El futuro económico que viene con la Inteligencia Artificial
Efectivamente, la Inteligencia Artificial abre muchas puertas sobre el futuro que se avecina, y como todo nuevo invento humano disruptivo, implicará no pocos cambios radicales en nuestra forma de configurar y entender nuestras socioeconomías. En este análisis de hoy les damos las claves para que puedan ustedes saber qué puede suponer la AI para sus vidas o las de sus hijos, y si hay algo que temer al respecto, o más bien algo que nos permitan albergar la esperanza de que vaya a contribuir al progreso y transformación de nuestro mundo tal y como lo conocemos hoy por hoy.
La Inteligencia Artificial es una tecnología iniciada hace décadas
Ello ha hecho que el concepto de Inteligencia Artificial se esté empezando a desarrollar con plenitud ahora. No obstante, en el largo camino seguido desde los años cuarenta del pasado siglo, hay diversas disputas respecto a la autoría y el origen de varias de las tecnologías y teorías que han permitido ahora el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Más concretamente, como pueden leer en esta noticia del New York Times, una de las principales disputas ha surgido en torno a las redes neuronales.
Las redes neuronales son una de las disputadas bases de la Inteligencia Artificial
Pero estas disputas de autoría no son ninguna novedad en una sociedad en la que hay demasiadas personas que están más interesadas en ponerse la medalla que en hacernos verdaderamente progresar a todos. La importancia para nuestras socioeconomías es que este tipo de conflictos y sus posibles derivadas entorpezcan o directamente desincentiven a las personas que son verderamente fuente de futuro progreso socioeconómico.
Por seguir con el ejemplo del link anterior, a modo ilustrativo de lo que este tipo de implicaciones pueden llegar a significar para todos, les saco a colación la disputa que mantiene uno de los veteranos de la Inteligencia Artificial, el Dr. Schmidhuber, con parte de la comunidad más novata de éste área de especialización tecnológica. Ya en 1997, este doctor publicó un artículo de investigación sobre una técnica, bautizada como Long Short-Term Memory (o LSTM por sus siglas en inglés), que se basa en ofrecer un tipo de memoria o contexto a las redes neuronales.
Hasta tal punto esto es así que un investigador de Google informó de que han utilizado exitosamente la técnica LSTM para reducir sus errores de transcripción de comandos de voz hasta en un 49%. Un gran avance esencial para inventos tan novedosos como los asistentes de Siri, Google Now, Amazon Echo y similares.
Supongo que antes de leer estas líneas, ya eran ustedes conscientes del gran potencial que la Inteligencia Artificial tiene para mejorar nuestras vidas, y traer progreso a nuestra sociedad. Llegados a este punto, me gustaría añadir la reflexión de que una sociedad sin meritocracia, donde la comunidad está más pendiente de ponerse la medalla que de hacer descubrimientos que nos hagan progresar, es una sociedad tremendamente ineficiente**, además de injusta con los creadores, y con un progreso socioeconómico que avanza sensiblemente por debajo de su potencial.
Es esencial mantener motivados a los individuos que aportan al progreso socioeconómico
Eso por no hablar de otras variables socioeconómicas como que estos perfiles de investigador se constituyan en ejemplos a imitar por nuestros jóvenes, en vez de tanto famoseo que gana rápidamente dinero fácil y repercusión en los medios tan sólo por acudir a platós de televisión y criticar las mentiras o verdades sobre asuntos personales irrelevantes.
El futuro económico tras las siglas AI
Obviamente esto no tendría mucho sentido, y es cierto que hay en estos casos unas cifras imponderables que llegan a cambiarnos el modo de vida sin que eso se refleje fielmente en cifras meramente económicas. En todo caso, estas cifras son significativas para muchos de los agentes económicos, motivo por el cual les incluyo aquí algunas de las relativas a la Inteligencia Artificial.
Como pueden leer en el artículo de IDG de este link, la estimación de lo que ha supuesto el mercado de AI en 2016 es de 1.700 millones de dólares. Algo bastante insignificante en el conjunto de la economía sino fuese porque la previsión de su crecimiento es que pase a quintuplicarse hasta 2020. Aquí la progresión es más significativa que las cifras absolutas en sí mismas. Pero hay otros indicadores de lo que la Inteligencia Artificial está llamada a ser en un un futuro: actualmente estamos asistiendo a una importante burbuja económica en todo lo relativo a AI.
