Bagdad,
4 jul (PL) Miles de iraquíes acudieron hoy a sepultar a los cerca de
130 fallecidos por los atentados del domingo en dos barrios chiitas
capitalinos, demostraciones de duelo transformadas también en duras
críticas al gobierno de Haider al-Abadi.
Los bagdadíes cargaban en mortajas los cadáveres en medio del luto de
las familias y del decretado por las autoridades para los tres
siguientes días, coincidentes con el fin del Ramadán y el inicio de la
festividad musulmana del Eid El-Fitr.
Muchos de los asistentes a
los sepelios efectuados según la tradición islámica a primeras horas de
este lunes, gritaban consignas contra el grupo extremista sunnita
Estado Islámico (EI), que se adjudicó la autoría de los ataques
causantes también de más de 160 heridos.
Asimismo, clérigos
chiitas recriminaron al primer ministro iraquí Al-Abadi, también de esa
confesión musulmana, la frágil seguridad imperante en Bagdad y otros
centros urbanos, a pesar de los éxitos militares frente a los
extremistas en Fallujah, en la provincia occidental de Al-Anbar.
Pasada la medianoche del domingo, unos islamistas radicales perpetraron
el atentado con bombas más mortífero de este año en Iraq, al hacer
detonar un camión frigorífico lleno de explosivos frente a una popular
heladería en el distrito capitalino de Al-Karrada.
Según fuentes
policiales y hospitalarias, la voladura del camión mató a por lo menos
125 personas, muchas de ellas mujeres, niños y jóvenes que disfrutaban
en familia de helados para mitigar el sofocante calor después de romper
el ayuno por el mes sagrado islámico del Ramadán.
Las
autoridades estimaron en alrededor de 150 los lesionados por la potente
deflagración en ese centro comercial, que fue seguida horas después por
otro acto terrorista en un segundo mercado popular del barrio Shaab, en
el noreste de Bagdad y también de población predominantemente chiita.
El balance de víctimas fue de al menos cinco decesos y unos 16 heridos,
según un portavoz del Comando de Operaciones Conjuntas de la capital,
que añadió que muchas de las muertes se produjeron por quemaduras o
asfixia al quedar atrapados dentro de un centro de entretenimiento de
varios niveles.
El gobierno de Iraq informó este lunes que
recibió numerosas demostraciones de solidaridad por parte de gobiernos
como los de Irán, Egipto, otros árabes y Estados Unidos, y de
organizaciones como el movimiento libanés Hizbulah, la Unión Europea y
la ONU, entre otras.
Al-Abadi, quien visitó el lugar del
atentado y también los repudió públicamente, prometió mantener la lucha
contra el Daesh, acrónimo árabe del EI, con apoyo de milicias chiitas y
miembros de tribus sunnitas, así como de asesores militares iraníes y
combatientes de Hizbulah.
En la cruzada de Bagdad contra el
Daesh también interviene la coalición internacional que lidera Estados
Unidos, cuya aviación fue clave en la derrota sufrida por los
extremistas la semana pasada en Fallujah, ciudad de la provincia oeste
de Al-Anbar ya liberada.
Por lo pronto, las fuerzas iraquíes
elevaron la vigilancia ante la amenaza del EI de que "con la venia de
Dios, seguirán los ataques de los muyahidines (luchador islámico) contra
los renegados (como llaman a los chiitas)".
lam/Ucl |
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