martes, 21 de junio de 2016

Canarias: plataforma para el expansionismo económico de EE.UU. en África Occidental

Canarias: plataforma para el expansionismo económico de EE.UU. en África Occidental




La USAID, fachada de la CIA, continúa controlando el envío de la “ayuda humanitaria”

   A principios de la pasada semana, el representante del centro logístico del Programa Mundial de Alimentos (PDA) de Naciones Unidas en Las Palmas de Gran Canaria,Pablo Yuste, comparecía ante el Parlamento autonómico para publicitar la actividad desarrollada por esta institución. Como cabía esperar, la cobertura informativa del evento resaltó los principales tópicos de la intervención del funcionario de la organización creada en 1962, con el supuesto objetivo de brindar apoyo a “todos los esfuerzos para reducir el hambre y la pobreza en el mundo”.


Con la autocomplacencia habitual en este tipo de actos, todos los parlamentarios regionales que intervinieron en el mismo se manifestaron orgullosos por el papel jugado porCanarias dentro del aparato de logística de la entidad que  reparte comida para unas 90 millones de personas en todo el planeta.


Mucho se podría denunciar sobre el colonialismo, el neocolonialismo o las largas décadas de saqueo neoliberal impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como verdaderas causas del hambre.


Sin embargo, lo más perverso que se esconde tras los  “ingenuos” elogios pronunciados por  el invitado y sus anfitriones, es el papel que el factor de la ayuda “humanitaria” juega en la estrategia de dominación imperialista.


La base logística para operaciones con África de Cruz Roja y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU trabaja en estrechísima colaboración con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).


Como se recordará, en el año 2012 se instalaba en Las Palmas de Gran Canaria estainstitución estadounidense, empleada por Washington para canalizar toda la “ayuda de carácter no militar” que este país brinda a las entidades de Naciones Unidas y a las ONGs encargadas de esta labor.  Desde esa fecha, la USAID controla todos los envíos de alimentos que salen desde la isla hacia África occidental, una de las regiones del planeta cuyos importantes recursos se disputan las principales potencias del planeta.

En realidad, el Programa Mundial de Alimentos funciona exclusivamente con las donaciones provenientes de los países miembros de la ONU, principalmente de los Estados Unidos. Y es la USAID, que recibe sus directrices estratégicas directamente del Departamento de Estado, la que canaliza y orienta estos aportes.

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UN TRABAJADOR PREPARANDO UN ENVÍO DE LA USAID EN EL PUERTO DE LAS PALMAS


En julio del 2014 quedaba inaugurada en el puerto de Las Palmas La Base Logística del Programa Mundial de Alimentos. Desde entonces, todos  los barcos que han partido desde el Puerto de la Luz hacia el vecino continente con alimentos lo han hecho – por expresa exigencia de la USAID – bajo bandera estadounidense.

Pero la USAID no es, precisamente, una organización dedicada a luchar contra el hambre de manera altruista. Bajo su manto de filantropía actúa como un apéndice de la CIA para reforzar la política exterior norteamericana.

    La USAID utiliza sus ingentes fondos para favorecer la penetración  por parte de las transnacionales estadounidenses de nuevos mercados y desestabilizar a los gobiernos opuestos a los dictados de Washington.

Muy amplia es la documentación, absolutamente contrastada, que demuestra la forma  en la que actúa en más de 100 países, bajo la fachada humanitaria que tanto ha “conmovido” a los parlamentarios isleños.

Estas investigaciones han revelado que, a través de sus más de cien oficinas repartidas por medio mundo la USAID “coopta a organizaciones privadas, grupos indígenas, asociaciones de profesionales, religiosas, y subvenciona a grupos de “disidentes” al servicio de los intereses norteamericanos”.

En tal sentido, no es ocioso recordar como el Gobierno de Estados Unidos ha tratado de imponer los alimentos transgénicos, mediante la “ayuda humanitaria” a los países del Sur, para favorecer los intereses de empresas multinacionales como la tristemente célebreMonsanto.

En el 2002 una crisis alimentaria afectó a diversos países en el Sur de África: Angola, Malawi, Zambia, Zimbabue, Lesotho, Mozambique, entre otros. Zambia decidió rechazar la ayuda alimentaria con transgénicos en grano y molida, preocupados por los impactos en la salud.


Los EEUU-USAID y el PMA les dijeron que deberían aceptar los transgénicos. Ante tal situación, un funcionario del gobierno estadounidense dejó meridianamente claro el verdadero carácter de la “solidaridad” que llega a África desde el Puerto de La Luz y de Las Palmas  “Los que piden limosna  -afirmó –  no tienen derecho a elegir”.



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