Esta tendencia es algo que a un servidor le llama poderosamente la atención en un sector en el que las cifras de negocio son aún mayormente potenciales. La cifra de fusiones y adquisiciones, aparte de ser uno de los principales parámetros indicativos de la formación de una burbuja, también revela que, probablemente, ya no importa para las empresas ni el modelo de negocio, ni las patentes, ni las investigaciones en curso de las empresas de Inteligencia Artificial adquiridas.
En palabras de expertos del sector como las expuestas en el link anterior de IDG, lo que realmente importa es acaparar expertos en una materia en la que escasean los perfiles profesionales y cuya demanda va a romper fuertemente al alza. ¿Recuerdan lo que les decía de que en el futuro un freno al progreso sería la disponibilidad de mentes humanas especializadas?
De lo tangible a lo futurible
Además, todos vemos cómo nuestras socioeconomías están acumulando ingentes cantidades de datos cada año sobre nuestra vida personal, nuestra vida profesional, sobre las Smart Cities, sobre tantas y tantas cosas a las que nos ha llevado la digitalización del planeta, que el Big Data ya no es tan sólo un progreso, sino que es más bien una necesidad que frenará el progreso si no se aborda.
¿Y cómo piensan ustedes acaso que se puede explotar y convertir en información útil todo ese Big Data que estamos atesorando con avidez? Obviamente, la respuesta a la pregunta anterior es la Inteligencia Artificial. La confirmación la pueden tener también ustedes en la razón por la que se rumorea que algunas de sus aplicaciones de almacenamiento en la nube le ofrecen espacio ilimitado para sus fotografías: hay expertos que suponen que las necesitan para entrenar a sus sistemas de reconocimiento de imágenes basados en Inteligencia Artificial.
Ambas tecnologías, Big Data y AI, tan de moda hoy en día, van de la mano, solo que el Big Data lo podemos ver traducido en ponderables PetaBytes reales, y la Inteligencia Artificial pasa más desapercibida por etérea. Y por si la combinación de Big Data y AI les resultaba poco disruptiva, además tenermos un también famoso tercer jugador que entra en el juego de la Inteligencia Artificial. Es ni más ni menos que la Internet de las Cosas o IoT.
Y lo que es más importante de cara a la Inteligencia Artificial que nos ocupa hoy: todos estos sensores y dispositivos de la IoT van a generar cantidades ingentes de datos que hay que procesar y explotar ni más ni menos que con AI, un trabajo de base rutinario y pesado que definitivamente transciende las capacidades de la mente humana, pero cuyas conclusiones sin embargo necesitamos.
No se puede pasar por alto además la capacidad, tanto de los androides y como de la AI, de entrar a formar parte de la fuerza laboral y los medios productivos, tal vez haciendo sostenibles nuestros sistemas pensiones y nuestras socioeconomías a largo plazo como les propusimos en este interesante artículo. Pero también me gustaría hacerles notar que, con notas aún más futuristas, seguro que a algún economista se le acaba ocurriendo que los androides podrían ser una excelente forma de flexibilizar tanto la fuerza laboral como la base de consumidores, pudiendo adaptar fácilmente ambas poblaciones a las necesidades concretas de cada momento del ciclo económico.
Eso sí, más allá de estas ocurrentes y futuristas ideas, habrá que valorar la ética que hay en apagar un androide "inteligente" durante cinco años para eliminar trabajadores excedentarios del panorama laboral. Sin duda, habrá algún momento en el que la humanidad deba pantearse cuestiones éticas y filosóficas como con las que cerramos este post en los siguientes párrafos, y las cuales tendrán importantes repercusiones en las socioeconomías del futuro.
Así que, más que preocuparse por si los androides vienen para conquistar nuestro mundo al estilo Terminator, deberíamos preocuparnos "por ahora" por si los androides sueñan con esas ovejas eléctricas de Blade Runner. Pensar van a pensar, y mucho, la cuestión acabará siendo si además tienen también su propia consciencia sintética. Una cuestión tan filosófica como la vida misma.
Si bien lo más inquietante de este post puede ser ese "por ahora" que les he matizado antes con toda la intención, he de reconocerles que el gran peligro más bien será que, probablemente, antes de ver robots comportándose como humanos, lo que veremos será humanos comportándose como robots. Bienvenidos al futuro socioeconómico y a lo siempre impredecible de su naturaleza, ahí está precisamente lo más apasionante del mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario