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El plan inicial de los terroristas de Bruselas era atentar en Francia
Álvaro Sánchez
Esta nueva revelación tira por tierra la tesis de un ataque planificado contra el corazón de Europa para presentarlo como un movimiento a la desesperada por parte de terroristas acorralados por la policía. También refuerza los nexos entre los atentados de París y Bruselas como ya anticipaban algunas de las pruebas con que cuenta la Fiscalía: Mohamed Abrini aparece vinculado a ambos ataques, uno de los suicidas de Bruselas dejó su huella en los explosivos de París, y varios apartamentos alquilados por los atacantes de la capital belga sirvieron de escondite para los terroristas de Francia, lo que llevó a algunos investigadores a hablar de una misma célula responsable de ambas matanzas.
El comunicado de la Fiscalía informa además de que Mohamed Abrini, detenido el viernes en una operación en Anderlecht, al suroeste de la capital belga, está imputado por los cargos de asesinato terrorista, pertenencia a banda armada, y tentativa de asesinato terrorista. Abrini puso fin este sábado a las especulaciones y confesó a las autoridades que él era el tercer terrorista del aeropuerto de Bruselas-Zaventem, el hombre que acompañó a los dos suicidas el pasado 22 de marzo y que salió a pie de la instalación tocado con un sombrero que dice haber vendido poco después, y portando una chaqueta blanca que afirma haber tirado a una papelera del barrio de Zaventem.
Con su detención, las principales piezas del puzle que conforma la red terrorista que atentó en Bruselas han muerto o están en prisión: Khalid El Bakraoui falleció al hacerse estallar en el metro de Maelbeek, junto a las instituciones europeas, igual que su hermano Ibrahim El Bakraoui y Najim Laachraoui, los suicidas del aeropuerto. Los cómplices clave de ambos atentados, Mohamed Abrini, identificado como el tercer terrorista del aeropuerto, y Osama Krayem, que fue visto poco antes del ataque del metro junto a uno de los suicidas y compró las maletas utilizadas para atentar en el aeropuerto, están entre rejas.
Abrini, el autoinculpado hombre del sombrero, de nacionalidad belga y origen marroquí, responderá ante la justicia tanto por su participación en los atentados de Bruselas como por su implicación en los de París: sus huellas están en el piso del que salieron los suicidas del aeropuerto y en otro apartamento utilizado para preparar los ataques de París, y fue grabado en una estación de servicio francesa junto a Salah Abdeslam, cerebro de los ataques a la capital francesa, dos días antes de la masacre. El ministerio público lo ha imputado junto a Hervé B. M., Bilal E. M. y Osama Krayem, también arrestados este viernes.
Bélgica también informó este sábado, tras una redada en la que no hubo detenciones, de que había elevado a seis el número de detenciones realizadas el viernes. El sexto detenido es Bilal El Makhoukhi, un bruselense condenado en el proceso contra el grupo proyihadista Sharia4Belgium en Amberes, al norte del país, según informó la cadena pública flamenca VRT, que no dio detalles sobre su supuesto papel en los atentados. De esos seis detenidos, dos han quedado en libertad tras haber sido interrogados.
Polémica por no ordenar el cierre del metro
El ministro-presidente de la
región de Bruselas, Rudi Vervoort, reavivó este domingo la polémica por
no haberse evacuado el metro de la capital belga tras el atentado en el
aeropuerto de la ciudad el pasado 22 de marzo.
Vervoort confirmó que ese día, cuando acababan de registrarse las explosiones en Zaventem, “se intercambiaron llamadas telefónicas” para saber qué convenía hacer con el transporte subterráneo. “En ese momento no disponíamos de información suficiente”, dijo en un programa de la cadena pública francófona RTBF, donde precisó que otras infraestructuras también presentaban “un riesgo potencial”.
Una hora después del ataque al aeropuerto, otro yihadista se hizo estallar a la altura de la estación de Maelbeek, en el barrio donde se encuentran las instituciones europeas.
El metro de Bruselas no ha recuperado la normalidad tras los atentados. La STIB, el organismo que lo gestiona, anunció que este lunes se reabrirán 12 estaciones, con lo que funcionarán 51 de las 69 que conforman la red, si bien lo hacen en horario reducido.
Vervoort confirmó que ese día, cuando acababan de registrarse las explosiones en Zaventem, “se intercambiaron llamadas telefónicas” para saber qué convenía hacer con el transporte subterráneo. “En ese momento no disponíamos de información suficiente”, dijo en un programa de la cadena pública francófona RTBF, donde precisó que otras infraestructuras también presentaban “un riesgo potencial”.
Una hora después del ataque al aeropuerto, otro yihadista se hizo estallar a la altura de la estación de Maelbeek, en el barrio donde se encuentran las instituciones europeas.
El metro de Bruselas no ha recuperado la normalidad tras los atentados. La STIB, el organismo que lo gestiona, anunció que este lunes se reabrirán 12 estaciones, con lo que funcionarán 51 de las 69 que conforman la red, si bien lo hacen en horario reducido.
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