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Donald Trump califica de "operación militar" las deportaciones de indocumentados
Mikel Soria
El
presidente defiende el esfuerzo de su gobierno para acelerar las
deportaciones y expulsar de Estados Unidos a los “tipos malos”
Trump ordena contratar a 15.000 nuevos agentes migratorios y acelerar las deportaciones
El Secretario de Seguridad Nacional de EEUU asegura que “no habrá deportaciones masivas”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió el jueves la decisión de su gobierno de acelerar las deportaciones de inmigrantes indocumentados y calificó este esfuerzo como una “operación militar” para expulsar a los “tipos malos”.
“Están viendo lo que está pasando en la frontera, de repente estamos sacando a los pandilleros, estamos sacando a los señores de la droga y estamos sacando a tipos realmente malos de de este país. A un ritmo que no se había visto hasta ahora. Y ellos son los malos. Y es una operación militar”, dijo Trump en la Casa Blanca durante una reunión con empresarios manufactureros.
El comentario de Trump ha sorprendido en Washington, ya que las deportaciones de indocumentados son llevadas a cabo por agentes de la patrulla fronteriza y del Servicio de Inmigración y Control de Aduadas (ICE), no por militares.
Trump hizo estas declaraciones coincidiendo con la visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, a México. El presidente reconoció que iba a ser “un viaje difícil”, dadas las tensiones recientes entre los dos países a raíz de las medidas migratorias anunciadas por la Casa Blanca. Esta semana el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció unas nuevas directrices que abren la puerta a deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, lo que ha provocado miedo en la comunidad hispana, una de las que más se vería afectada por las expulsiones de los sin papeles.
Las nuevas directrices no afectan, de momento, a los 750.000 jóvenes indocumentados que se han beneficiado del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), aprobado en 2012 por el presidente Barack Obama.
Durante la campaña electoral, Trump prometió crear una “fuerza de deportación” para expulsar a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos, la mayoría de ellos son de origen latinoamericano. Y también prometió construir un muro en la frontera con México, que pagaría el país vecino. Tras ganar las elecciones, el presidente precisó que Estados Unidos adelantaría el dinero y luego México reembolsaría el coste total de la factura. El Gobierno mexicano ha dejado claro que no pagará por el muro.
Trump ordena contratar a 15.000 nuevos agentes migratorios y acelerar las deportaciones
El Secretario de Seguridad Nacional de EEUU asegura que “no habrá deportaciones masivas”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió el jueves la decisión de su gobierno de acelerar las deportaciones de inmigrantes indocumentados y calificó este esfuerzo como una “operación militar” para expulsar a los “tipos malos”.
“Están viendo lo que está pasando en la frontera, de repente estamos sacando a los pandilleros, estamos sacando a los señores de la droga y estamos sacando a tipos realmente malos de de este país. A un ritmo que no se había visto hasta ahora. Y ellos son los malos. Y es una operación militar”, dijo Trump en la Casa Blanca durante una reunión con empresarios manufactureros.
El comentario de Trump ha sorprendido en Washington, ya que las deportaciones de indocumentados son llevadas a cabo por agentes de la patrulla fronteriza y del Servicio de Inmigración y Control de Aduadas (ICE), no por militares.
Trump hizo estas declaraciones coincidiendo con la visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, a México. El presidente reconoció que iba a ser “un viaje difícil”, dadas las tensiones recientes entre los dos países a raíz de las medidas migratorias anunciadas por la Casa Blanca. Esta semana el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció unas nuevas directrices que abren la puerta a deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, lo que ha provocado miedo en la comunidad hispana, una de las que más se vería afectada por las expulsiones de los sin papeles.
Las nuevas directrices no afectan, de momento, a los 750.000 jóvenes indocumentados que se han beneficiado del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), aprobado en 2012 por el presidente Barack Obama.
Durante la campaña electoral, Trump prometió crear una “fuerza de deportación” para expulsar a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos, la mayoría de ellos son de origen latinoamericano. Y también prometió construir un muro en la frontera con México, que pagaría el país vecino. Tras ganar las elecciones, el presidente precisó que Estados Unidos adelantaría el dinero y luego México reembolsaría el coste total de la factura. El Gobierno mexicano ha dejado claro que no pagará por el muro.
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