de
Justicia.
No hay justicia
independiente, no hay una investigación con pruebas sólidas para detener
a Lula y todo el caso ha sido utilizado, obviamente, con fines
políticos. Se autoproclama un juez de primera instancia, prácticamente
un barrendero judicial, como una figura que tiene las atribuciones de
operar desde la lógica de “poder autonómo”, con capacidad de violentar
cualquier norma jurídica de Brasil. Y es precisamente ese carácter
“autónomo” el que desea ser replicado en Venezuela.
2. El golpe parlamentario y la comisión que lo lleva
Luego
de que el Supremo Tribunal Federal aprobase el procedimiento
deimpeachment en una clara sincronía con la detención de Lula y la
marcha pro-golpe, la Cámara de Diputados armó la comisión en la que se
decidirá si se da curso al juicio político contra Dilma Rousseff por
estar supuestamente involucrada en hechos de corrupción.
La
mayoría en la comisión la tiene el Partido del Movimiento Democrático
Brasileño (PMDB), que en la actualidad está dividido entre los que
fomentan el golpe comandados por Eduardo Cunha, los que apoyan al
gobierno, como el recién nombrado ministro Mauro Lopes, y los que
presionan para obtener mayor cuota de poder dirigidos por el
vicepresidente Michel Temer.
Más
allá de esto, lo concreto es que toda la línea de sucesión de Dilma es
del PMDB porque posee la vicepresidencia y las presidencias del Senado y
la Cámara de Diputados. Si el día de mañana cayera Rousseff, asumirían
el gobierno hasta nuevas elecciones y esta especulación es la que tiene
al PMDB en una supuesta deliberación interna para definir si continúan o
no como sostén de Rousseff. Tanto es así, que la directiva del partido
planea sancionar al recién nombrado Lopes por no haber respetado la
prohibición de aceptar cargos de gobierno hasta esta definición.
Por
eso la presión alrededor de esta comisión de diputados, una especie de
revolver dando vueltas en la mesa, para que primero suspenda a la
presidenta y haga prosperar el golpe: lo que Lula tiene que frenar como
jefe de gabinete para recuperar el mando del gobierno.
Durante
la movilización del PT no se hicieron esperar las elocuentes muestras
de fascismo brasileño, que al igual que el venezolano, expresa con toda
sinceridad su odio desmedido por no estar en el poder. A continuación
una ferviente militante de la derecha brasileña recalcando que negros y
analfabetos no deberían tener derechos.
3. Los industriales se pelean por entrar en la foto
Con
la detención y el asedio de empresarios aliados al PT, como los de
Odebrecht y Camargo Correa, las dos constructoras más expresivas del
desarrollismo brasilero y latinoamericano, el poder empresarial más
concentrado de Brasil, a cargo de la Federación de Industrias de San
Pablo, ha tomado un papel activo en la promoción del golpe contra
Rousseff, como lo demuestra el cartel eléctrico que puso en su edificio
el día de ayer, y también el hecho de que el epicentro de la protesta
fue San Pablo, con aparición de Aecio Neves incluida, prefigurando una
ofensiva de la burguesía paulista por quedarse con parte del botín.
Junto
a ellos y las transnacionales estadounidenses, ya nombradas aquí,
también se ha sumado la Asociación Comercial de San Pablo, la Asociación
Brasileña de la Industria Química y la Sociedad Rural Brasileña, entre
otros actores económicos asociados principalmente al extrativismo
minero, sojero y la especulación inmobiliaria.
Otros
actores que, nuevamente, muestran las colas son los volubles mercados,
que con la detención de Lula subieron su cotizaciones y el precio del
real (moneda de Brasil), y con su nombramiento como jefe de gabinete
bajaron ante las “prioridades políticas del gobierno” en detrimiento de
la economía, según la calificadora Moody’s. Obviamente, la banca global
quiere un golpe y cada vez que sus operadores no hacen prosperarlo,
actúan en consecuencia.
4. Lo que definirá todo: la calle
La
seguidilla de ataques y amenazas a sedes del PT, la cada vez más
legitimada acción del fascismo vernáculo brasilero, y la inminencia de
movilizaciones a favor y en contra del golpe, muestran no sólo un pulso
político, sino que viendo el espejo venezolano de 2002 lo que aparece es
la imposición de la agenda de uno de los dos bandos por la fuerza.
Si
bien se puede decir que la entrada de Lula al gobierno cambia el
panorama político y sirve de factor aglutinador y de cohesión, lo real
es que el PT y el gobierno de Dilma están en un fase de recomposición de
sus fuerzas y la ultra en una ofensiva que plantea rematar a sus
enemigos, con el aliciente de que no le temblará el pulso si puede meter
preso a las dos figuras más visibles del PT y condenar a la disolución a
este partido y sus aliados.
Por lo
que se avecina se asemeja, posiblemente, más a un Maidan ucranianoque a
un enrosque de cargos y puestos en el gabinete para mitigar y aplazar
los tiempos del golpe en curso, porque, como dijimos, lo que suceda en
el Congreso será definido antes, durante y después en la calle. El
reciente intento de trancaruna avenida neurálgica de San Pablo hasta que
Rousseff se vaya lo comprueba y traza las coordenadas políticas de una
revolución de color en velocidad crucero.
Y
viene a colación el ejemplo ucraniano, porque durante este golpe en
Kiev el presidente Victor Yanukovich cedió una y otra vez ante la
escalada de violencia de los “manifestantes” del Maidan hasta que el
golpe parlamentario fue consumado, sin que acusara recibo ni defensa,
como ha venido sucediendo en Brasil hasta la detención de Lula y la
reacción popular vista estos días en su defensa.
Por eso la pregunta ante la inminencia de un 11 de abril es: ¿habrá un 13?
Misión Verdad
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